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Las grasas trans relacionadas al cáncer de mama

15 de abril de 2008

Un equipo de investigadores europeos han señalado que las grasas trans, también conocidas como ácidos grasos trans, podrían incrementar el riesgo de cáncer de mama.

Según ellos, las mujeres con los niveles de grasas trans en sangre más elevados tienen el doble de riesgo de desarrollar un cáncer de mama que las mujeres con los niveles más bajos.
«A estas alturas, solo podemos recomendar limitar el consumo de alimentos procesados, fuente de ácidos grasos trans de producción industrial», indicaron los investigadores en la revista American Journal of Epidemiology.

Los ácidos grasos trans se elaboran al crear grasas artificiales mediante, por ejemplo, un proceso de hidrogenización. Irónicamente, en un principio se crearon como sustituto sano de las grasas saturadas que atascan las arterias, como las presentes en la mantequilla y la manteca de cerdo. Pero el proceso necesario para lograr que el aceite vegetal se comporte como mantequilla hace que sean tan perjudiciales como esta.

Nueva York y California ya han prohibido su uso en restaurantes y Canadá y Gran Bretaña han estudiado esa posibilidad, por lo que inumerables compañías alimentarias han dejado de utilizarlos como ingrediente.

Veronique Chajes del Centro de investigación nacional francés de la Universidad de Paris-Sur y sus colegas han estudiado un grupo de mujeres participantes en un gran ensayo europeo sobre el cáncer. Los investigadores estudiaron las muestras de sangre, recogidas entre 1995 y 1998, de 25.000 mujeres que voluntariamente informaron sobre sus hábitos alimentarios y estilo de vida y de las que, posteriormente, se realizó un seguimiento para ver si desarrollaban un cáncer.
Chajes y sus colegas estudiaron a 363 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama y compararon sus niveles en sangre de ácidos grasos trans con los de las mujeres que no desarrollaron cáncer, observando que cuanto mayores eran sus niveles de grasas trans, más probabilidades tenían de desarrollar cáncer.

Los investigadores observaron también que las mujeres con los niveles más elevados de ácidos grasos omega-3, estudiados por sus posibles beneficios para la salud, no mostraban menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama.

Las mujeres obesas tienen más probabilidades de padecer cáncer de mama, entre otros tipos de cáncer, y las dietas ricas en grasas también están relacionadas con el cáncer de mama.

Fuente: Reuters

jue
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Refrescos light también tienen riesgos para la salud

11 de octubre de 2007

Los refrescos light salieron al mercado hace unos 25 años como alternativa a los tradicionales refrescos con gas que contienen enormes cantidades de azúcar: unas nueve cucharadas (150 calorías) por 355 ml. Se cree que estos refrescos desempeñan un papel fundamental en la actual epidemia de obesidad, especialmente entre los jóvenes.

Desde 1977 a 1997 la popularidad de los refrescos aumentó más del 100% entre jóvenes y niños, y casi tres de cada cuatro los consumen a diario. Para algunos, el consumo de refrescos supone el 10% de su ingesta calórica diaria; una cantidad increíblemente grande teniendo en cuenta que los refrescos no proporcionan ningún alimento al cuerpo. Y lo que es peor, suelen reemplazar a otras bebidas más sanas, como la leche o los zumos de frutas.

En teoría, sustituir los refrescos convencionales por los light reduciría la ingesta de calorías y, por tanto, también sus consecuencias dañinas para la salud, como la diabetes y la hipertensión; pero en realidad no es así.

Según un estudio publicado en julio en la revista Circulation, una publicación de la American Heart Association, un equipo dirigido por el Dr. Ramachandran Vasan se propuso entender el papel de los refrescos (normales y light) en varias enfermedades metabólicas.

Hay cuatro posibilidades que pueden aparecer simultáneamente: exceso de peso (riesgo de obesidad), niveles elevados de insulina (riesgo de diabetes), niveles elevados de triglicéridos (riesgo de enfermedad cardiovascular), niveles bajos de colesterol bueno (riesgo de enfermedad cardiovascular) y tensión arterial elevada (hipertensión).

El equipo del Dr. Vasan descubrió que en las personas que bebían al menos una lata de refrescos diaria, el riesgo de desarrollar una enfermedad metabólica era del 45% en comparación los que no tomaban ninguna. Estos resultados no supusieron ninguna sorpresa para los investigadores, dado el elevado contenido de azúcar de los refrescos convencionales. Lo que sí llamó su atención es que los refrescos light no parecían mejorar la situación, es decir, los refrescos, con o sin azúcar suponen un riesgo para la salud.

Además, algunos estudios indican que el consumo regular de refrescos light estimula el apetito lo que puede provocar, a su vez, un aumento de peso.

Fuente: CHealth

mié
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Los riesgos de las grasas saturadas

12 de septiembre de 2007

Grasas saturadas: incluso un pequeño abuso puede ser demasiado
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Sydney, en Australia, ha desvelado que los aperitivos ricos en grasas saturadas afectan negativamente al cuerpo, incluso si no se toman regularmente. En las pruebas, 14 participantes sanos de entre 18 y 40 años de edad, tomaron un solo trozo de pastel de zanahoria rico en grasas y bebieron un batido.

Los investigadores observaron cómo el festín rico en grasas comprometió la capacidad de las arterias de los participantes para expandirse y aumentar el flujo sanguíneo. El repentino incremento de lo que se conoce como grasas saturadas obstaculizó los efectos del llamado colesterol «bueno», la lipoproteína de alta densidad o HDL, impidiendo que esta hiciese su trabajo, es decir, protegiese la pared interna de las arterias de los agentes inflamatorios que fomentan la acumulación de placas adiposas. Son estas placas las que con el tiempo atascan los vasos sanguíneos y causan las enfermedades coronarias.

«Las comidas ricas en grasas saturadas pueden predisponer a la inflamación de los vasos y la acumulación de placas en su interior», señala el director del estudio, el Dr. David Celermajer, profesor de cardiología en el Instituto de Investigación Coronaria y el Departamento de Cardiología del Royal Prince Alfred Hospital.

El equipo de Celermajer pidio a los voluntarios que tomasen dos comidas, con una separación de un mes entre ambas. Cada comida consistía en una porción de pastel de zanahoria y un batido, pero en un caso los alimentos estaban elaborados con grasas saturadas y en el otro, se habían elaborado con aceite de alazor, rico en grasas poliinsaturadas y, por tanto, mucho más sano.

La comida rica en grasas, que contenía alrededor de un 90% de grasas saturadas, contenía un equivalente a 68 gramos de grasa. Por el contrario, la comida elaborada con el aceite poliinsaturado contenía tan solo un 9% de grasa. Según los investigadores, la comida rica en grasas equivalía a una persona de 56kg comiendo una hamburguesa doble con queso, una ración grande de patatas fritas y un batido grande.

Antes y después de ambas comidas, los investigadores extrajeron muestras de sangre de los participantes, con el fin de evaluar si las propiedades antiinflamatorias del llamado colesterol bueno o HDL habían disminuido. Los investigadores observaron que las propiedades antiinflamatorias habían disminuido tras la comida rica en grasas, y se habían incrementado tras la comida elaborada con el aceite poliinsaturado. Según Celermajer, el mensaje del estudio, publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology, es claro: es importante reducir todo lo posible el consumo de grasas saturadas.

La American Heart Association establece el límite de grasas saturadas en menos de un 7% de las calorías diarias.

Fuente: Live Science

lun
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Relación entre aditivos e hiperactividad en los niños

10 de septiembre de 2007

Según un artículo publicado este mes en The Guardian, nuevos resultados confirman la relación entre el consumo de alimentos con determinados aditivos artificiales y la hiperactividad y la conducta conflictiva en los niños. El estudio, encargado por el gobierno británico, se ha publicado en la revista médica Lancet.

La FSA publicará una guía revisada para aconsejar a los consumidores que eviten el consumo de los productos que contengan una serie de aditivos (E-número) si sus hijos muestran signos de hiperactividad o de TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).

Sin embargo, los expertos afirman que el gobierno debería haber recurrido a una línea más estricta, prohibiendo totalmente los aditivos en cuestión, en lugar de dejar el trabajo a los padres, que deberán revisar las etiquetas en busca de estos aditivos. Además, muchos dulces y pasteles se venden sin etiqueta, como por ejemplo, algunos helados.

La FSA ha anunciado también que no enviará ninguna recomendación formal a los directores de las escuelas con respecto al contenido de los alimentos que se den en ellas.

En su lugar, la FSA pasará la información del estudio a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria para que sea ésta quien decida acerca de una posible prohibición como parte de una revisión de la seguridad de todos los colorantes alimentarios.

Para realizar el estudio, los investigadores de la Universidad de Southampton registraron la respuesta de 153 niños de tres años y 144 niños de ocho y nueve años de edad tras el consumo de mezclas de aditivos en diferentes bebidas. Entre las mezclas ingeridas por los niños había colorantes artificiales y el conservante benzoato de sodio, muy frecuente en los refrescos con gas.

Los resultados del estudio muestran que cuando los niños tomaban estas bebidas se producía un aumento de hiperactividad, aunque los resultados no eran similares en todos los niños. Se observó también que el deterioro de comportamiento se producía en los niños en general y no sólo en los que habían sido diagnosticados con hiperactividad.

Según el Profesor Jim Stevenson, que dirigió el estudio, ahora existen pruebas definitivas de que la mezcla de ciertos colorantes alimentarios con el conservante benzoato de sodio puede influir de forma negativa en el comportamiento de los niños.

Fuente: Guardian Life and Health

mar
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Los distintos tipos de hidratos de carbon.

4 de septiembre de 2007

Carbohidratos buenos y carbohidratos malos.

En un artículo publicado en The New York Times, la nutricionista Susan Burke distingue entre carbohidratos complejos o refinados y los simples o sin refinar. «Por ejemplo, pensemos en una rebanada de pan [blanco] y otra de pan integral con semillas. Mientras la de pan integral contiene de forma natural diferentes tipos de vitaminas, minerales, micronutrientes y fibra, el pan blanco ha sido despojado de su forma natural, procesado y, posteriormente, vuelto a juntar para imitar al alimento real».

En realidad estamos tomando comida, no solo carbohidratos. Es la cantidad de carbohidratos y el modo en el que el cuerpo los procesa lo que marca la diferencia.

El consumo de carbohidratos antes y después de un ejercicio intenso, proporciona energía, evita el hambre y retarda la fatiga. Según Burke, los carbohidratos refinados se digieren y absorben con mucha rapidez, pasando enseguida al flujo sanguíneo en forma de glucosa. La glucosa es la que proporciona energía a los músculos y las células, pero si hay demasiada se almacena en las células adiposas. El mejor modo de evitar esto es procurar no tomar carbohidratos refinados.

La clave está en elegir bien, evitando los alimentos con muchas calorías y que apenas son nutritivos como la pasta, el arroz y los panes blancos refinados. En su lugar, conviene elegir las versiones integrales, más nutritivas y de elevada riqueza natural, que proporcionan energía y mantienen la línea.

Los carbohidratos buenos se pueden encontrar en los cereales de desayuno integrales, el pan integral, la fruta, los vegetales, el arroz integral, las gachas, la cebada, las judías, las lentejas y la batata.

Los no tan buenos se encuentran en los cereales de desayuno azucarados, en el pan blanco, los donuts, las galletas, los bizcochos, los refrescos con gas, las patatillas y patatas fritas, los pasteles y el sirope.

Fuente: The Guardian Eat Right

mié
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Los refrescos light y riesgos para la salud

25 de julio de 2007

Según un artículo publicado esta semana por Reuters, investigadores estadounidenses han afirmado que los refrescos con gas, incluidos los light, podrían estar relacionados con un incremento en los factores de riesgo asociados a enfermedades coronarias y a la diabetes.

Los investigadores observaron que los adultos que beben al menos un refresco con gas al día tienen alrededor de un 50% más de riesgo de desarrollar un síndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo entre los que se incluyen un exceso de grasa alrededor de la cintura, unos niveles bajos de colesterol «bueno», una tensión arterial alta, etc.

«Cuando se padece de síndrome metabólico, el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria o sufrir una apoplejía se duplica; además, del riesgo añadido de desarrollar una diabetes», señala el Dr. Ramachandran Vasan, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, cuyo trabajo se ha publicado en la revista Circulation.

Estudios previos han relacionado el consumo de refrescos azucarados con gas con múltiples factores de riesgo relacionados con enfermedades coronarias, pero Vasan y sus colegas han descubierto que esta relación se extiende también a los refrescos Light.

En el estudio participaron alrededor de 6.000 hombres y mujeres de mediana edad, a los que se observó durante cuatro años. Los que bebían uno o más refrescos con gas al día tenían un 31% más de riesgo de volverse obesos; un 30% más de riesgo de aumentar considerablemente la circunferencia de la cintura, algo que se ha observado que predice el riesgo de enfermedad coronaria mejor que el peso de por sí; un 25% más de riesgo de tener unos niveles elevados de triglicéridos en sangre, así como de azúcar en sangre y un 32% más de riesgo de tener unos niveles bajos de HDL o colesterol «bueno».

Los investigadores analizaron también una muestra más pequeña de participantes de los que se disponían datos sobre el consumo de refrescos Light. Los que bebían al menos un refresco normal o Light al día tenían entre un 50% y un 60% más de riesgo de desarrollar un síndrome metabólico.

Según Vasan, las personas que consumen refrescos, ya sean Light o azucarados, tienden a tener patrones dietéticos similares. «Por lo general, los bebedores de refrescos tienden a ingerir más calorías, consumir más grasas saturadas y ácidos grasos trans, tomar menos fibra, hacer menos ejercicio y llevar una vida más sedentaria», comenta.

Los investigadores realizaron ajustes considerando todos estos factores y, aún así, observaron una relación importante entre el consumo de refrescos y el riesgo de desarrollar un síndrome metabólico. Sin embargo, según Vasan, esto no demuestra que los refrescos sean la causa.

«Antes de que la gente modifique sus hábitos, nos gustaría ver estos datos repetidos en otros estudios», señala.

Fuente: Reuters

sáb
16

Barbacoas y cáncer

16 de junio de 2007

Cómo protegerse del cáncer que produce la barbacoa

Un estudio realizado por el Lawrence Livermore National Laboratory ha demostrado que la parrilla produce a una serie de carcinógenos en la carne. Un tipo de estos compuestos causantes del cáncer, conocido como aminas heterocíclicas (HA), se desarrolla por el efecto del calor en los aminoácidos y la creatinina de la carne. En general, cuanto más tiempo se cocina la carne y a temperaturas más elevadas, más aminas heterocíclicas se producen. A la parrilla es el método más dañino, seguido de los fritos, mientras que al vapor, cocida o a la plancha se producen menos HA.

A continuación se indican algunas sugerencias para reducir la ingesta de HA, basadas en un trabajo realizado por Jim Felton, Garrett Keating y Mark Knize, del programa de investigación del UC-Davis Cancer Center:

  • Antes de asar la carne a la parrilla, cocinarla parcialmente en el microondas y desechar el jugo que quede en el recipiente. El hecho de precocinar una hamburguesa durante unos minutos en el microondas elimina hasta un 95% de los HA.
  • Voltear las hamburguesas con frecuencia. Voltear la hamburguesa una vez por minuto reduce la formación de HA hasta un 100%, probablemente debido a que se mantiene la carne de dentro a menor temperatura.
  • Adobar la carne antes de asarla a la parrilla. Un estudio del laboratorio Livermore demostró que adobar el pollo 40 minutos con una mezcla de azúcar moreno, aceite de oliva, vinagre de sidra, ajo, mostaza, zumo de limón y sal reduce la formación de HA entre u 92 y un 99%.
  • Utilizar un termómetro para carnes. Cocinar la carne de ave a una temperatura de 74°-82° C, la carne picada de ternera, cerdo y cordero entre 71°-76° y los asados y filetes de ternera entre 63°-71°. No cocine la carne “bien pasada”.
  • Tome vegetales crucíferos, como el brécol, el repollo, la coliflor, la col rizada o las coles de bruselas, uno o dos días antes de la barbacoa. Todos ellos contienen una serie de compuestos que activan una enzimas en nuestro cuerpo capaces de neutralizar la toxicidad de las HA.

Fuente: Universidad de Davis

mié
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Posibles riesgos de refrescos con gas

30 de mayo de 2007

Algunos refrescos con gas pueden dañar seriamente la salud

Según un artículo publicado esta semana en The Independent, una nueva investigación de una universidad británica sugiere que un conservante común en conocidos refrescos con gas puede causar un daño grave celular, desactivando partes vitales del ADN. Este problema, relacionado habitualmente con el envejecimiento y el alcoholismo, puede llevar a una cirrosis del hígado y a enfermedades degenerativas como el Parkinson.

Este descubrimiento puede tener importantes consecuencias para los cientos de millones de personas de todo el mundo que consumen este tipo de bebidas, además de avivar la controversia que rodea a los aditivos alimentarios, relacionados también con la hiperactividad en los niños.

La preocupación se centra en la seguridad del E211, conocido como benzoato de sodio, un conservante utilizado durante décadas por la industria de las bebidas carbonatadas a nivel internacional. El benzoato de sodio, que deriva del ácido benzoico, se encuentra de forma natural en las bayas, pero en los refrescos con gas se utiliza en grandes cantidades para evitar la formación de moho. También se añade a las conservas en vinagre y a las salsas.

El benzoato de sodio ya ha sido motivo de preocupación anteriormente, debido a que su combinación con el aditivo vitamina C en refrescos con gas da lugar al benceno, una sustancia cancerígena. Un examen de la Food Standards Agency (FSA) sobre el benceno en refrescos con gas descubrió el pasado año unos niveles demasiado elevados en cuatro marcas que fueron eliminadas del mercado.

Ahora, el profesor Peter Piper, un experto en envejecimiento de la Universidad de Sheffield que ha estado investigando el benzoato de sodio, ha hecho público otro de sus peligros. Piper, profesor de biotecnologíay biología molecular, estudió en su laboratorio el impacto del benzoato de sodio en células vivas de levadura, encontrando algo alarmante: el benzoato dañaba una zona importante del ADN en la mitocondria de las células, hasta el punto de desactivarla totalmente.

La mitocondria consume el oxígeno para producir energía y si se daña las células funcionarían muy mal. Además del envejecimiento, hay toda una serie de enfermedades que se están relacionando con daños en esta zona del ADN, como el Parkinson y varias enfermedades neurodegenerativas.

La FSA respalda el uso en el Reino Unido del benzoato de sodio, que también ha sido aprobado por la Unión Europea, pero algunos diputados han pedido que se investigue urgentemente este tema. «Muchos aditivos son relativamente nuevos y su impacto a largo plazo es incierto. Es obvio que este conservante debe ser investigado aún más por la FSA», señaló Norman Baker, diputado liberaldemócrata del Reino Unido.

En el año 2000, la OMS lo declaró seguro, pero con la observación de que la ciencia que avalaba su seguridad era “limitada”. Según Piper, las pruebas realizadas por la FDA estadounidense están obsoletas. «La industria afirma que estos compuestos han sido probados y son completamente seguros», añade, «pero según los criterios actuales de seguridad, las pruebas que se realizaron no eran las adecuadas. Como todo, las pruebas de seguridad avanzan constantemente y ahora es posible realizar unas pruebas de seguridad mucho más rigurosas que hace 50 años».

Fuente: The Independent

jue
10

Riesgos de tomar demasiado calcio y vitamina D

10 de mayo de 2007

El consumo elevado de calcio y vitamina D podría dañar el cerebro

Según un artículo publicado este mes en MedlinePlus, una nueva investigación ha revelado que los ancianos con un consumo elevado de calcio y vitamina D son mucho más propensos a sufrir importantes lesiones cerebrales que conducen a discapacidad cognitiva, depresión o apoplejía.

Los autores destacan que las lesiones cerebrales de distintos grados son frecuentes en los ancianos, incluso en los sanos; sin embargo, el hecho de que la cantidad de materia cerebral afectada aumente con la ingesta de vitamina está impulsando la teoría de una posible conexión entre ambas.

«Este es uno de los primeros estudios en examinar la relación entre la dieta y las lesiones cerebrales», señala Martha E. Payne, una de los autores y profesora ayudante en el departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte (EEUU).

Según ella, dado que el estudio solo observó la dieta y las lesiones cerebrales en un momento concreto del tiempo, no se puede concluir que las lesiones hayan sido producidas por las ingesta de calcio y vitamina D. Sin embargo, añadió que su descubrimiento de una relación entre las lesiones cerebrales y ambos tipos de nutrientes hace que se replanteen los posibles inconvenientes de una ingesta elevada de dichos nutrientes.

Por otra parte, algunos nutricionistas señalan que es muy pronto para recomendar que se eviten el calcio y la vitamina D (fundamental para la salud ósea), ya que por lo general, la mayoría de la gente no consume ni las cantidades suficientes.
El equipo de Payne presentó sus resultados l martes como parte de una presentación de la American Society for Nutrition en el congreso “Experimental Biology 2007”, celebrado en Washington D.C.

Tras considerar todos los posibles factores implicados, los investigadores observaron la existencia de una “fuerte relación” entre el volumen de la lesión y el consumo de vitamina D y de calcio que se podría deber a un exceso de absorción del calcio por parte de las paredes de los vasos sanguíneos.

Según la National Osteoporosis Foundation, las deficiencias de vitamina D3 y de calcio son un problema global. Esta organización recomienda un consumo de 1.200mg de calcio al día para los adultos de más de 50 años y una ingesta diaria total de entre 800 y 1.000 U.I. de vitamina D3, aunque advierte que un aporte de suplementos a ese nivel se debería tomar únicamente bajo la supervisión de un médico.

Además de en suplementos, el calcio se encuentra de forma natural en la leche, el queso y el brécol, y se suele añadir a otros alimentos como el zumo de naranja, los cereales o las barritas de desayuno. La vitamina D, fundamental para una buena absorción del calcio, la produce la piel tras una exposición al sol. Además se encuentra en alimentos como el pescado de mar, el hígado o los productos lácteos.

Fuente: MedlinePlus

mar
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Efectos negativos de la grasa

10 de abril de 2007

La grasa contrarresta los beneficios de la vitamina C

Según un artículo publicado el 8 de abril de 2007 en BBCNews.com, una nueva investigación sugiere que la presencia de grasa en el estómago podría anular los efectos anticancerígenos de la vitamina C.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Glasgow simuló, en experimentos de laboratorio, lo que sucede en un estómago humano y observó que la vitamina C (ácido ascórbico) absorbía los compuestos, considerados posibles causantes del cáncer, que se forman al mezclarse la saliva y los alimentos con los ácidos estomacales. Sin embargo, al añadir grasas a la mezcla, el ácido ascórbico ya no podía transformar estos compuestos en otros seguros para la salud.

Se cree que el nitrito, que proviene del nitrato de la dieta y está presente en la saliva, podría ser un disparador del cáncer gástrico.

Cuando llega al entorno ácido del estómago, el nitrito forma espontáneamente especies nitrosantes, capaces de convertir una serie de otras sustancias químicas estomacales en posibles agentes cancerígenos conocidos como N-nitrosocompuestos.
Los antioxidantes, como el ácido ascórbico, evitan la formación de estos nitrosocompuestos convirtiendo las especies nitrosantes en óxido nítrico. Sin embargo, los científicos observaron que, en presencia de grasa, ésta reacciona con el óxido nítrico para volver a formar las especies nitrosantes.

Según Emilie Combet, principal autora del estudio, y sus colegas, los resultados, presentados en el congreso anual de la Society of Experimental Biology, muestran que la presencia de lípidos puede alterar considerablemente el efecto protector de los antioxidantes, lo que relaciona una dieta rica en grasas con determinados cánceres de estómago.

Bridget Aisbitt, nutricionista de la British Nutrition Foundation, señala, sin embargo, que el cáncer es una enfermedad muy compleja, desarrollada con el paso del tiempo a causa de numerosos factores medioambientales y genéticos, y, por tanto, no se debería considerar ningún factor individual como ‘causante del cáncer’.
Según ella, algunos antioxidantes compatibles con la grasa, como los betacarotenos, también podrían neutralizar los nitrosocompuestos. Esta es otra de las razones para destacar la importancia de una dieta equilibrada baja en grasas y rica en fruta y vegetales (principal fuente de vitamina C), señala.

Fuente: BBC Health