Comer bien con presupuesto de estudiante

26 de septiembre de 2011

Pasado el verano y, de vuelta a la universidad, llegan los debates de cada cuso: La asignación mensual. Son muchos los padres

Coins and a cherrylos que deben hacer recortes y, también son muchos los jóvenes que piden aumentos. Varias argumentaciones por las que pedimos el aumento de sueldo son: «mamá, la vida sube y tu no me subes ni un euro», «me gasto todo en el super, no tengo para ir a tomarme algo por ahí», «entre el bus, la compra y los gastos del piso no me llega para nada»… Esas y muchas más, son las discusiones que tenemos siempre por estas fechas los que estudiamos fuera de casa.

Hace algún tiempo yo me dí por vencido, tenía que sacarle más provecho a mi asignación, pero…. ¿cómo? Pues voy a contaros como conseguí gastarme menos de la mitad en la compra y comer infinitamente mejor.

Hacer listas de compra. La primera prueba que debía superar era la de llegar a las 14:30 de la facultad y no tener nada preparado, si era así recurría a los congelados, que además son carísimos. Lo que hacía era organizarme, cada domingo al llegar al piso, miraba lo que tenía que comprar para toda la semana, para esto tenía que saber que iba a comer y cenar cada día. Me di cuenta, que con esta simple acción me ahorraba tiempo, autobuses y bastante dinero.

Comprar en sitios baratos y en cantidad. Aprovechando que los lunes salía de la facultad temprano,iba al Mercado de Chamartín, que me pillaba al lado, aprovechaba para ir a última hora, que querían quitarse el género y todo era más económico. Aquí compraba fruta y verdura de temporada a granel (en lugar de paquetes abundantes y costosos), en la carnicería siempre pensaba en el guiso o plato del día y en los alimentos que iba a congelar (pido que me los preparen al vacío, eso es lo mejor). Y, por último iba a la panadería, era un horno tradicional y las magdalenas, pan y bollería aguantaban mucho tiempo blanditos, así que adiós a la bollería industrial. Todo esto, teniendo siempre en cuenta los productos de temporada, cocinar platos de la época resulta fácil, divertido y económico (recetas temporada).

Comparar precios. Comparar los precios de los distintos supermercados. Esto lo fui haciendo poco a poco, según lo que me comentaban mis compañeros de piso y los de la facultad. Pero me dí cuenta que las marcas se tomaban en casa de mamá, por lo que me hice fan de las marcas blancas en la mayoría de los productos.

Fui observando que comprar paquetes ahorro era una buena solución. Esta parte de la compra la hacía en cuanto me pasaban la asignación porque cargaba para todo el mes. Antes compraba botellas de agua y leche por separado, desde que inicié esta aventura, decidí coger paquetes de 6. Son productos que no se ponen malos y sale más económico. Lo mismo hice con las latas de conserva, la mahonesa, kepchup, tomate frito, arroz, pasta, sal, azúcar…

Envases al vacío. El embutido siempre lo compraba en la charcutería del Mercado y, siempre pedía que me lo envasasen al vacío. Cuando abría uno de los paquetes para hacerme un bocata o un guiso, pensaba en el plato que iba a hacer al día siguiente para terminarlo y no tener que tirarlo. Por ejemplo, cuando empezaba un paquete de jamón para un bocata, con el jamón que me quedaba preparaba un plato (recetas con jamón).

Comer de sobras. También me di cuenta que hay platos que son muy muy generosos. Cuando hacía un cocido el lunes, por ejemplo, tenía comida y cena para dos días… ¿cómo? Aprovechando el caldo para cenar sopa o para hacer arroz al horno con salchichas (receta arroz al horno), el pollo para croquetas (receta croquetas) , el resto de carne para canelones (Receta canelones), la verdura para una crema (receta crema de verduras) y, los garbanzos, embutido  y pelotas para ropa vieja (receta ropa vieja). Muchas tardes me preparaba, con el pan del día anterior, torrijas (receta torrijas), o, cuando está más duro… picatostes para el puré, tostadas para el desayuno, panpizza o pan rayado.

Platos baratos y que puedo congelar. Muchos lunes por la tarde aprovechaba que había ido a la compra, para cocinar y congelar (trucos para el congelado), así el resto de la semana estaba liberado. Un par de veces por semana comía de cuchara, es barato y muy sano. Aquí os dejo algunos de mis preferidos. Las lentejas (receta lentejas), estofado (receta estofado) , caldo (receta caldo de pollo) , puré, albóndigas (receta albóndigas), boloñesa (receta boloñesa) , pollo con tomate (receta pollo con tomate)… que podía congelarlo, es barato y, cuando llegaba de clase solo tenía que calentarlo.

Espero que os sirvan estos simples consejos, que hacen la vida más fácil… yo, en tan solo una hora y media en el mercado(iba con lista de la compra y a buena hora) conseguía ahorrarme más de 100 euros al mes. Comprando en el mercado central noté mucha diferencia. Cocinando bien y cuidándome no tiraba apenas comida y, además ahorraba también en autobús porque solo iba una vez a la semana a comprar.

Recursos para interesados en cocinar con presupuesto de estudiante:

Un comentario to “Comer bien con presupuesto de estudiante”

  1. Sugel dice:

    ¿Para qué congelar el queso? Bueno, me pregunté lo mismo. No tenía idea a quién se le podía ocurrir meter queso al congelador y luego seguir con su vida, a menos que fuese un error. Pero la respuesta es bastante simple: hay veces en que hay quesos en ofertas muy tentadoras, y en vez de comprar un poco y comerlo de inmediato, para que una semana más tarde suba de precio, es mejor comprar mucho y congelarlo, así no tendrás que volver a comprar y tendrás siempre la oferta al alcance de tu paladar. También hay momentos en que algún pariente o amigo viaja y te regala un kilo de queso (me pasaba cuando niño, hoy en día nadie me regala queso… *insertar lástima aquí*), y entonces, en vez de comer todos los días un cuarto de kilo y hacer pedazos tu sistema digestivo, lo mejor es congelarlo y sacar periódicamente.

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