La próxima semana rendiremos homenaje a la dieta mediterránea, la columna vertebral de nuestra alimentación y también de la cultura gastronómica europea. Esta dieta combina productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos), carnes y pescados, pan y otros cereales, y aceite de oliva como grasa principal, y también representa una forma de vida ligada a la agricultura y la pesca, las tradiciones y costumbres unidas a ellos y el patrimonio culinario que se refleja en las recetas, la cocina y en el acto de compartir las comidas en comunidad.

Su valor es tan importante y amplio que, en 2013, fue registrada como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, que reconocía la identidad y relevancia culturales y el alcance económico de esta dieta en la vida de la cuenca del Mediterráneo. Pero la dieta mediterránea es ya universal y forma parte de los hábitos alimentarios de muchas personas más allá del Mediterráneo.

Merluza a la vasca con langostinos de José Villalba

En esta ocasión, vamos a detenernos en alimentos del mar que son esenciales en la dieta mediterránea, repasando recetas tradicionales fundamentales en el acervo cultural y gastronómico de toda España.

  • Almejas y mejillones: Estos mariscos bivalvos (o moluscos con dos conchas) son altos en proteínas, hierro, vitaminas y minerales, y muy bajos en grasas, por eso son ideales para hacer platos ligeros pero llenos del sabor del mar. Los mejillones al vapor es una de las formas más comunes de preparar este marisco, con un poco de sal, hojas de laurel, hierbas aromáticas y vino blanco, aunque también es muy conocida la receta gallega de mejillones a la marinera, que añade a la preparación al vapor pimentón y ajo. Por su parte, las almejas en salsa verde son una de las formas más comunes de cocinar este marisco: este aderezo básico y sencillo, de origen vasco, tiene cuatro siglos de historia y debe su color al perejil, cuyo sabor también combina muy bien con rape o merluza. Y ahora que ya empieza el frío, ¡apetecen unas alubias blancas con almejas! Este popular plato asturiano, también conocido como fabes con almejas, mezcla la salsa verde con las untosas alubias blancas para conseguir un potaje rico e intenso.
Mejillones al vapor de Tony Santos
  • Lubina y merluza: estos pescados blancos, además de muy sabrosos, aportan ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales, y aportan muchas proteínas a la dieta. La lubina a la sal es una de las recetas más conocidas de nuestra gastronomía porque el uso de la sal gorda permite cocinar este pescado manteniendo todos sus jugos y aportando sabor, de la misma forma que la lubina al horno permite conseguir un toque crujiente (si se cocina con piel) y aportar otros matices, añadiendo cítricos, especias y verduras. Y si te gustan los pescados más carnosos, ¡la merluza te encantará! Y más aún si pruebas a combinarla con otros mariscos, como en las diversas preparaciones de merluza con almejas con variantes en diferentes regiones de España.
Lubinas al horno con aceite, sal y limón de @tesa_cuina
  • Pulpo: como sucede con los productos de mar que estamos repasando, el pulpo es también un alimento altamente proteico, rico en ácidos omega-3, minerales y vitaminas, es muy saciante y ligero, y su suave sabor funciona con diversas recetas, desde vinagretas a potajes, pasando por el clásico de la cocina con este alimento, el pulpo a la gallega o “a feira”. La clave de esta preparación es el cocinado del pulpo, que debe hacerse en agua hirviendo “asustándolo”, o lo que es lo mismo, sumergiendo brevemente el pulpo tres veces antes de dejarlo cocer, para conseguir la textura firme en el interior y suave en el exterior típica de este plato.  Y una vez cocido, tibio o frío, se puede usar en ensaladas templadas o frescas, con vinagretas, o en un intenso salpicón de pulpo, con o sin toque picante.
Pulpo a feira de Javi Rodríguez

Y tú, ¿cómo preparas estos ingredientes del mar? Comparte tu receta y tus ideas para hacer almejas, mejillones, lubina, merluza o pulpo e inspira a más cocineros caseros en la comunidad de Cookpad.