Los restaurantes más antiguos de España: Esencia, cariño y amor por la cocina
Foto web Restaurante Botín |
Si tuvieses que recordar ese restaurante de la infancia, donde tus padres ya celebraron días importantes, comidas familiares, donde tus abuelos seguramente disfrutaron de la inauguración… ¿cuántos te vienen a la mente? En España hay más de 1 centenar de restaurantes centenarios, ¿Conoces alguno?
Queremos hacer una mención a 5 de estos restaurantes emblemáticos que, generación tras generación, han ido dejando huella y con el mimo y pasión por la cocina han convertido la restauración española en marca.
1. Restaurante centenario en Madrid. ¡cómo no! El Restaurante Lhardy abrió sus puertas en 1839 en pleno centro de la capital, cerca de la puerta del sol. No ha cambiado su imagen, ha mantenido la ternura por la cocina madrileña y día a día refuerza la filosofía y pasión con la que hace más de 100 años inauguraba sus fogones.
2. El restaurante más antiguo del mundo. El Restaurante Botín, uno de los preferidos de Su Majestad el Rey Juan Carlos y otras muchas personalidades españolas, abría sus puertas en 1725 y en estos más de 200 años han sido diferentes familias las que han llevado el legado que Jean Botín inició con amor cerca de la Plaza Mayor.
4. «Alto de los vinagres» o Arzak, así es, el Restaurante de Arzak, por todos conocidos por sus estrellas, su relevancia en la alta cocina y la labor del chef, es un rincón heredado de los abuelos donde más tarde la madre de Juan Mari Arzak empezó a preparar platos típicos como la merluza en salsa verde que más tarde regentaría Arzak para pasar a una siguiente generación gobernada por la Mejor Chef del mundo, Elena Arzak.
5. Casa Gerardo vive ya la 5º generación de dirección del restaurante. En la actualidad es Marcos Morán quien dirige la cocina de este restaurante que abría sus puerta en 1882 basada en el arte de la gastronomía asturiana. Cuenta con 3 soles de la Guía Repsol y una Estrella Michelín que reflejan el trabajo y pasión la gastronomía española.
Foto web Casa Gerardo |