¿Qué es la enfermedad renal?
Las causas más frecuentes de enfermedad renal crónica son la diabetes, la hipertensión y los antecedentes familiares de enfermedad renal.
La combinación de seguir una dieta poco saludable, padecer obesidad y fumar aumenta considerablemente el riesgo de padecer una enfermedad renal. Por tanto, aunque no podemos cambiar nuestros antecedentes familiares o nuestra edad, llevar un estilo de vida saludable es un buen método de prevención de la enfermedad renal y, por suerte, esto sí podemos controlarlo.
Es muy recomendable llevar una dieta equilibrada, limitando el contenido de carnes rojas y procesadas, la sal y las bebidas azucaradas. Por otra parte, se deberán consumir las cantidades necesarias de fruta, legumbres, granos integrales, frutos secos y productos lácteos bajos en grasa.
Siguiendo estas sencillas pautas, y manteniendo un peso saludable, estaremos previniendo enfermedades como la diabetes y la hipertensión, protegiendo a la vez nuestros riñones y contribuyendo de forma activa en nuestro bienestar a corto y a largo plazo.
- Controlar la ingesta de proteínas. El consumo elevado de proteínas, como el recomendado en algunas dietas de adelgazamiento, puede dañar los riñones. Llevar una dieta equilibrada, con un consumo adecuado de proteínas, limitar el consumo de carnes rojas si se requiere pérdida de peso, así como elegir carnes con poca grasa son buenos hábitos a seguir. En el tratamiento de enfermedades renales, el control proteico es el punto más controvertido de la dieta.
- Reducir el consumo de sodio. Como ya se ha comentado, la hipertensión es uno de los principales desencadenantes de enfermedad renal, por lo que deberá evitarse. De hecho, es una medida importante tanto en la prevención como en el tratamiento de la enfermedad renal. Las personas con insuficiencia renal deberán restringir el sodio en función del nivel de excreción urinario, evitando su retención para controlar el posible desarrollo de edemas e hipertensión. Si aparecen edemas, también se deberá limitar el consumo de líquidos.
- Evitar el consumo de alimentos procesados. Estos alimentos (patatas fritas, galletas saladas, conservas, fiambres, etc.) suelen contener un alto contenido de sodio y fósforo.
- Limitar la ingesta de azúcar. Son calorías vacías. Además, limitar su consumo ayuda a prevenir la diabetes y la obesidad.
- Evitar los refrescos azucarados. Son muy calóricos y no tienen valor nutritivo.
En conclusión, la enfermedad renal se puede prevenir o retrasar siguiendo unas medidas dietéticas sencillas, comunes en cualquier dieta equilibrada. También es útil realizar ejercicio regularmente, evitar la obesidad y no fumar. Estas pautas, junto con alguna adicional, pueden incluso ayudar a personas que padezcan enfermedades renales, y evitar que la enfermedad progrese y se deba recurrir a diálisis o trasplante renal.
Es importante recordar que siempre se ha de valorar el caso en particular, y adaptar los consejos generales a la persona en concreto y si así fuese, a su grado de enfermedad.
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