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El desayuno, ¿la comida más importante del día?

31 de julio de 2013
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¿Qué es el desayuno?
El desayuno, como su nombre indica, es la primera comida del día tras el ayuno de la noche (des-ayuno). Es decir, se trata de la rotura del ayuno nocturno. De ahí su importancia, ya que para empezar bien el día necesitamos consumir alimentos que nos carguen de energía hasta la próxima comida. Por ello, también es importante su composición, elegir bien los alimentos que comemos en el desayuno nos ayudará a afrontar el día con más energía y de una forma más saludable

Aunque en los últimos tiempos, sobre todo debido a la moda de estar excesivamente delgados, se ha tendido a saltar el desayuno para conseguir la figura deseada, lo cierto es que esto es un error, pues al final, las calorías que nos saltamos evitando el desayuno las compensaremos en el resto de comidas porque tendremos más hambre. Y además de este beneficio, desayunar parece tener mucho otros aspectos positivos para la salud

¿Cuáles son los beneficios del desayuno?
Al desayuno se le han asignado múltiples beneficios para la salud, uno ciertos y otros no tanto. De momento, los más significativos y que se han podido comprobar científicamente son su efecto protector contra la obesidad, la hipertensión arterial, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2. Los beneficios más destacados de un desayuno saludable son:

  • Efecto protector contra la obesidad: desayunar ayuda a realizar las cinco comidas diarias recomendadas sin picar entre horas. Si se salta el desayuno, se tienden a compensar a la alta las calorías en el resto de comida, porque se tendrá más hambre. Es mejor no saltarse ninguna comida y hacerlas menos copiosas, y así evitar picar entre horas y no llegar a pasar hambre entre comidas. 
  • Disminución del riesgo de enfermedad coronaria: recientemente, se ha publicado un artículo que demuestra la asociación entre saltarse el desayuno y el aumento del riesgo de padecer enfermedad cardíaca coronaria, como consecuencia de la obesidad, la presión arterial alta, el colesterol alto o la diabetes, sobre los que también afecta el desayuno. 
  • Aumento del rendimiento académico o laboral: es por esto que todas las madres se enfadan cuando sus hijos no han querido desayunar. Un desayuno saludable nos aporta energía tras el largo ayuno nocturno, y por tanto, permite estar más atento y activo durante la mañana. 
  • El desayuno como indicador de la calidad de la dieta: Las personas que en general siguen un estilo de vida saludable suelen desayunar. No les importa madrugar un poco más o salir un poco más tarde de casa a cambio de prestar atención al desayuno. Sin embargo, las personas con un estilo de vida menos saludable suelen saltarse a menudo el desayuno, porque eligen dormir más o llegar antes al trabajo, y si no se lo saltan, por lo general será menos saludable en cuanto a composición, eligiendo zumos con azúcar, un café, dulces, o cualquier cosa rápida que puedan ingerir por el camino. Recordar siempre que los alimentos que consumimos son el combustible de nuestro cuerpo. 
  • El desayuno ayudar a completar la dieta diaria: En el desayuno se pueden incluir alimentos saludables, como lácteos, cereales, huevos, etc. Los huevos, por ejemplo, son una dosis concentrada de proteínas que producen saciedad. La avena también genera sensación de saciedad y nos aporta fibra, mientras que si nos declinamos por los cereales integrales podremos incluir todavía más fibra en la dieta. Es más, normalmente si no se toma fibra en el desayuno no se consigue compensar este déficit durante el resto del día. 

¿Cómo es un desayuno saludable?
El desayuno debe aportarnos la energía necesaria para empezar el día. Por ello, debe suponer aproximadamente un 20-25% de las calorías consumidas durante el día. 

Un desayuno saludable debe podría basarse en:

  • Una ración de lácteos: bien un vaso de leche o un café con leche si se desea. Si hay problemas de tolerancia o no gusta la leche, se puede optar por el yogur, al que también se le pueden añadir cereales o trocitos de fruta y queda muy apetecible. 
  • Una ración de cereales, y mejor aún si son integrales: Pueden tomarse tostadas, ideales si se acompañan con un poco de aceite de oliva, o cereales de desayuno. 
  • Fruta: nos aportan múltiples vitaminas y minerales, e incluyendo fruta en el desayuno, es mucho más fácil cumplir las recomendaciones actuales de «5 al día». Se puede consumir en forma de zumo si así nos resulta más apetitoso, aunque es mejor si consumimos la fruta entera. Si por falta de tiempo se consume zumo embotellado, mejor hacerlo sin azúcar añadido, pues la fruta ya tiene suficiente azúcar de manera natural. 
Dependiendo de cada persona y de sus necesidades energéticas, puede consumirse también una ración de proteínas, como un poco de jamón york o queso fresco en las tostadas o un huevo duro. 

Por tanto, cuiden su desayuno, los alimentos que los componen y sus cantidades. Si no tienen hambre nada más levantarse, ¡no es problema! Desayunen al rato de despertar, y luego tomen un almuerzo más ligero si es necesario. 

Como siempre, les agradecemos sus comentarios y preguntas en la sección Comentarios. 


Vídeo El desayuno ideal 


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Ácidos grasos omega 3 protegen contra el cáncer de mama

9 de julio de 2013
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El consumo de ácidos grasos esenciales omega 3 puede reducir significativamente el riesgo de sufrir cáncer de mama. 

El consumo de ácidos grasos omega 3, presentes en pescados azules como el salmón, las sardinas o el atún, se asoció con una reducción del 14% del riesgo de sufrir cáncer de mama. Además, por cada aumento de 0,1 gramos al día en el consumo de ácidos grasos omega 3 a través del pescado, el riesgo de cáncer de mama se reduce un 5%. 

El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más comunes, y causa gran número de muertes. El estilo de vida y dieta saludable juegan un papel muy importante en la prevención del cáncer de mama. 

En el estudio, publicado en British Medical Journal, se revisaron 21 artículos sobre la relación entre el cáncer de mama y los ácidos grasos omega 3, que incluían un total de 883.585 participantes y 20.905 casos de cáncer de mama. 

Se aconseja el consumo de 1 ó 2 raciones de pescado graso a la semana, como las sardinas, el salmón o el atún para obtener estos beneficios del omega 3 en la reducción del riesgo del cáncer de mama

  1. Zheng JS,
  2. Hu XJ, 
  3. Zhao YM,
  4.  Yang J,
  5.  Li D. British Medical Journal (2013). 
  6. Más información.


Vídeo Alimentos anticancerígenos







Vídeo 10 consejos para prevenir el cáncer






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Las grasas saturadas aumentan riesgo de Alzheimer

25 de junio de 2013
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Una dieta con elevado contenido de grasas saturadas aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. 

La enfermedad de Alzheimer puede ser causada en parte por la acumulación de péptidos beta amiloides en el cerebro. Estos péptidos se pueden unir a lípidos o a proteínas transportadoras de lípidos, como la apolipoproteína E, o estar libres en el cerebro. 

El consumo elevado de grasas saturadas disminuye los niveles de apolipoproteína E, que ayuda en la protección del cerebro contra la enfermedad de Alzheimer. La apolipoproteína E ayuda a eliminar las proteínas beta amiloides del cerebro, que favorecen la formación de placas amiloides que interfieren en la función normal neuronal. Este tipo de placas son comunes en el cerebro de personas con la enfermedad de Alzheimer. 


Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Neurology determinó que la dieta con elevado contenido de grasas saturadas provoca cambios en la cantidad de beta amiloide y apolipoproteína E en el cerebro. 

En el estudio participaron 20 personas mayores con la cognición normal y 27 con deterioro cognitivo leve, que es un precursor de la enfermedad de Alzheimer. Los pacientes fueron divididos al azar en dos grupos, ambos con dietas con igual cantidad de calorías, pero alta o baja en grasas saturadas. Las dietas con elevado contenido en grasas saturadas tenían un 45% del total de energía procedente de la grasa y más de la cuarta parte eran grasas saturadas. Las dietas con bajo contenido de grasas saturadas tenían un 25% de la energía procedente de la grasa, y menos del 7% eran grasas saturadas. Los resultados obtenidos se observaron tan sólo un mes después de seguir la dieta asignada. 

Una dieta equilibrada, con un consumo adecuado de grasas saturadas, puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer. Una buena nutrición, una vez más, modifica factores importantes en la evolución de las enfermedades, en este caso de la enfermedad de Alzheimer, además, en un corto período de tiempo. 

Hanson AJ, Bayer-Carter JL, Green PS, Montine TJ, Wilkinson CW, Baker LD y col. JAMA Neurology (2013). Más información
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Peligros del azúcar para la salud

13 de junio de 2013
Peligros del azúcar para la salud

El consumo de azúcares añadidos aumenta el riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2. Un sólo refresco azucarado (33 cl) al día aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 22%. 

El azúcar añadido a los alimentos y bebidas aumenta su palatabilidad (es decir, es grato al paladar) pero también, su aporte calórico. Su consumo no es necesario, pues los alimentos ya contienen azúcar de manera natural (por ejemplo, la fruta). Por tanto, el consumo de azúcar y de alimentos y bebidas con azúcar añadido debe ser moderado. Además, el consumo moderado de azúcar ayuda a prevenir la obesidad, la caries dental y muchas otras enfermedades relacionadas. 

Un nuevo informe publicado en BMJ destaca los peligros del consumo de azúcar añadido sobre la salud de las personas. El consumo de azúcar añadido aumenta el riesgo de sufrir obesidad, una epidemia en los tiempos que corren y que además, está impulsando la incidencia de diabetes tipo 2.

Según un estudio publicado recientemente en Diabetología, beber una lata (33 cl) al día de cualquier refresco azucarado puede aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en un 22%. Además, el consumo de refrescos azucarados aumenta el riesgo de padecer obesidad, y por tanto, de otras muchas enfermedades asociadas como las enfermedades del corazón. 

La recomendación establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto al consumo de azúcares añadidos indica que su consumo no debe superar el 10% del consumo total de energía de una persona. Sin embargo, se sabe que por ejemplo, en el caso de los estadounidenses, la ingesta de azúcares añadidos supone aproximadamente un 13% del consumo total de calorías. 

A pesar de que varios estudios han vinculado el consumo de azúcares añadidos con un aumento del riesgo de padecer obesidad y diabetes, la industria alimentaria sigue ofreciendo productos con alto contenido en azúcares añadidos, e incluso, está permitida su publicidad en eventos deportivos, lo que mejora imagen de estos productos de cara al público. Sería muy recomendable concienciar a la población sobre el riesgo que implica el consumo de alimentos con alto contenido en azúcares añadidos. 


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Nutrición adecuada durante el envejecimiento

27 de mayo de 2013
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¿Cómo afecta el envejecimiento a la nutrición y a la alimentación?
El aumento de la calidad de vida, junto con los avances en medicina, han hecho que las personas vivan ahora más tiempo que nunca. Los procesos metabólicos, fisiológicos y bioquímicos cambian en la medida que se envejece, y estos cambios tienden a tener un efecto adverso sobre el estado nutricional del sujeto.

Una buena dieta puede ayudar a asegurar que las personas mayores se sienten más saludables, se mantengan activas durante más tiempo y estén más protegidas frente a las enfermedades, es decir mejore su calidad de vida.

En esta fase de la vida, es común la malnutrición, tanto por exceso como por defecto (desnutrición). Desde el punto de vista nutricional, la vejez es una etapa de la vida en la que los seres humanos somos muy vulnerables, debido a los cambios físicos, psicosociales y al aumento de la incidencia de las enfermedades crónicas asociados al proceso de envejecimiento. 

Entre los cambios que se producen durante el envejecimiento, y que afectan a la nutrición, destacamos:
  • Variación de la composición corporal. Se produce una disminución de la masa magra y del agua corporal y un aumento de la masa grasa, lo que ocasiona una reducción del metabolismo basal. Además, también disminuye la masa ósea, por lo que aumenta el riesgo de fracturas. 
  • Deterioro de las funciones fisiológicas. Durante el envejecimiento aumentan, entre otros, los problemas dentales y digestivos, con un gran impacto sobre la ingesta y absorción de nutrientes. 
  • Alteraciones sensoriales. La pérdida del oído, olfato, vista o gusto puede repercutir en la alimentación, disminuyendo el apetito o alterando la correcta elección de alimentos o su preparación. 
  • Aparición de problemas psíquicos como depresión, ansiedad o demencia pueden deteriorar la nutrición de la persona. Se pueden dar casos en lo que se salten comidas, pierdan destreza en la preparación de una dieta variada o exista preferencia por los alimentos preparados. 
  • Sedentarismo. El cese de la actividad laboral, a menudo, no se acompaña con un aumento de la actividad física. Estar activo favorece la salud física y mental, y ayuda en el mantenimiento de un peso saludable. 
  • Problemas socioeconómicos. Se puede producir una disminución del poder adquisitivo, que lleve a la persona a descuidar la correcta alimentación. 
  • Aparición de enfermedades. Algunas de estas enfermedades implican adaptarse a ciertas restricciones en la dieta o a la toma de fármacos, que pueden afectar de forma negativa a la nutrición. 

Necesidades nutricionales durante el envejecimiento.
El envejecimiento suele ir asociado a un descenso del gasto energético, tanto por los cambios en la composición corporal como por el descenso de la actividad física. Por ello, resulta muy beneficiosa la práctica de deporte, tanto para mantener un peso corporal adecuado como para evitar pérdidas en la movilidad. 
Se deberá controlar la ingesta de alimentos, procurando consumir las cantidades adecuadas para evitar aumento de peso corporal, y a la vez, que estas ingestas sean lo más completas posibles y aporten todos los nutrientes necesarios. 

Además, se deberán tener en cuenta las siguientes necesidades nutricionales:
  • Consumir proteínas de elevada calidad. La proporción de proteínas en la dieta no varía con respecto a las recomendadas en el adulto joven, pero estas deben ser de alta calidad. Los alimentos con proteínas de elevada calidad son la carne, huevo, pescado, lácteos, cereales y leguminosas, principalmente. Es muy interesante y recomendable la complementación, que mejora la calidad proteica. Esta complementación consiste en preparar platos con proteínas de origen animal y vegetal. De esta forma, se puede conseguir ingerir en una comida todos los aminoácidos esenciales. Esta práctica consiste, por ejemplo, en realizar un plato de lentejas con carne y arroz, y no sólo con lentejas y verdura.
  • Consumo de lípidos. El consumo de lípidos no varía tampoco respecto al recomendado en personas jóvenes. Resulta conveniente el consumo de ácidos grasos omega 3, presentes principalmente en el pescado, por su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares y arritmias, entre otros. 
  • Hidratos de carbono. La cantidad en este caso tampoco varía. Lo importante es aumentar el consumo de hidratos de carbono complejos y disminuir los hidratos de carbono simples. Esto favorece el control de los niveles de glucosa. 
  • Importancia de la fibra. Se debe tener un consumo adecuado de fibra, preferiblemente mediante el aumento del consumo de productos integrales, y no mediante suplementos. Controlar alimentos ricos en fibra puede ayudar en el control de la glucemia (especialmente importante en diabéticos), los lípidos sanguíneos (disminuye el colesterol sérico al impedir su reabsorción intestinal) y la función gastrointestinal, ya que es común el estreñimiento. 
  • Consumo de agua. Durante el envejecimiento disminuye la proporción corporal de agua, y con ello, aumenta el riesgo de deshidratación. También se puede producir un descenso en la sensación de sed, por lo que se debe controlar atentamente su consumo. Puede ser interesante el consumo de sopas, infusiones y zumos para aumentar la ingesta de agua. 
  • Vitaminas y minerales. Se debe controlar el consumo adecuado de calcio, vitaminas B6, B12, D, ácido fólico y antioxidantes. 
    • La vitamina B6 influye en la inmunidad celular, por lo que su déficit puede dar bastantes problemas. 
    • El déficit de vitaminas B6, B12 y ácido fólico condicionan elevaciones en los niveles de homocisteína, que aumenta el riesgo cardiovascular y el de padecer trastornos psiquiátricos. 
    • El déficit de vitamina D es común en ancianos que se exponen poco a la luz solar. Es importante mantener adecuados sus niveles, bien exponiéndose al sol o mediante la alimentación, así como los niveles de calcio para evitar la osteoporosis. 
    • La vitamina C es recomendable por su potente acción como antioxidante.
Es importante durante el envejecimiento, por la alta posibilidad de padecer enfermedades, valorar cada caso en particular, y adaptar las recomendaciones generales a la persona en concreto. 
Algunos consejos nutricionales para envejecer mejor
  • Tomar una dieta variada, con alimentos de todos los grupos y en las cantidades adecuadas. 
  • Reducir el consumo de sal, azúcar, colesterol y alcohol. 
  • Realizar 4-5 comidas más ligeras es mejor que concentrar todos los alimentos en 3 ingestas. 
  • En las ensaladas, si fuera necesario, pelar el tomate y picar los ingredientes para facilitar su masticación. 
  • Si dan problemas, evitar los alimentos flatulentos, como las coles. 
  • La carne puede hervirse o guisarse para ablandarla y facilitar así su consumo. También se puede triturar o presentar en forma de puré. 
  • Elegir preferentemente pescados sin espinas, o que tengan pocas o grandes. 
  • Existen cubiertos especiales, a los que se puede recurrir, como cubiertos con el mango más ancho para personas sin fuerzas en las manos o con formas especiales para personas con artrosis. 

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