La verdad es que alguna vez he estado tentado de hacer un blog pijo de gastronomía o de cocina. Me explico. Sin tener ni puñetera idea de esto hacérmelas pasar como un entendido aficionado y presumir de la pasta gansa que me gasto en los restaurantes donde voy (diciendo que me invitan) y también a los que tampoco voy. Y si se tercia de mi habilidad en los fogones…
Como afortunadamente hoy todo está en Internet, escribir un blog así, mezclando todo y nada, e impresionar (más bien despistar) a amas de casa que llevan la tira de años sabiendo del oficio, y no digamos a ineptos como yo, es fácil. Incluso, algun@s, tras estar siglos cocinando leen alguno de estos blogs acaban preguntándose ¿pero sabré yo algo de cocina?
Los blogs pijos de cocina y gastronomía
Los blogs pijos son los que van de cocina muy creativa a base de ingredientes «super-originales», «super-ecológicos», «super-asiáticos», super, super… También van de tradicionales de vez en cuando, citando a los grandes maestros conocidos y desvelando algún secreto. Lo cierto es que si a estos pijos les ponen delante de una paella se les olvida echarle el arroz.
Eso sí, ensalzan o perdonan la vida a Andoni Adúriz, compadrean con Berasategui como si tal cosa, tienen algunos amiguetes en el barrio de Salamanca (Madrid), les impresionan unos spaguettis que se han tomado en el Sant Celoni e incluso cuando hablan de una hamburguesa dejan a Jamie Oliver con el culo al aire… Por supuesto todos están en facebook, compartiendo elitismo y mirando por encima del hombro a los pobres parias como yo que se dignan a confesar que una vez a la semana tiran de la litoral (como ya hacía mi proletario padre en la Universidad). Ni que decir tiene que el día que su blog recibe más de diez visitas va directamente a hacerse un homenaje.
Lo dicho hasta aquí me importaría un bledo… Pero el colmo es la prepotencia elitista y pija de este tipo de blogs. Si tuvieran que alimentar una familia en menos de un mes tendrían que darle un tratamiento de choque a los afectados. Y cuando tienen que comer ellos seguro que se ponen en buenas manos. Por dios ¡¡que con las cosas de comer no se juega!! capullos!!.
Imagen: letra.org
Me gusta…
Un saludo
Juana Trujillo
Una bloguera gastronómica…con perfil en facebook y en twitter…
hay mucho pijo en esto de la gastronomía (y mucho vividor de cuento). Me gusta lo que dices