La gastronomía, la cocina tiene sus modas, sus «pijos». En un pasado muy reciente se definía la alta cocina sobre la base del caviar, las ostras, el foie y el sofisticado sabor de la trufa… Puestos a sorprender hoy hacemos humo en los platos, solidificamos el café y hacemos de la técnica casi un fin…
Algunos de estos inventos no son más que felices redescubrimientos. Es el caso de el reencuentro de la cultura gastronómica oriental, lo que Santi Orts llama los nuevos cítricos, algo que está llamado a ser un hit de primer orden en nuestro ámbito gastronómico occidental.
En este orden de cosas algunos otros redescubren la casquería, los chapulines, los gusanos blancos de maguey. O la fusión peruana de tres cocinas de proyección mundial. Todo vale.
El oro como ingrediente
Esto es lo último de lo último. Sí, no sabe a nada. Tiene un sabor neutro. Pero es la nueva moda. Si se pueden fragmentar nanpartículas de oro para usos industriales… ¿porqué no para la alta cocina?.
Sí, el colmo de la sofisticación es el oro como ingrediente culinario. Si no lo creen, vean con atención este vídeo. Sobran palabras.