Hoy, día 1 de septiembre 2006 entra en vigor la obligación de separar físicamente las zonas de fumadores del resto en bares y restaurantes de más de 100 metros cuadrados. Fumar en los restaurantes será más difícil (menos mesas) y en algunos imposible.
Los restaurantes que no hayan realizado las obras de separación pasarán a ser, automáticamente, espacios sin humo (en los que no se podrá fumar) segun la ley antitabaco, que daba ocho meses de moratoria para realizar las obras o acondicionamientos necesarios. Se estima que casi la mitad de los bares y restaurantes no han realizado las obras tras los ocho meses que tenían para hacerlo y, portanto, no tendrán más solución que prohibir el tabaco o enfrentarse a multas de hasta 10.000 euros.
Pero son las Comunidades Autónomas las que tienen la capacidad de sancionar. Valencia, Madrid, Castilla-La Mancha ya han dejado entrever que no van aplicar la normativa con mucho celo, aunque cualquier ciudadano puede desde hoy presentar una denuncia ante incumplimientos y la Administración tiene la obligación de recogerla.
El placer de fumar puros en los restaurantes
¡Qué placer era aquello de fumar un buen puro al acabar una suculenta comida en un restaurante! Pero todo parace señalar que son placeres prohibidos que acabarán por extinguirse y se recordarán en nuestras metes como algo idílico.
Llegado ese momento no me queda nada más que pensar nostálgicamente en los puros del Restaurante El Amparo, ó Restaurante Ca’n Alfredo, la cava de puros de Los Churrascos, los regalos de puros en las bodas… En fin, tendremos que viajar a Cuba más frecuentemente.