Según un artículo publicado esta semana en Foodnavigator, un nuevo estudio realizado en Grecia sugiere que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 tiene efectos beneficiosos sobre el ritmo cardíaco y puede proteger frente a fatídicos ritmos cardíacos anormales. Los ácidos grasos omega-3 se han relacionado con un amplio abanico de beneficios para la salud, entre ellos una reducción en el riesgo de enfermedades cardiovasculares (CVD) y determinados cánceres, un buen desarrollo del feto durante el embarazo, etc.
Sin embargo un meta-análisis afirmaba, el pasado año, que no había pruebas que relacionasen la ingesta de omega-3 y una mejora de la salud coronaria.
El nuevo estudio, dirigido por Christine Chrysohoou, de la Universidad de Atenas, amplia las investigaciones anteriores acerca del aceite de pescado y la salud coronaria, y concluye que el consumo de pescado está relacionado con una mejora en las propiedades eléctricas de las células del corazón (electrofisiología).
Según escribió la autora en la revista American Journal of Clinical Nutrition, el consumo de pescado a largo plazo en personas sin ningún indicio de enfermedad cardiovascular y con una dieta libre está asociado con un menor intervalo QT, indicando una posible protección antiarrítmica.
Los investigadores reunieron a 3.042 personas (1.514 hombres y 1.528 mujeres) con un promedio de edad de 45 años y evaluaron sus dietas con un autocuestionario de frecuencia alimentaria validado. Se registraron las ingesta diaria o semanales de 156 alimentos diferentes, junto con el consumo de alcohol y la actividad física realizada. También se realizaron electrocardiogramas a los participantes para medir varios parámetros de la frecuencia cardíaca.
Chrysohoou y sus colegas observaron que las personas que comían más de 300g de pescado a la semana tenían unos valores de QT significativamente inferiores (13,6%) que los que no comían pescado. Posteriormente, tras ajustar los resultados teniendo en cuenta varios factores como la edad, el sexo, el estado físico, el índice de masa corporal y los hábitos de consumo de tabaco y frutos secos, la reducción en los valores de QT asociada con un elevado consumo de pescado se elevó al 29,2% en comparación con los que no habían consumido pescado.
Unos valores inferiores de QT indican una reducción de la frecuencia cardíaca en reposo, lo que supone un beneficio importante para la salud.
En otro estudio de la Universidad de Harvard se observaron efectos similares que los investigadores achacaron a los efectos de los ácidos grasos omega-3 sobre el flujo de sodio y de calcio en los canales de iones, asociados a las señales eléctricas en las células. Sin embargo, serán necesarios más estudios que confirmen estos descubrimientos.
Por otra parte, los contaminantes del pescado, como el metilmercurio, las dioxinas o los bifenoles policlorinados (PCBs) han planteado un debate entre los posibles riesgos y beneficios del consumo de pescado. Por este motivo, la mayoría de los aceites de pescado del mercado han sido destilados molecularmente y desodorizados con vapor para eliminar los contaminantes y algunas empresas del sector ya han empezado a extraer omega-3 de las algas y a ofrecerlo como suplemento.
Fuente: Food Navigator