Según este artículo publicado esta semana por Reuters, los resultados de un nuevo estudio han detectado la existencia de una «paradoja de la obesidad», que consiste en una inesperada disminución de enfermedades y fallecimientos con un creciente peso corporal o IMC en personas con problemas de corazón y pacientes con angioplastia. Esta paradoja se da también en personas con hipertensión y con arterias coronarias dañadas.
En el estudio, los investigadores observaron que los adultos con sobrepeso y obesos, con hipertensión y enfermedades de las arterias coronarias tenían menos riesgo de sufrir un infarto, apoplejía o muerte, en comparación con sus homólogos de peso normal.
Según señalaron el Dr. Seth Uretsky, del St. Luke’s-Roosevelt Hospital de Nueva York, y sus colegas en la revista American Journal of Medicine, los motivos de este aparente efecto protector de un IMC elevado en dicha población «no están claros».
Los investigadores estudiaron el efecto del sobrepeso y la obesidad sobre cuestiones relacionadas con el corazón en 22.576 personas con tratamiento para la hipertensión y enfermedades coronarias y observaron que, en comparación con los sujetos de peso normal (con un IMC de entre 20 y 25), el riesgo de muerte, infarto o apoplejía era inferior en los sujetos con sobrepeso (IMC entre 25 y 39) y obesidad de clase II y III (IMC igual a 35 o superior).
Según los investigadores, esta «paradoja de la obesidad» se observó en hombres y mujeres de todas las edades, incluso a pesar de que la tensión arterial estuviese mejor controlada en los pacientes de peso normal.
No obstante, a pesar de esta paradoja, los resultados de numerosos estudios señalan los beneficios de una «pérdida de peso intencionada» en pacientes obesos con enfermedades coronarias y también destacan la relación entre la obesidad y otras enfermedades mortales como el cáncer.