Un estudio de la Universidad de Laval, supervisado por los investigadores Frederic Calon y Francesca Cicchetti, ha demostrado, por primera vez, que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 protege el cerebro frente al Parkinson.
Este artículo de Sciencedaily explica que el origen del Parkinson está en la muerte progresiva de las neuronas responsables de la producción de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el control del movimiento. La enfermedad se suele diagnosticar cuando entre el 50% y el 80% de estas neuronas ya están muertas y, actualmente, no hay ningún tratamiento que detenga el proceso, pero el descubrimiento del equipo de la Universidad de Laval podría ayudar a prevenir la enfermedad y, quizá, incluso ralentizar su progresión.
Los investigadores observaron que al alimentar a un grupo de ratones con una dieta rica en omega-3, éstos parecían inmunes al efecto del MPTP, un compuesto tóxico que causa el mismo daño cerebral que la enfermedad de Parkinson. Por el contrario, otro grupo de ratones alimentados con una dieta normal desarrolló los síntomas característicos de la enfermedad, con una disminución en el número de neuronas productoras de dopamina de un 31% y una caída del 50% en los niveles de dopamina.
Los análisis revelaron que los ácidos grasos omega-3 (concretamente, el DHA o ácido docosahexaenoico), habían reemplazado a los omega-6 presentes en el cerebro de los ratones, lo que según Calon, demuestra por una parte, la importancia de la dieta en la composición de los ácidos grasos del cerebro y, por otra, la tendencia natural del cerebro hacia los ácidos grasos omega-3.
Puesto que las concentraciones de otros tipos de omega-3 se mantuvieron iguales en ambos grupos de ratones, los investigadores sugieren que el efecto protector frente al Parkinson proviene, fundamentalmente, del DHA. Otra conclusión que se podría extraer es que un cerebro con muchos ácidos omega-6 constituye un terreno fértil para la enfermedad de Parkinson.
«En Norteamérica, la ingesta media de DHA está entre 60 y 80mg al día, mientras que los expertos recomiendan un mínimo diario de 250mg», señala Calon. «Nuestros resultados sugieren que esta deficiencia de DHA es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Parkinson y que sería beneficioso evaluar el potencial de este omega-3 para la prevención y el tratamiento de la enfermedad en humanos».
La investigación ha sido publicada en línea en la revista especializada FASEB Journal, de la Federation of American Societies for Experimental Biology; no obstante, no se publicará en versión impresa hasta abril de 2008.