Comer para dormir mejor: La clave está en seguir una dieta equilibrada
Centrándonos en qué, cuándo y cuánto comemos durante el día y antes de acostarnos, podremos tener, en general, un sueño más reparador. A continuación se indican algunos consejos:
- Incluir proteína magra y una pequeña cantidad de hidratos de carbono y grasas saludables en todas las comidas y meriendas. Algunas fuentes de proteína magra son el pescado, el pollo, el requesón, el yogur, los huevos, el tofu y las habas. Las grasas saludables incluyen los aguacates, el aceite de oliva, los pescados grasos, los frutos secos y las semillas. Los alimentos vegetales como los cereales integrales, las habas, las verduras y frutas aportan hidratos de carbono complejos y fibra.
- Ser constante. Comer o picar algo cada tres o cuatro horas. Desayunar en menos de una hora (dos como máximo) tras despertarse. Probar los huevos, la mantequilla de cacahuete o el aguacate en pan tostado de trigo entero, los copos de avena con nueces y leche o requesón con fruta. Para el almuerzo, ensalada con pollo a la parrilla o camarones, un sándwich de pavo en pan de trigo integral o una sopa de habas. Incluir una merienda por la tarde hay una distancia de más de cuatro horas con la cena. Probar con fruta y un puñado de frutos secos, un pastel de arroz con mantequilla de cacahuete o galletas integrales con queso bajo en grasa.
- Evitar las comidas pesadas por la noche. Hacer una comida copiosa poco antes de irse a dormir puede interferir en el sueño. No conviene que el cuerpo esté ocupado dirigiendo la cena mientras intentamos descansar por la noche. Además, acostarse con el estómago lleno hace que los ácidos y los jugos gástricos fluyan hacia el esófago, pudiendo causar ardor de estómago en algunas personas.
- Evitar sustancias como la cafeína. Es obvio que cualquier alimento o bebida con cafeína puede perturbar el sueño, aunque ésta no actúa igual en todas las personas. Si somos sensibles a la cafeína, evitarla por la tarde y por la noche. Hay que recordar que la cafeína está presente en el chocolate, el té y algunos refrescos y medicamentos. Incluso quedan pequeños restos de cafeína en el café descafeinado.
- Evitar el alcohol por la noche. Tener en cuenta que, aunque pequeñas cantidades de alcohol pueden ayudarnos a conciliar el sueño (y pueden ser relajantes), en realidad, el alcohol interfiere a la hora de mantenerse dormido.
- No beber demasiados líquidos antes de acostarnos. Por lo general, el cuerpo tarda unos 90 minutos en procesar los líquidos. Si las ganas de orinar nos despiertan en medio de la noche debemos limitar los líquidos de cualquier tipo al menos 90 minutos antes de acostarnos.
Fuente: My optimum health