Alimentación y autismo.
Los estudios publicados por Autism Speaks muestran que un conjunto de vías bioquímicas (metilación, sulfatación y transulfuración) tienden a no funcionar de forma óptima en las personas con autismo. Estas vías están involucradas en la desintoxicación, la eliminación de metales pesados, la digestión, la función inmune y la integridad intestinal.
Los síntomas gastrointestinales y la inflamación son muy comunes para aquellos que están en el espectro. Estos incluyen diarrea, estreñimiento, hinchazón y dolor gastrointestinal.
La inflamación intestinal suele estar causada por sensibilidad a los alimentos y una sobreabundancia de bacterias dañinas en el intestino. Una digestión deficiente provoca deficiencias de nutrientes y una función celular alterada, que se manifiesta en forma de una función cerebral pobre y de deficiencias en el sistema inmunológico. Cuando el alimento no se descompone de manera apropiada, como en el caso de la sensibilidad a los alimentos, produce torpeza mental, insensibilidad al dolor, aislamiento e irritabilidad.
Existe una clara conexión entre el cerebro y el intestino. Tratar los síntomas físicos a través de la dieta incrementará la salud en general y debería reducir la severidad de los síntomas.
Con el fin de curar el intestino, es importante seguir una dieta rica en alimentos con propiedades antiinflamatorias, como los ácidos grasos omega-3 presentes en el aceite de pescado (pescado azul como el salmón y las sardinas), las semillas de lino y las nueces, para reducir cualquier inflamación intestinal existente. Los pro y prebióticos también reducen la inflamación intestinal, además de aumentar la cantidad de bacterias intestinales saludables.
Los probióticos se encuentran en los alimentos fermentados como el kéfir, el yogur sin lactosa, el aceite de hígado de bacalao fermentado y las hortalizas cultivadas como la col agria y el kimchi. Los alimentos ricos en prebióticos también son ricos en fibra soluble beneficiosa e incluyen los plátanos, los espárragos, las alubias/legumbres, el ajo, el kéfir/yogur, los puerros, las cebollas y los guisantes. E
l ácido butírico también ayuda a nutrir la mucosa intestinal y se encuentra en la grasa de la leche. El ácido butírico, así como las grasas omega-3, se encuentra en concentraciones altas en la mantequilla elaborada a partir de vacas orgánicas en pastoreo, más que en las variedades industrializadas.
Omitir los alimentos que agravan los síntomas físicos. Los alimentos que contienen o producen levadura causarán un crecimiento excesivo de bacterias dañinas en el intestino y se deberían al menos evitar, si no se eliminan por completo. Estos alimentos incluyen el azúcar (incluidos los azúcares naturales presentes en la fruta), el pan, las ciruelas, las uvas, el vinagre, los quesos y las carnes curadas. Se sabe que los hidratos de carbono refinados, las patatas y los cereales sin gluten alimentan la levadura.
Los alimentos que contienen toxinas y fenoles naturales, por lo general, no son buenos y, en muchos casos, es necesario retirarlos de la dieta. Las toxinas incluyen los aditivos (colorantes, saborizantes, conservantes y MSG) y los plaguicidas.
Elegir lo orgánico siempre que sea posible. Los productos de origen animal procedentes de aniales alimentados con pasto o pastoreo ofrecen un mayor contenido de nutrientes y no contienen productos químicos y hormonas.
Cuando no están libres de toxinas de forma natural, los alimentos que contienen fenoles naturales pueden originar síntomas conductuales, emocionales y físicos, y se deberían limitar. Entre ellos se encuentran las uvas, las manzanas, las bayas y las almendras. Comprobar a qué alimentos se tiene sensibilidad y eliminar a los culpables también es beneficioso para la gestión de los síntomas físicos relacionados con el autismo.
Empezar lentamente para evitar sentirse abrumado; incorporar los cambios de uno en uno y no añadir otro hasta que el anterior se haya vuelto algo natural. Puede parecer difícil de agregar nutrientes a la dieta de un comensal quisquilloso, pero se puede hacer. Fuente: Fox
Hola, tengo un 2 hijos. Mi primer nena es normal y el nene más chico tiene síndrome de Asperger (un tipo de autismo). Ni en mi familia ni en la de mi esposo hay antecedentes de autismo y estoy empezando a sospechar, por todo lo que he leído, que puede ser a causa de la exposición constante que tuve a los metales pesados ya que durante todo el embarazo de mi hijo estuve trabajando en la esquina más céntrica de toda la ciudad de Córdoba (Colón y General Paz).