Intolerancias alimentarias más prevalentes
Tanto la intolerancia a la lactosa como al gluten son las que más personas padecen. Una se produce por la mala asimilación de la proteína de algunos cereales, el gluten. Y la otra por el azúcar que contiene la leche, la lactosa.
Se denominan intolerancias alimentarias por que se ven provocadas por alteraciones en la digestión o el metabolismo de ciertos alimentos, que por origen genético o adquirido a lo largo de los años, impiden la digestión, asimilación y aprovechamiento de ciertos nutrientes necesarios que se encuentran presentes en esos alimentos.
Para poder llevar una dieta que sea asimilable, será necesario eliminar todos aquellos alimentos que contengan tanto gluten como lactosa.
En el caso de la intolerancia al gluten, las variedades en la dieta son muy amplias, ya que existe una gran variedad de cereales aptos para celiacos, los cuales se pueden combinar para realizar todo tipo de recetas lo más similares posible a las tradicionales tanto de sabor como de apariencia. Sobre todo es importante vigilar que los productos que se consumen no tengan trazas de gluten, puesto que en personas muy sensibles podrían llegar a producir un nuevo brote.
Para intolerantes a la lactosa, actualmente se puede encontrar una gran variedad de leches sin lactosa, así como productos derivados que tampoco la contengan. La leche en polvo se suele utilizar en muchos alimentos para dar sabor o textura, por lo que se deberá de tener muy en cuenta a la hora de escoger los alimentos y cuando en su etiquete no se puesto un análisis completo de los ingredientes, lo mejor es deshecharlos.
Sintomatología de las intolerancias
Los brotes de ambas intolerancias se caracterizan por diarreas importantes y duraderas. En el caso del gluten, al consumirlo y no asimilarlo se atrofian las vellosidades intestinales que dan lugar a las diarreas, perdiéndose las funciones propias de este órgano. Las vitaminas y minerales se absorven a nivel intestinal, y cuando se producen las diarreas severas, esta absorción desaparece dando lugar a que se expulsen ambos micronutrientes y produciendo la malabsorción y en consecuencia la deficiencia alimentaria asociada.
Para ambas la sintomatología es muy similar y puesto que sus consecuencias son tan negativas, aparecen como sujetos de mayor importancia los niños, que de sufrir una intoleracia a edades muy tempranas los efectos en el desarrollo serían nefastos. Leer más: El niño celiaco
Normas básicas a seguir cuando se tiene una intolerancia
Como para cualquier otra patología siempre se deberán tener ciertas precauciones y cuidados para que no se produzcan brotes. Esto es aun más importante al tratarse de alergias o intolerancias alimentarias, ya que se tendrán que realizar ciertas modificaciones en la dieta que ayuden a llevar un estilo de vida lo más normal posible.
A continuación, se enumeran una serie de consejos para las personas afectadas o su entorno:
- Una de las cosas más importantes va a ser tener un conocimiento adecuado de la alergia o intolerancia alimentaria. Esto se puede conseguir a través de asociaciones o grupos de personas afetadas de igual manera, como se comentaba al principio.
- En el caso de niños pequeños, se tendrá especial cuidado en procesos diarréicos muy frecuentes, así como otros muchos síntomas que podrían ser indicativos de que el niño esta sufriendo una intolerancia. Leer más en: Intolerancia al gluten en bebés
- Una vez que se haya diagnosticado la enfemedad por su médico especialista, se comenzará adaptando la dieta para que eliminar o sustituir todos aquellos alimentos que causen el daño por otros asimilables.
- En el caso de que en un núcleo familiar solo haya una persona afectada, se prestará mucha atención al cocinado de los alimentos para que no se den contaminaciones cruzadas de alimentos no tolerados por la persona. Un buen método es utilizar tablas y otros materiales de cocina con colores diferenciados para cada gama de productos, esto además de evitar las contaminaciones, también es una práctica muy higiénica en la cocina.
- Al hacer la compra, es muy importante leer detenidamente las etiquetas de los productos de los que se pueda tener dudas en su composición, ya que podrían tener algún ingrediente o aditivo que no es tolerado y dar lugar al brote.
- En los primeros diagnósticos, como se ha nombrado con anterioridad, es posible que se parta de un sujeto con algún déficit nutricional propio de la intolerancia, por lo que si su médico lo considera se podría suplementar con algún compuesto polivitamínico.
- En ocasiones los productos adaptados para las personas intolerantes, suelen tener un coste superior en el mercado, lo que hace que el gasto total destinado a la compra de alimentos aumente. Por eso, es importante aprovechar al máximo los productos, evitando en la medida de lo posible que se deshechen. Por ejemplo en el caso de los intolerantes al gluten, si se hace pan casero sin gluten, este pan se compone de materias primas algo más caras que las de cualquier pan normal, y además se trata de un alimento poco perecedero. Un ejemplo para su aprovechamiento es que cuando ya no se pueda consumir como tal, se use en otras preparaciones como pan rallado, picatostes, postres…étc.
- El aspecto psicológico va a jugar un papel fundamental, sobre todo en el caso de los niños, que pueden no aceptar la intolerancia por verse diferentes al resto de los niños de su edad. Por eso es importante adaptar de dieta lo mejor posible, evitando que el niño se sienta desplazado por su alimentación.
Esto son solo algunas directrices a tener en cuenta, ya que cada persona conforme va desarrollando nuevos hábitos va adaptando su dieta y consumiendo todo tipo de alimentos de manera normal y sin que la intolerancia le limite a la hora de realizar cualquier tipo de actividad social o evento. Solo se trata de tener una información más completa acerca de aquello que consumes, sobre todo por los efectos tan negativos que se producen al no seguir una dieta adaptada.
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