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Omega-3: anti-envejecimiento natural

12 de enero de 2009

Una dieta apropiada es un componente fundamental para mantenerse sano. La longevidad, el estado de nuestro corazón y otros órganos vitales dependen en gran medida de nuestra alimentación.

Cuando se trata de introducir grasas en nuestra dieta (sí necesitamos grasas en la dieta), es necesario consumir los tipos adecuados de grasas. Las grasas monoinsaturadas y las poliinsaturadas deberían constituir al menos el 30% de la dieta.

El consumo de grasas menos saludables, como las saturadas, las trans y las poliinsaturadas, puede producir inflamación, que a su vez puede actuar como catalizador acelerando el proceso de envejecimiento. El consumo de OMEGA-3 puede, en cambio, ralentizar dicho proceso. Cuando no se proporcionan al cuerpo suficientes grasas esenciales, la piel, el pelo y las uñas se pueden resecar y escamar, por lo que es necesario tomar los tipos adecuados de grasa para evitar volverse anhidros. os alimentos ricos en Omega-3 contienen esas grasas esenciales necesarias para que la piel se mantenga sana y con buen aspecto.

Las grasas omega-3 se pueden encontrar en el salmón, la caballa, el pescado blanco, las nueces, el atún y el aceite de semillas de lino. También en algunos productos cárnicos a los que se les ha añadido estas grasas, como los productos de alta charcutería de la empresa Grupo Frial.

Fuente: Examiner

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Ideas para lograr una alimentación sana

2 de enero de 2009

Ha llegado una vez más la época del año en la que nos hacemos promesas y tomamos resoluciones, con grandes intenciones de adelgazar y/o mejorar nuestra dieta. La mayoría de nosotros fracasaremos, por diversas razones. A menudo debido a que tomamos el camino equivocado, ya sea en la elección de la dieta o en intentar cambiar nuestro estilo de vida por otro que no va con nosotros. Finalmente, incluso si tenemos éxito y perdemos peso, al abandonar la dieta tendemos a volver a nuestras antiguas costumbres, que son las que causaron nuestro exceso de peso o problema de salud en primera instancia.

En lugar de cambiar radicalmente nuestros menús y estilo de vida, comprometiéndonos con dietas difíciles de seguir, sería más inteligente ir poco a poco. Es mejor pensar en cambiar solo una cosa y, una vez dominada, avanzar ala siguiente. Podemos elegir una mejora para nuestra dieta (ver la lista de sugerencias a continuación) y comprometernos a cumplirla. Puede que nos lleve un mes, o tres, o incluso seis. No importa. El hecho es lograr incorporarla en nuestra dieta y convertirla en un hábito, antes de pasar a la siguiente. Yendo paso a paso tendremos menos posibilidades de fracasar.

Además, es importante hacer todo con “moderación”, ya sea comer, beber o hacer ejercicio para lograr mantenernos más sanos en el 2009.

Consejos para mejorar la alimentación

Incrementar la ingesta de fruta y vegetales: el número de porciones de fruta recomendado por el gobierno es de 2-4 y de vegetales, 3-5, lo que equivale a un total de 5-9 porciones al día. Conviene recordar que se pueden tomar en forma de zumo (lo mejor es zumo 100%), preparados de fruta, frescos, congelados o en lata. Como aperitivo se pueden tomar frutas desecadas (pero hay que tener cuidado con el azúcar añadida, los sulfitos y otros conservantes).

Incrementar el consumo de cereales integrales: según la pirámide alimentaria del gobierno, se deberían tomar de 6-11 raciones al día de los alimentos incluidos en el grupo del pan, cereales, arroz y pasta deberían contabilizar, y para una salud óptima lo ideal es elegir cereales integrales al menos en la mitad de las ocasiones. Actualmente hay muchas alternativas saludables de productos integrales entre las que elegir en los principales supermercados. Solo hay que asegurarse de que tienen un contenido en fibra importante y mantener el contenido de azúcar al mínimo (10g por ración o menos).

Incrementar el consumo de pescado
: el consumo óptimo es de 2-4 raciones por semana, entre las que se deberán incluir al menos dos de pescado rico en omega-3 como el salmón, el atún, el mero y los arenques. Se trata de una elección saludable para el corazón y permite ahorrar calorías con respecto a otras proteínas más grasas como la ternera o el cerdo. Además es más fácil y rápido de preparar, ya que la mayoría se pueden hacer al vapor, cocidos, asados o a la plancha en menos de 10 minutos.

Reducir el consumo de dulces y azúcares refinados: se pueden tomar medias raciones (1 galleta en lugar de 3), reducir el azúcar en productos de consumo diario como las cajes de cereales y probar alternativas más saludables (frutos secos sin sal con pasas, helado de yogur desnatado, frutas desecadas, etc.). Otra opción es pasarse al chocolate negro, rico en antioxidantes y con menos azúcar.

Reducir el consumo de refrescos gaseosos y bebidas energéticas
: no hay nada sano en ellos, independientemente de que se tome la versión normal o la light, contienen azúcar (o sustitutos), sustancias químicas y, a menudo, cafeína. Con una media de 250 calorías, hay que preocuparse por la diabetes, la osteoporosis, la obesidad y las caries, por no mencionar lo que los edulcorantes artificiales hacen a nuestro cuerpo. Conviene reducir su consumo a la mitad o más si se es bebedor habitual de refrescos y eliminarlos totalmente si se es bebedor ocasional.

Fuente: HealthNews

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Déficit nutricional en los menús infantiles

26 de diciembre de 2008

Un nuevo estudio indica que tan solo un 3% de los menús infantiles de los restaurantes de comida rápida cumplen las recomendaciones nacionales estadounidenses de nutrición. Las mejores comidas incluían fruta como acompañamiento, leche como bebida y, a menudo, sándwiches estilo delicatessen.

Un cuarto de los niños estadounidenses de edades comprendidas entre 4 y 8 años comen comida rápida en un día normal, según la investigadora Sharon Hoerr, de la Universidad Estatal de Michigan.

En el estudio, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, el 65% de los menús infantiles excedían las recomendaciones de grasa, el 75% no incluía el calcio suficiente y el 85% necesitaba más vitamina A.

Según los autores, el sector de la restauración debería desarrollar y comercializar opciones de menús infantiles más nutritivas y los padres deberían leer la información nutricional y elegir mejor para sus hijos.

«Mediante las iniciativas de políticas públicas y las elecciones de compra, los padres, médicos, asociaciones de consumidores, políticos y profesionales de la salud pública pueden enviar un mensaje conjunto más potente a las compañías de comida rápida de que los menús infantiles son más apetecibles cuando son nutritivos además de sabrosos», señaló Hoerr.

Según los autores, el mejor acompañamiento ofrecido con los platos parecen ser las pasas, por sus elevados niveles de hierro.

Fuente: NBC6

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Importancia de tomar un desayuno sano

23 de diciembre de 2008

Un reciente estudio sugiere que el desayuno podría ser verdaderamente la comida más importante del día, siempre y cuando no consista en un donut.

Utilizando los datos de una encuesta de salud nacional de adultos estadounidenses, los investigadores observaron que las personas que tomaban como desayuno alimentos con un contenido calórico más bajo tendían a seguir, en general, una dieta de mayor calidad.

Además, los hombres que tomaba un desayuno saludable, por lo general, pesaban menos. Entre las mujeres, las que desayunaban, independientemente de los alimentos consumidos, tendían a pesar menos que las que se saltaban el desayuno.

Los resultados, publicados en la revista American Journal of Clinical Nutrition, respaldan los estudios previos que indicaban que las personas que desaynan son menos propensas a padecer de sobrepeso; y que tomar un desayuno de calidad, en lugar de cualquier bollería, es fundamental.

La investigación ha demostrado, por ejemplo, que las personas que toman un bol de cereales de desayuno tienen una media de peso inferior a los que se saltan el desayuno o los que toman un plato con un filete y huevos.

Lo «curioso» de este estudio es que sugiere que los alimentos de baja “densidad energética” (bajos en calorías para una cantidad determinada de alimento) como desayuno parecen predecir mejores elecciones alimentarias para el resto del día y puede ayudar a gestionar mejor el peso corporal», señaló en un comunicado el Dr. James Rippe, uno de los investigadores del trabajo.

La fruta, los vegetales y los cereales enteros ricos en fibra, por ejemplo, son alimentos de baja densidad energética.

Los resultados se basan en las respuestas de más de 12.000 adultos estadounidenses que participaron en las tres encuestas de salud estatales realizadas entre 1999 y el 2004.

En general, las personas que afirmaron tomar desayunos de baja densidad energética en el pasado eran más propensas a elegir también alimentos bajos en calorías para el resto del día. Como grupo, también tenían una dieta de mejor calidad, en la que se incluían una amplia variedad de alimentos y más vitaminas y minerales.

Los hombres que tomaban un desayuno de baja densidad energética tendían a pesar menos, incluso tras tener en cuenta factores como el ejercicios y la renta. En el caso de las mujeres, cualquier tipo de desayuno se asoció con una menor propensión a la obesidad, aunque la densidad calórica de las otras comidas sí pareció tener importancia.

Fuente: Reuters

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Una dieta para reducir riesgo de reaparición de cáncer de mama

18 de diciembre de 2008

Según un artículo publicado este mes en telegraph.co.uk, un equipo de investigadores ha descubierto que seguir una dieta saludable puede reducir, casi un tercio, en algunas mujeres el riesgo de que un cáncer de mama vuelva a aparecer.

Las mujeres en una fase temprana de cáncer de mama que no padecen sofocos durante la enfermedad se pueden beneficiar de tomar grandes cantidades de fruta, vegetales y fibra, y poca grasa.

Estas mujeres tienden a tener en sus sistemas unos niveles elevados de estrógenos (hormona femenina) que pueden potenciar el desarrollo del cáncer de mama.

Según observó el equipo de la Universidad de California, San Diego, la dieta redujo en un 31% las posibilidades de que el cáncer se reprodujera en las mujeres de este grupo, que tienen tendencia a tener unos índices más elevados de recurrencia y más bajos de supervivencia que las mujeres que sí padecen sofocos.

Se cree que la dieta anula el efecto de los niveles elevados de hormonas y reduce las posibilidades de que el cáncer se reproduzca equiparándolas con las de las mujeres que padecen sofocos.

En la investigación, publicada en la revista Journal of Clinical Oncology, participaron 3.000 mujeres a las que se les asignó de forma aleatoria una dieta normal –con cinco porciones diarias de fruta y vegetales– o una dieta más sana entre 1995 y 2000. Alrededor del 30% de ellas padecía sofocos al inicio y se asignó a ambas dietas igual número de mujeres con y sin sofocos.

El equipo observó que las mujeres con la dieta de intervención tenían un índice más bajo de recurrencia (16,1%), en comparación con el grupo de las que seguían la dieta normal, donde al 23,6% se le repitió.

El profesor John Pierce, director de Control y Prevención del Cáncer de la Facultad de Medicina de la UC, San Diego, señaló: «Nuestro interés en observar este subgrupo surgió debido a que los sofocos se asocian con bajos niveles de estrógenos en circulación, mientras que la ausencia de sofocos se asocia con unos niveles más elevados de estrógenos. Reducir los efectos de los estrógenos es uno de los principales tratamientos del cáncer de mama».

«Parece que un patrón dietético rico en frutas, vegetales y fibra, que se ha observado que reduce los niveles de estrógenos en circulación, puede ser importante solo en las mujeres con unos niveles de estrógenos en circulación por encima de cierto umbral».

Según los investigadores, la dieta puede ayudar a mujeres que no responden a los tratamientos de hormonales como el tamoxifeno y los inhibidores de la aromatasa.

Fuente: Telegraph Health

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El impacto de las dietas bajas en hidratos sobre la capacidad cognitiva femenina

17 de diciembre de 2008

Un nuevo estudio indica que las dietas bajas en carbohidratos afectan a la capacidad de las mujeres para pensar correctamente.

Los investigadores estadounidenses compararon dos dietas de adelgazamiento: una baja en carbohidratos, como la Atkins, y otra baja en calorías; y observaron que siguiendo una dieta baja en carbohidratos la capacidad cognitiva de las mujeres empeoraba. Posteriormente, al reintroducir los carbohidratos, las mujeres recuperaron su capacidad cognitiva.

En el estudio, que será publicado en la revista Appetite en febrero, se observaron 19 mujeres, de edades comprendidas entre 22 y 55 años de edad. Durante tres semanas, nueve mujeres siguieron una dieta baja en carbohidratos y las otras diez, una dieta baja en calorías recomendada por la American Dietetic Association.

Mientras seguían las dietas, las mujeres completaron cinco sesiones de pruebas que evaluaban las capacidades cognitivas, incluidas la atención, la memoria espacial y la memoria a largo y corto plazo.

Las mujeres que seguían la dieta baja en carbohidratos fueron empeorando gradualmente en las pruebas relacionadas con la memoria, en comparación con las que seguían la dieta baja en calorías. Sus tiempos de reacción también fueron más lentos.
Sin embargo, las de la dieta baja en carbohidratos respondieron mejor que las de la dieta baja en calorías en la prueba de atención.

“Aunque este estudio solo realizó un seguimiento de las participantes durante tres semanas, los datos sugieren que las dietas pueden afectar a otras cosas además del peso”, señaló Holly A. Taylor, coautor del estudio.

“El cerebro necesita glucosa para tener energía y las dietas bajas en carbohidratos pueden ser perjudiciales para el aprendizaje, la memoria y el razonamiento”.

Fuente: Nursing Times

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Las vitaminas no reducen el riesgo de cáncer

12 de diciembre de 2008

Dos amplios estudios estadounidenses, publicado en la revista Journal of the American Medical Association, indican que tomar vitamina C o E no reduce el riesgo de cáncer de próstata, ni otras formas de la enfermedad.

Ambos ensayos se llevaron a cabo después de encontrar algunos indicios que indicaban que tomar suplementos de estas vitaminas podría tener efectos positivos, pero tras haberse completado dos estudios, uno de 35.533 hombres y otro de 15.000 médicos, los resultados de ambos indican que no hay ninguna prueba de que el índice de cáncer fue menor en los hombres que tomaron los suplementos.

Una serie de ensayos había sugerido que tomar vitaminas podría reducir el riesgo de ciertos cánceres potenciando los niveles de antioxidantes beneficiosos que trabajan para minimizar el daño en los tejidos, pero los últimos estudios han aportado resultados más definitivos, al incluir unas cifras importantes de voluntarios.

En el primer estudio, investigadores de la Universidad de Texas y el Cleveland Clinic Lerner College of Medicine dieron a hombres sanos el mineral traza selenio, vitamina E, ambas cosas o una píldora placebo.

El equipo pretendía realizar un seguimiento de todos los participantes durante al menos 7 años, pero el ensayo se detuvo antes, debido a sus resultados totalmente decepcionantes.

Los investigadores observaron que estadísticamente no había diferencias significativas en el número de hombres que desarrollaban cáncer de próstata en los cuatro grupos.

En todos los casos, la proporción de hombres diagnosticada con cáncer de próstata a lo largo de un período de 5 años fue del 4% al 5%.

En el segundo estudio, investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Boston comprobaron el impacto de un consumo regular de suplementos de vitaminas C y E en los índices de cáncer entre 14.641 hombres médicos.

A lo largo de 8 años, tomar vitamina E no tuvo ningún efecto sobre los índices de cáncer de próstata u otros tipos de cáncer, en general. La vitamina C tampoco produjo ningún efecto significativo.

Fuente: BBC Health

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Frutos secos y dieta mediterránea protegen el corazón

11 de diciembre de 2008

Científicos han descubierto que tomar una ración de frutos secos sobre una dieta «mediterránea» puede reducir los síntomas de un precursor de enfermedad coronaria.
Los investigadores probaron el plan de alimentación en pacientes con síndrome metabólico, un grupo de síntomas que incluyen obesidad, tensión arterial alta, niveles elevados de colesterol y problemas de insulina.

El síndrome se considera un indicador temprano de que un paciente acabará por desarrollar una enfermedad coronaria o diabetes.

Los científicos estudiaron los efectos obtenidos al cambiar la dieta de 1.200, dos tercios de los cuales padecían el síndrome.

Tras alimentarse con dietas diferentes durante un año, el número de pacientes con el síndrome se redujo un 13,7% entre los que siguieron una dieta mediterránea rica en pescado, fruta y vegetales, además de tomar 30gr. de frutos secos al día.

También se produjo una disminución, aunque más pequeña (del 6,7%), entre los que siguieron una dieta mediterránea con una porción extra de aceite de oliva.

Una dieta normal baja en grasa también redujo el número de pacientes con el síndrome, pero tan solo un 2%, según los resultados publicados en la revista Archives of Internal Medicine show.

Los que tomaron frutos secos con regularidad también experimentaron una reducción de cintura.

Los investigadores de la Universidad de Rovira i Virgili, en España, que realizaron el estudio, creen que el motivo de este efecto podría estar en que los frutos secos ayudan al cuerpo a resistir el daño que la insulina produce en las células.

Fuente: The Telegraph

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El vino tinto aporta omega-3

9 de diciembre de 2008

El consumo moderado de alcohol está asociado con unos niveles más elevados de ácidos grasos omega-3 en plasma y glóbulos rojos. Este ha sido el principal descubrimiento del estudio europeo IMMIDIET que se publicará en enero en la revista American Journal of Clinical Nutrition.

Este estudio sugiere que el vino es mejor que otras bebidas alcohólicas. El efecto, que podría deberse a otros compuestos distintos del alcohol en sí, puede ser la clave para entender el mecanismo subyacente a la protección coronaria observada en los bebedores moderados de vino.

El estudio IMMIDIET examinó a 1.604 ciudadanos de tres zonas geográficas: el suroeste de Londres, en Inglaterra; Limburg, en Bélgica; y Abruzzo, en Italia. Gracias a una estrecha cooperación con médicos de cabecera de estas zonas, todos los participantes fueron sometidos a un completo examen médico, que incluía rellenar un cuestionario de frecuencia alimentaria sobre el último año para evaluar su dieta, incluido el consumo de alcohol.

Se considera que los ácidos grasos omega-3 protegen de las cardiopatías isquémicas y de la muerte súbita cardíaca, por lo que una concentración elevada en sangre de ellos es, definitivamente, buena para nuestra salud.

Ahora, estos investigadores europeos han descubierto que un consumo moderado de alcohol actúa como ‘disparador’, potenciando la cantidad de ácidos grasos omega-3 en nuestro cuerpo.

«Varios estudios han indicado que el consumo moderado de alcohol, incluido el vino, está relacionado con la protección frente a cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares isquémicos, señaló Romina di Giuseppe, de los laboratorios de investigación de la Universidad Católica de Campobasso y autora principal del estudio. Aunque los mecanismos no están completamente definidos, se encontraron algunas pruebas de que el consumo de alcohol podría influir en el metabolismo de los ácidos grasos poliinsaturados esenciales, como los omega-3. Eso es exactamente lo que hemos observado en nuestro estudio poblacional, añadió. Las personas que beben cantidades moderadas de alcohol (una copa diaria para las mujeres y dos para los hombres) presentaron una concentración más elevada de ácidos grasos omega-3 en plasma y de glóbulos rojos, independientemente de su consumo de pescado».

Sin embargo, profundizando aún más, los investigadores de la Universidad Católica de Campobasso (en Italia) y de la Universidad de Grenoble (en Francia), prestaron atención al tipo de bebida alcohólica consumida por los participantes, con el fin de averiguar si los elevados niveles de ácidos grasos omega-3 detectados se podían atribuir al alcohol en sí o a otras sustancias.

«Por estudios previos conocíamos la existencia de una relación entre el consumo de vino y un incremento en la concentración de ácidos grasos omega-3”, señaló Michel de Lorgeril, de la Universidad de Grenoble, colaborador del proyecto IMMIDIET y coautor principal del estudio. “Sin embargo, no fue posible separar los efectos del vino de los de la cerveza y otras bebidas alcohólicas. Nuestro estudio de 3 poblaciones con diferentes hábitos alimenticios y diferentes consumos de bebidas alcohólicas nos permitió analizar este aspecto».

Los análisis realizados con diferentes bebidas alcohólicas, señaló Licia Iacoviello coordinadora del estudio IMMIDIET en la Universidad Católica de Campobasso, indicaron que la asociación entre al alcohol y los ácidos grasos omega-3 se encontraba tanto en los bebedores de vino como en los de cerveza u otras bebidas alcohólicas. No obstante, la relación era más fuerte en los bebedores de vino, lo que sugiere que algún otro componente del vino distinto del alcohol está asociado con la concentración de ácidos grasos omega-3. Nosotros intuimos que el efecto se puede atribuir a los polifenoles» compuestos que se producen de forma natural y están presentes en muchas bebidas y alimentos. Gracias a su elevada actividad antioxidante, estos compuestos son capaces de reducir los procesos de oxidación causados por los radicales libres.

Fuente: Science Daily

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Influencia de los genes en los riesgos de la obesidad

3 de diciembre de 2008

El riesgo de que las personas obesas desarrollen el síndrome metabólico que conduce a diabetes, hipertensión y enfermedad coronaria, no se puede resolver mediante un programa de dieta única, igual para todos, según nuevos resultados científicos.

Los resultados de Lipgene, un programa de investigación de la UE de cinco años de duración, indican que las dietas de nutrición personalizada, basadas en la composición genética de las personas serán el modo que se utilizará en el futuro para combatir la obesidad y los riesgos para la salud asociados a ella.

Actualmente, la obesidad le cuesta a la UE una cantidad estimada de 32.800 millones de euros al año. Y, al ritmo actual, se estima que un 50% de los europeos serán obesos en el 2050.

La obesidad, uno de los principales problemas de salud a nivel mundial, se produce cuando se consume un exceso de calorías y se gasta una cantidad insuficiente de energía (inactividad física) y está directamente relacionada con varias enfermedades comunes como la diabetes, la hipertensión, las enfermedades coronarias y algunos tipos de cáncer.

“Analizamos los datos de 500 voluntarios de toda Europa que participaron en un programa dietético para medir los efectos de diferente dietas en el desarrollo del síndrome metabólico asociado con la obesidad”, señala la profesora Helen Roche, del Instituto alimentario y de salud del University College Dublin, una de las principales científicas del programa Lipgene.

“A los voluntarios, cada uno de los cuales fue previamente identificado como obeso y en riesgo de desarrollar complicaciones de salud asociadas a ésta, se les asignó una de cuatro dietas específicas”, explica la profesora Roche. Una era rica en grasas saturadas, como la típica dieta irlandesa; otra era rica en grasas monoinsaturadas, como la típica dieta mediterránea y las otras dos eran bajas en grasa, pero una de ellas incluía un suplemento de aceite de pescado.

“Tras completar el programa dietético se realizaron pruebas a los voluntarios para comprobar si había reducciones en cualquiera de los cinco factores principales asociados con el síndrome metabólico: glucosa en sangre elevada; niveles elevados de grasa en sangre; tensión alta; una cintura de más de de 100cm; y unos niveles bajos de colesterol bueno (HDL)”.

“Los resultados mostraron que los diferentes tipos de grasas tenían diferentes efectos sobre la salud. Una dieta rica en grasas saturadas empeoraba el perfil metabólico de los sujetos, mientras que el aceite de pescado producía unos efectos positivos. Pero ciertos grupos de genes determinaron la respuesta de un voluntario ante las intervenciones dietéticas. Algunos voluntarios experimentaron efectos positivos evidentes, mientras que otros apenas experimentaron algún cambio o ninguno en los indicadores de síndrome metabólico”, señala Roche.

Puesto que las variaciones genéticas comunes o polimorfismos identificados en el grupo de voluntarios están presentes en el 25% – 30% de la población general, la muestra es clínicamente relevante, según los científicos. Los resultados se contrastarán ahora con diferentes cohortes de población de Irlanda y otras partes de Europa.

Si los resultados se confirman en estudios posteriores, veremos la creación de tratamientos dietéticos y terapias nutricionales para la obesidad más eficaces.

Fuente: Science Daily