Nuevas investigaciones indican que los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), especialmente los omega-3 del pescado, son beneficiosos para la salud de los bebés y las madres, para la función inmunológica y la nutrición parenteral total (NPT). Las publicaciones Fats of Life y PUFA Newsletter de junio de 2008 resumen los nuevos descubrimientos que se han realizado en este campo.
Un estudio mostró que proporcionar grandes cantidades de ácido docosahexaenoico (DHA), un PUFA omega-3, y de ácido araquidónico, un PUFA omega-6, a bebés prematuros que nacieron con muy poco peso, daba lugar a una mejor cognición. Las formulas para bebés prematuros en los EEUU incluyen menos cantidad de estos ácidos grasos que la que recibirían en caso de seguir dentro de l barriga de la madre.
«Este estudio proporciona pruebas adicionales de que los ácidos grasos que el niño recibe de la madre durante el embarazo son fundamentales para el desarrollo del cerebro», señaló Editor Joyce Nettleton. «Si estos resultados se confirman, sugieren que el contenido en ácidos poliinsaturados de cadena larga de las fórmulas para bebés prematuros debería ser incrementado».
Los estudios sobre NPT, alimentación intravenosa para los enfermos graves, también cuestionan la normativa estadounidense. En niños con enfermedad hepática grave y síndrome del intestino corto, un preparado basado en aceite de pescado revierte significativamente la enfermedad mucho más rápido y con mayor frecuencia que con el preparado estándar de aceite de soja. En los EEUU, la NPT basado en aceite de pescado hay que importarla de Europa y solo está aprobada en uso compasivo.
«La NPT basada en aceite de pescado salva vidas y acelera la recuperación los niños con síndrome de intestino corto», señaló Nettleton. «Las pruebas de estos estudios pueden ayudar a modificar la normativa estadounidense de modo que la NPT basada en aceite de pescado llegue a estar disponible en todo el país».
Otra investigación estudió el desarrollo cognitivo de los niños en función de la exposición de las madres a unos niveles elevados de mercurio, PCB y ácidos grasos omega-3 al alimentarse de productos marinos durante el embarazo. A pesar de su exposición a los contaminantes, el elevado nivel de DHA prenatal de los niños se asoció con mejores resultados, como un mayor peso de nacimiento, edad gestacional, agudeza visual y unas puntuaciones de desarrollo psicomotor y mental más elevadas.
«Estos estudios no justifican el hacer caso omiso de los contaminantes presentes en el pescado y el marisco, pero se suman a un amplio cuerpo de pruebas que indican que os beneficios de comer más espacies de pescado durante el embarazo supera a los riesgos», señaló Nettleton.
Fuente: PR Newswire