Nadie pone en duda que en Italia se come muy pero muy muy bien, y que incluso el visitante más exigente encontrará una amplia oferta gastronómica para disfrutar de los muchos sabores de este país. Pero tal vez quiera profundizar mas en la tradición culinaria italiana, y si es así, estos son los restaurantes históricos más famosos de Italia.
La Campana, Roma: uno de los restaurantes más antiguos del mundo, fundado en 1518 como posada para los forestieri (forasteros). Fiel a sus credenciales históricas, La Campana ofrece algunos platos tradicionales inusuales, en peligro de extinción culinaria, como vignarola, una deliciosa sopa de primavera con habas, guisantes y guanciale (Vicolo della Campana18).
Antico Caffe Greco, Roma: Situado en la transitada Via dei Condotti, la calle principal de Roma, este café ha servido comida y bebida a transeúntes de toda clase y nacionalidad, famosos y desconocidos, desde 1760, lo que lo convierte en uno de los tres cafés más antiguos del mundo. Lleno de sillas de terciopelo rojo, espejos antiguos, mesas de mármol y un montón de fotografías en blanco y negro, dispone de una serie de pequeñas salas en las que sirven platos clásicos italianos. También cuentan con una pequeña barra de madera en el frente, que ofrece café y pasteles mantecados (86 Via dei Condotti).
Do Mori, Venecia: una vinoteca de 548 años de antigüedad, cerca del puente Rialto, cuyo nombre se debe a los dos moros que la atendían en el siglo XVII. Es un lugar encantador que equivale a poco más de un oscuro pasillo entre dos callejones. La comida es sencilla: aperitivos (conocidos como ciccheti), como el bacalao a la sal con polenta, las tostas de anchoas, pequeños sándwiches llamados francobolli y, en invierno, salchicha de cerdo en caldo de manitas. El vino es local: Custoza del Veneto y Pinot Bianco del Friuli. Alrededor de las 11 todas las mañanas el lugar se llena de comerciantes del mercado de pescado próximo a Rialto, que vienen a por su primera ombra del día (una ombra es un vaso pequeño de vino barato, literalmente «sombra»). El servicio es serio y tajante, pero no importa; esa es la auténtica Venecia, oculta, sencilla, sin pretensiones y casi sin cambios desde hace medio siglo (San Polo 429, entradas por la calle Galiazza y la calle Do Mori).
Ca’ d’Oro-alla Vedova, Venecia: con unos elevados estándares de gastronomía tradicional, Ca’ d’Oro alla Vedova prepara unos excelentes spaghetti alla busara (con gambas). También en la zona, el risotto con le secoe (carne de ternera de alrededor de la espina dorsal) de Marisa Dalla en Fondamenta San Giobbe es legendario (Cannaregio 3912, Ramo Ca’d’Oro).
Trattoria Sostanza, Florencia: Sostanza, que abrió sus puertas en 1869, es la trattoria más antigua de Florencia y lo parece. Pero no es un gran palacio gastronómico toscano, lleno de aceite de oliva virgen. Tiene un ambiente utilitario de tienda-carnicería reconvertida, con azulejos blancos y duras superficies rústicas. Y la comida igual. Gran parte de la cocción se realiza en brasas al aire libre y los habituales suelen entrar en la antigua cocina y preguntar a los chefs, también ancianos, qué recomiendan. Sostanza es famoso por su milagrosa tortilla de alcachofas que cuando llega a la mesa parece un nido de merengue; y por un plato de pechugas de pollo asadas en una olla espumeante con mantequilla (Via della Porcellana, 25).
Antica Focacceria San Francesco, Palermo, Sicilia: el bazo de ternera hervido –Milza– y un trozo de queso caciocavallo en pan puede parecer un bocado difícil de tragar, pero sus clientes lo toman desde 1834.. Dirigido por la familia Conticello durante cinco generaciones, la Focacceria está ahora llena de turistas; el truco está en pedir desde el mostrador y salir a fuera a comer en la plaza junto a los policías que montan guardia después de que la familia decidiera denunciar a unos mafiosos locales que les exigían dinero por protección. Cocinado en una gran cuba de metal, el bazo es algo que hay que probar, pero los pusilánimes se pueden conformar con otros aperitivos como arancine al ragú (bolas de arroz frito rellenas con salsa de carne), panelle (buñuelos de garbanzos) y sfincioni, pizzas cubiertas con tomate, anchoas, cebolla y queso caciocavallo. Para tomar un plato de pasta sentados en un entorno más formal, probar el elegante restaurante del piso de arriba (Via Paternostro, 58).
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