El Salchichón ibérico, obtenido de las carnes de primera calidad del porcino, aporta un alto valor nutritivo al ser humano. Se condimenta con pimentón y especias naturales, como la nuez moscada y pimienta blanca. El proceso para la obtención es artesanal, y se elabora en bodegas climatizadas, donde se controlan parámetros tales como: la humedad y la temperatura necesarias para un resultado óptimo.
Igual que el resto de ibéricos, el salchichón necesita una temperatura ambiente y un tratamiento antes de su presentación. Por esto es recomendable servirlo a temperatura ambiente y, una vez abierto, protegerlo con papel para que el frigorífico no haga que se pierdan las valiosas propiedades y sabores de este magnífico ibérico.
El salchichón tiene presencia en muchísimas recetas, conocido internacionalmente, se deja cocinar de formas diversas consiguiendo platos riquísimos como: el salchichón con salsa BBQ, las sopas de jamón y salchichón o la tortuga salada.
El salchichón también lo encontramos en recetas más rápidas, platos fríos o pizzas. Algunos de estos usos del ibérico pueden ser: el emblemático surtido de ibéricos, los canapés de embutidos, la ensalada de fiambre, los paquetitos de masa salados, la empanada de pollo, embutidos y queso o el fiambre guatamalteco. Sin olvidarnos de las pizza tres estaciones y la clásica tortilla de Payès.