Influencia de la nutrición en enfermedad de Parkinson

7 de mayo de 2013
Influencia de la nutrición en enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a la coordinación, al tono muscular y a los movimientos. Los efectos secundarios del tratamiento farmacológico, el estreñimiento y las dificultades para comer son complicaciones asociadas al Parkinson. 

La detección de estas complicaciones permite solucionar y evitar la malnutrición y pérdida de peso asociados con la enfermedad de Parkinson. 

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso, concretamente al área del cerebro responsable de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimiento. Se caracteriza por dificultad en el movimiento, temblor de reposo, rigidez muscular y alteración de los reflejos posturales. Además de afectar al movimiento también desencadena alteraciones en la función cognitiva, de la expresión de las emociones y de la función autónoma. 

La enfermedad de Parkinson también dificulta la alimentación del paciente, pues puede producir salivación anormal, dificultad para tragar, nauseas o estreñimiento. Por ello, es importante que desde el inicio de la enfermedad se adopten pautas de alimentación que eviten la pérdida de peso del paciente, faciliten el manejo de los alimentos, mejoren la función gastrointestinal y no interfieran con el tratamiento farmacológico.  

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad frecuente y que suele iniciarse entre los 40 y 70 años de edad. No obstante, también puede aparecer antes de los 40 años. 

Aunque no existe cura para la enfermedad de Parkinson, el tratamiento farmacológico ayuda a mejorar los síntomas.
Influencia de la dieta en la prevención de la enfermedad de Parkinson
Son muchos los estudios en los que se ha demostrado que la dieta mediterránea, es decir  una alimentación con abundantes frutas y verduras, rica en legumbres, cereales y frutos secos y pescado como fuente principal de proteínas y grasas, reduce el riesgo de sufrir la enfermedad de Parkinson. 

Importancia de la nutrición en la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson, en general, produce alteraciones negativas en el estado nutricional del paciente, y por suerte, las podemos modificar y tratar. Estas complicaciones suelen deberse a la incapacidad de manejar los cubiertos correctamente, a dificultades en la salivación y masticación, al estreñimiento, o incluso a la pérdida de apetito o náuseas, que son algunos de los posibles efectos adversos que puede causar la medicación de la enfermedad de Parkinson.

La manera de proceder será identificar el problema e intentar solucionarlo. De esta forma, se conseguirá evitar la malnutrición y la pérdida de peso que sufren muchos afectados por esta enfermedad. 

Es importante mantener un buen estado nutricional y tomar una dieta equilibrada, rica en fibra, y una adecuada hidratación, y no es necesario restringir las proteínas salvo en casos excepcionales en que el médico lo aconseje por posibles interacciones con la medicación.

Por tanto, las medidas nutricionales a tener en cuenta, en general, son:
  • Asegurar la ingesta de proteínas, tanto de origen animal como vegetal. Se encuentran en carnes, pescados, huevos, leche y legumbres. No obstante, se debe tener precaución, y separar la ingesta de proteínas de la toma de la medicación, ya que éstas pueden interaccionar con la levodopa y reducir su absorción. La levodopa es el fármaco más común en la enfermedad de Parkinson. 
  • Aumentar la ingesta de vitamina D y calcio, importantes en la prevención de fracturas óseas. Además, las personas con enfermedad de Parkinson son propensas a desarrollar osteoporosis, en cuya prevención tienen un papel importante la vitamina D y el calcio. 
  • Consumir alimentos ricos en fibra, para favorecer la actividad intestinal y evitar el estreñimiento, típico en la enfermedad de Parkinson. La fibra se encuentra en verduras, frutas, legumbres y cereales integrales. La ingesta elevada de fibra se debe acompañar de un mayor aporte de líquidos. Además, evitar el consumo de alimentos astringentes. 

Algunos consejos útiles para una alimentación adecuada en la enfermedad de Parkinson

  • Si existe dificultad para deglutir alimentos sólidos, es recomendable el uso de papillas o puré, más fáciles de tragar que los alimentos cortados finos o troceados. 
  • Puede existir dificultad para tragar líquidos, en cuyo caso se aconseja el uso de harina de maíz, gelatina o espesantes alimentarios (de venta en farmacias) que hacen que los líquidos adquieran textura de gel, lo que evita la sensación de ahogo o atragantamiento. 
  • Si el enfermo de Parkinson tiene riesgo de lesionarse, utilizar vasos, platos y cubiertos de plástico que no se rompan. También pueden ser muy útiles las tazas con tapadera, para la ingesta de líquidos y sopas. 
  • Evitar alimentos secos y pegajosos, o que se dispersan en la boca, como las galletas. 

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson varían de persona a persona, y dependen de la etapa de la enfermedad. En base a estos dos factores, se deben adaptar estas recomendaciones generales al caso y situación en particular. Es crucial mantener una alimentación equilibrada y un peso saludable sea cual sea la etapa de la enfermedad. Conforme la enfermedad de Parkinson vaya avanzando, se deberá ajustar la dieta y los métodos de alimentación en base a los problemas que vayan surgiendo. 

Se les agradece que compartan su experiencia y dudas. 

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