Esta semana Oxfam ha lanzado una campaña que se llama GROW y que pretende concienciarle a la opinión público que a largo plazo el sistema alimentario actual es inviable y es posible un mundo mejor con comida para todos. Recogemos una versión traducida de la noticia sobre la campaña publicada por la ONG en su página web.
Pronto seremos 9 mil millones de personas en el planeta. Actualmente, cerca ya de mil millones de personas se acuestan con hambre cada noche. Por ello, Oxfam ha puesto en marcha una nueva campaña mundial para lograr un futuro mejor, en el que cada uno de nosotros tenga siempre suficiente comida.
No es un sueño utópico. Es un plan muy real basado en los logros reales de la visión de futuro de los gobiernos, empresas y comunidades. Pero requiere un enfoque totalmente diferente al modo en que producimos y repartimos la comida, a la forma en que vivimos nuestras vidas y al modo en que cuidamos los preciosos recursos del planeta.
Oxfam se fundó en 1942 en respuesta a una crisis alimentaria, causada por la Segunda Guerra Mundial. 70 años después, el mundo se enfrenta a una crisis alimentaria que es el resultado de una injusticia global grotesca.
La gente no pasa hambre porque no haya suficientes alimentos. Pasan hambre porque el sistema que lleva los alimentos desde el campo a nuestros platos está roto. En esta nueva era de crisis –con unas condiciones climáticas cada vez más impredecibles y extremas y una reducción de los recursos naturales– conseguir suficiente comida será cada vez más difícil.
Pero, ¿cómo llegamos aquí? Las políticas y prácticas de nuestros gobiernos están apuntalando un sistema que beneficia a unos pocos grupos de interés y empresas poderosas a expensas de la mayoría.
El sistema alimentario mundial está roto. Pero juntos podemos arreglarlo.
Los gobiernos –en especial los poderosos países del G-20– deben poner en marcha una transformación del sistema alimentario. Deben invertir en los productores pobres y proporcionarles el apoyo que necesitan para adaptarse al cambio climático. Deben regular la volatilidad de los mercados de productos básicos y poner fin a las políticas que recompensan a las empresas por convertir los alimentos en combustibles para motores. Y tienen que llegar a un acuerdo global para mantener el cambio climático bajo control.
Todos nosotros podemos también hacer cambios en nuestra propia vida que ayuden a ejercer presión sobre los gobiernos y las empresas, y mejoren nuestro bienestar. Podemos comprar alimentos que hayan sido producidos de forma justa y sostenible, reducir nuestra huella de carbono y unirnos a una creciente conversación global acerca de la comida, para compartir ideas y ponerlas en práctica.
La escala del desafío no tiene precedentes, pero también el premio: un futuro sostenible en el que todo el mundo tenga siempre suficiente comida; una nueva prosperidad que beneficiará a los 9 mil millones que somos.
Fuente: Oxfam