Importancia de la industria alimentaria española
La industria alimentaria española, con casi el 17% del total de la producción industrial,
constituye el primer sector de la industria manufacturera en España, aportando el 12,5% del valor añadido y empleando casi al 14% de la mano de obra. Se trata pues, de un sector estratégico de la economía española.
El problema de este sector es su grado de atomización. El 82,75% de las empresas del sector o bien no tiene asalariados o cuenta con menos de 10. Aun así, la industria alimentaria española ocupa en el contexto europeo una posición importante por detrás en valores de producción de Alemania, Francia y Reino Unido, y en términos similares a los de Italia (datos de FIAB).
Colaboración entre la industria alimentaria y el Ministerio
Las nuevas inquietudes que parecen emanar de la Ministra Elena Salgado apuntan al desarrollo de nuevas líneas de actuación en las que la Administración Pública parece desear involucrar a las empresas. Es el caso del reciente compromiso de la industria alimentaria española con Sanidad para la reducción paulatina de los porcentajes de grasas, sodios y sales de los alimentos, con vistas a combatir el aumento de la obesidad y el sobrepeso en España, que es particularmente «alarmante» entre la población infantil.
La investigación y la salud
Otra línea que sería deseable sería el fomento de la investigación en las empresas alimentarias españolas. Son pocas las empresas comprometidas con la investigación en España y el desarrollo de productos relacionados con la salud. Quizás sea necesario establecer puentes entre los excelentes grupos de investigación existentes en nuestras universidades y empresas que han mostrado preocupación por introducir hábitos saludables en los alimentos.
Lo cierto es que no nos podemos quedar tan solo en la bondades de lo ácidos omega 3 o los beneficios de la soja. A algunas empresas (Pascual, Puleva…) hay que reconocerles el mérito de trasladar a la publicidad y el marketing estas inquietudes.
El caso Frial
Hay excepciones a resaltar. Es el caso de la empresaria Paloma Frial, una de las líderes más carismáticas de la empresa española, presidenta a los 18 años de la empresa Embustidos Frial S. A. que heredó de su padre cuando solo tenía 13 años. No ha pasado desapercibido en la industria alimentaria española que ella haya impulsado uno de los primeros premios de Investigación en alimentación y salud (II Premio Ramón Frial de investigación en Alimentación y Salud) que ha reunido a personalidades como Mayor Zaragoza, Margarita de Salas, Raúl Villar, Abel Mariné, Guillermo Reglero…
El premio fue concedido además a un estudio sobre «Propiedades biológicas de constituyentes polifenólicos de la uva y del zumo de granada» que tan prometedoras expectativas para la salud se han visto en anteriores investigaciones.
Este tipo de iniciativas deberían abundar. Una acción inteligente por parte del Ministerio, y quizás valorada positivamente por los ciudadanos, sería estimular la investigación de las empresas y fomentar un reconocimiento público de tales iniciativas.
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