El consumo de Omega 3 durante el embarazo aporta beneficios durante toda la infancia

16 de marzo de 2006

Según un reciente artículo publicado en BBC Health sobre una investigación publicada este mes en the Economist, los resultados de, un estudio llevado a cabo con 9000 madres y sus hijos indican que los hijos las mujeres que consumían Omega-3 durante su embarazo no solamente tenían un coeficiente intelectual más alto que los niños cuyos madres no lo tomaban, sino también mejor capacidad motora, mejor coordinación entre las manos y el ojo y mayores dotes sociales.

Un equipo del National Institutes of Health de los Estados Unidos ha analizado datos recogidos en un estudio iniciado hace más de 15 años por un equipo de investigación de la Universidad de Bristol y llevado a cabo con la colaboración de 9000 madres y niños durante un largo periodo de tiempo. Los resultados indicaban que los hijos de las mujeres que habían tomado menos Omega-3 durante su embarazo tenían un coeficiente verbal hasta seis puntos más bajo que la media, mientras que los hijos de aquellas embarazadas que habían consumido más Omega-3 obtenían los mejores resultados en las pruebas de capacidad motora.

Además, el bajo consumo de Omega 3 durante el embarazo parecía afectar de forma negativa a las dotes sociales de los niños, por ejemplo una incapacidad de hacer amigos, que persistía durante toda la infancia. Un alto 14 por ciento niños cuyas madres habían consumido poco Omega-3 durante su embarazo todavía tenían problemas sociales durante su adolescencia, comparado con un 8% entre los adolescentes cuyas madres sí habían consumido altas cantidades. Desde hace tiempo se aconseja el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos por los buenos efectos que éstos tienen en las unciones neurofisiológicas y en el desarrollo del cerebro y de la visión del feto y los bebés. Pero los resultados de este último estudio parecen indicar que el efecto es mucho más duradero de lo que antes se podía pensar.

El cerebro humano es 60% grasa, y el 30% de esta grasa esta formada por grasas esenciales como Omega-3. El cerebro de un feto necesita ácido graso, pero no puede crearlo el solo, por lo que la única forma de obtenerlo es a través de lo que coma su madre.

La fuente más rica de Omega-3 son los pescados, pero cuanto más grande el pescado, más alto el nivel de contaminantes contiene, como el mercurio por ejemplo, debido al agua contaminado del mar o de los ríos, . Además, es importante tener en cuenta que investigaciones recientes demuestran que al someter los pescados a alta temperatura (frito, al horno), los ácidos grasos se degradan.

Por todo ello, en su reciente libro, Nueve meses bien alimentados, la ginecóloga y autora de renombre, Dra Josefina Ruiz Vega, incluye la siguiente información: una marca comercial de productos químicos cárnicos ha desarrollado, junto a la Universidad Autónoma de Madrid, una línea de productos (pavo, jamón de York) que lleva incorporada una sustancia denominada Vidalim® que es una mezcla de ingredientes que combinan los ácidos grasos Omega-3 con antioxidantes naturales. Estos ingredientes consiguen dos efectos fundamentales: conseguir un equilibrio entre los Omega-3 y los Omega 6 perfecto para la salud, y prevenir la degradación de los ácidos grasos Omega-3 que se origina por fritura, horno u otra preparación culinaria que incluya altas temperaturas (p. 35).

Relacionado:
Ácidos grasos Omega-3

Artículo original: http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/4631006.stm

Deja un comentario