El té verde podría servir como tratamiento para enfermedades inflamatorias de la piel
Según un artículo publicado esta semana en sciencedaily.com, investigadores del Medical College of Georgia (MCG) afirman que el té verde podría servir como tratamiento para enfermedades de la piel como la soriasis o la caspa.
Los investigadores estudiaron un modelo animal de enfermedades inflamatorias de la piel, que a menudo se caracterizan por trozos de piel escamosa, roja y seca debida a la inflamación y la superproducción de células epiteliales; y observaron que los tratados con té verde mostraban un crecimiento más lento de células epiteliales y la presencia de un gen que regula los ciclos de vida de las células.
El estudio, dirigido por el Dr. Stephen Hsu, biólogo bucal de la Escuela de Odontología del MCG, ha sido publicado en la edición del 18 de agosto de la revista Experimental Dermatology.
«En la soriasis, las células del sistema inmunológico que habitualmente protegen de las infecciones, disparan la liberación citoquinas, que causan inflamación y la superproducción de células epiteliales», señala Hsu. Otras enfermedades autoinmunes con efectos secundarios similares son el lupus, que puede producir lesiones en la piel, y la caspa.
El té verde, que ya ha demostrado sus propiedades antiinflamatorias en ocasiones anteriores, ayuda a regular la expresión de la Caspasa-14, una proteína presente en los genes que regulan el ciclo de vida de una célula epitelial.
Los modelos animales tratados con té verde también mostraron unos niveles reducidos del antígeno nuclear de células proliferantes (PCNA), un gen expresado cuando las células epiteliales se multiplican. En la soriasis, el gen está sobreexpresado y acelera a producción de células epiteliales.
«Antes del tratamiento, el antígeno PCNA estaba presente en todas las capas de la piel», señala el Dr. Hsu. «Por lo general, el PCNA se encuentra solo en la capa basal, la capa más interna en la que las células epiteliales se dividen continuamente y las nuevas células empujan a las que son más viejas hacia la superficie de la piel. Tras haber sido tratados con té verde, los modelos animales mostraron unos niveles de PCNA casi normales y sólo en la capa basal».
La importancia de esta investigación radica en que algunos tratamientos para la soriasis y la caspa pueden tener peligrosos efectos secundarios, añade. «El tradicional tratamiento de luz ultravioleta y medicación, controla las lesiones, pero a largo plazo, puede causar carcinoma de células escamosas, la segunda forma más común de cáncer de piel», señala el Dr. Hsu. «Algunos de los champús anti-caspa más eficaces contienen también cancerígenos, y aunque la FDA estadounidense permite su inclusión en pequeñas cantidades, se desconocen los posibles efectos a largo plazo del uso continuado de estos productos».
De ahí que el té verde pueda ser una buena alternativa, aunque los científicos todavía deberán trabajar para superar algunas barreras del tratamiento.
Fuente: Science Daily