Una nueva investigación indica que las ratas alimentadas durante el embarazo y el período de lactancia con una dieta de grasa hidrogenada tienen crías más gruesas que las alimentadas con una dieta normal. Una dieta insana tiene consecuencias nocivas para la salud incluso tras haber eliminado las grasas de la dieta y está relacionada con la producción de insulina.
«Sabemos que el crecimiento del feto está influenciado por el estado nutricional de la madre», explicó la nutricionista brasileña Luciana Pisani. «Las condiciones nutricionales durante el embarazo desempeñan un papel fundamental en las interacciones hormonales y metabólicas entre el cuerpo de la madre, la placenta y el feto. Hasta la fecha tan solo unos cuantos estudios han observado los efectos que tienen los ácidos grasos trans durante los períodos de embarazo y lactancia sobre la prole cuando ésta alcanza la edad adulta. Nosotros observamos que la grasa en los cuerpos de las crías aumentaba cuando se alimentaba a las madres con una dieta rica en grasas hidrogenadas y esto podría estar relacionado con la expresión génica de las adipoquinas».
Se pesó la prole semanalmente y la exposición a la dieta rica en ácidos grasos trans una vez abandonada condujo a un aumento de un 40% de la grasa corporal en las ratas jóvenes. Las ratas cuyas madres se alimentaron con la dieta de ácidos grasos y que continuaron consumiendo estas grasas hasta la edad adulta mostraron la eficacia metabólica más elevada. Las mismas ratas incrementaron también su producción de insulina.
Pisani añadió: «Las grasas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del feto y los cambios en los ácidos grasos alimentarios tienen importantes consecuencias para el desarrollo postnatal y del feto. Un elevado consumo de grasas muy hidrogenadas ricas en ácidos grasos trans incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y reduce la sensibilidad a la insulina, conduciendo a la diabetes de tipo 2. Necesitamos investigar más sobre esto, puesto que tiene importantes consecuencias para las dietas de las personas, especialmente, para las mujeres embarazadas».
Fuente: Science Daily