Un reciente estudio sugiere que el desayuno podría ser verdaderamente la comida más importante del día, siempre y cuando no consista en un donut.
Utilizando los datos de una encuesta de salud nacional de adultos estadounidenses, los investigadores observaron que las personas que tomaban como desayuno alimentos con un contenido calórico más bajo tendían a seguir, en general, una dieta de mayor calidad.
Además, los hombres que tomaba un desayuno saludable, por lo general, pesaban menos. Entre las mujeres, las que desayunaban, independientemente de los alimentos consumidos, tendían a pesar menos que las que se saltaban el desayuno.
Los resultados, publicados en la revista American Journal of Clinical Nutrition, respaldan los estudios previos que indicaban que las personas que desaynan son menos propensas a padecer de sobrepeso; y que tomar un desayuno de calidad, en lugar de cualquier bollería, es fundamental.
La investigación ha demostrado, por ejemplo, que las personas que toman un bol de cereales de desayuno tienen una media de peso inferior a los que se saltan el desayuno o los que toman un plato con un filete y huevos.
Lo «curioso» de este estudio es que sugiere que los alimentos de baja “densidad energética” (bajos en calorías para una cantidad determinada de alimento) como desayuno parecen predecir mejores elecciones alimentarias para el resto del día y puede ayudar a gestionar mejor el peso corporal», señaló en un comunicado el Dr. James Rippe, uno de los investigadores del trabajo.
La fruta, los vegetales y los cereales enteros ricos en fibra, por ejemplo, son alimentos de baja densidad energética.
Los resultados se basan en las respuestas de más de 12.000 adultos estadounidenses que participaron en las tres encuestas de salud estatales realizadas entre 1999 y el 2004.
En general, las personas que afirmaron tomar desayunos de baja densidad energética en el pasado eran más propensas a elegir también alimentos bajos en calorías para el resto del día. Como grupo, también tenían una dieta de mejor calidad, en la que se incluían una amplia variedad de alimentos y más vitaminas y minerales.
Los hombres que tomaban un desayuno de baja densidad energética tendían a pesar menos, incluso tras tener en cuenta factores como el ejercicios y la renta. En el caso de las mujeres, cualquier tipo de desayuno se asoció con una menor propensión a la obesidad, aunque la densidad calórica de las otras comidas sí pareció tener importancia.
Fuente: Reuters