A menudo cuando nos encontramos mal lo primero que nos planteamos son grandes problemas con soluciones complicadas, sobre todo cuando hablamos de salud. Sin embargo, a veces la solución es sencilla y simple. ¿Un mineral de verdad puede ser tan importante para nuestra salud y bienestar? Efectivamente, lo puede ser. Seguro que has oído hablar del magnesio, ¿sabes que muchas veces nuestra dieta es carente en magnesio? Incluso la dieta de personas que se esfuerzan por comer saludable a veces resulta ser deficitaria en magnesio. Sin embargo, el déficit de magnesio tiene consecuencias para la salud, pudiendo alterarla gravemente. ¿Y cuál sería en ese caso la cura a nuestros males? Tomar más magnesio a través de la alimentación, o si se cree necesario, tomar suplementos de magnesio. Una solución simple, barata y efectiva.
El magnesio y sus propiedades para la salud es más importante de los que creemos. El magnesio es necesario para que nuestro cuerpo funcione bien: es importante para que nuestros músculos funcionen correctamente, para gozar de un sistema inmune sano y fuerte, para mantener constantes los latidos del corazón, para mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de rangos normales, para mantener los huesos fuertes… entre muchas otras funciones.
¿Qué puede causar una deficiencia de magnesio?
- Enfermedades del corazón
- Diabetes tipo 2
- Trastornos emocionales y cambios en el estado de ánimo
- Depresión
- Náuseas, vómitos y falta de apetito
- Síndrome metabólico
- Aumento de la tensión arterial
- Osteoporosis
- Fatiga y debilidad
- Calambres musculares, espasmos o temblores
- Migraña
- Insomnio
- Algunos tipo de cáncer como el cáncer de mama, próstata o colon.
En casos extremos un gran déficit de magnesio puede incluso generar coma. En resumen, el magnesio es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo y su déficit puede tener grandes consecuencias.
¿Dónde podemos encontrar el magnesio en la dieta?
El magnesio se encuentra principalmente en alimentos como la leche, las legumbres, la soja, los cereales integrales (arroz integral, mijo), el cacao, la carne, las verduras, sobre todo las de hoja verde oscura o los frutos secos (como las nueces, las almendras o los anacardos).
Es importante tener en cuenta que gran parte o incluso todo el magnesio de los alimentos se pierde al cocinarlos. Por tanto, es recomendable consumir verduras crudas a diario. El magnesio se destruye fácilmente, incluso con unos minutos de cocción al vapor el contenido en magnesio de los alimentos puede verse gravemente disminuido. Y si hablamos de otras técnicas de cocción más agresivas ya os podéis imaginar el magnesio que quedará en el alimento.
También es importante tener en cuenta que el consumo de alcohol reduce la utilización del magnesio que se consumo a través de los alimentos. Por tanto, una razón más para evitar el consumo de alcohol.
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