Según un artículo publicado esta semana en sciencedaily.com, un nuevo estudio publicado el 7 de agosto de 2007 en la revista Neurology de la American Academy of Neurology, la cafeína puede ayudar a las mujeres mayores a proteger su facultad para pensar.
El estudio descubrió que las mujeres de al menos 65 años de edad que bebían más de tres tazas de café (o su equivalente en té) al día mostraban un declive menor con el paso del tiempo en los test de memoria que las mujeres que bebían como mucho una taza diaria de té o café. Los resultados se mantuvieron incluso después de que los investigadores realizasen los ajustes correspondientes para otros factores que podrían afectar a la capacidad de memoria, como la edad, la educación, las discapacidades, la depresión, la tensión arterial elevada, la medicación las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.
«La cafeína es un psicoestimulante que parece reducir el declive cognitivo en las mujeres», señala la autora del estudio, la Doctora Karen Ritchie, del INSERM, el instituto nacional francés para la investigación médica y de la salud, en Montpellier, Francia. «Aunque tenemos algunas ideas de cómo funciona esto biológicamente, necesitamos entender mejor de qué modo afecta la cafeína al cerebro antes de empezar a promocionar el consumo de esta sustancia para reducir el declive cognitivo. Sin embargo, los resultados son interesantes. El consumo de cafeína ya está extendido y tiene menos efectos secundarios que otros tratamientos para el declive cognitivo; además, se requiere una cantidad relativamente pequeña para obtener un efecto beneficioso».
En el estudio participaron 7.000 personas cuyas habilidades cognitivas y consumo de cafeína habían sido evaluados durante cuatro años. En comparación con las mujeres que bebían una taza o menos de café al día, las que tomaban tres tazas eran menos propensas a presentar un gran declive de memoria. Es más, los beneficios aumentaban con la edad: en mujeres de 65 años de edad era un 30% menos probable que las bebedoras de café tuviesen un declive de memoria y este porcentaje aumentaba hasta un 70% a partir de los 80 años de edad.
Las consumidoras de cafeína no parecieron mostrar tasas inferiores de demencia. «Realmente sería necesario realizar un estudio más largo para averiguar si la cafeína previene la demencia; podría ser que la cafeína ralentice el proceso de demencia en lugar de prevenirlo», señaló Ritchie.
Según ella, los investigadores no están seguros de por qué la cafeína no muestra los mismos resultados en los hombres. «Puede que las mujeres sean más sensibles a los efectos de la cafeína», señaló. «Puede que sus cuerpos reaccionen de forma diferente al estimulante o que las mujeres metabolicen la cafeína de un modo distinto».
Fuente: Science Daily