Relacionan los niveles elevados de urato en sangre con una reducción en el riesgo de Parkinson
Según un artículo publicado el mes pasado en la Web de la Harvard School of Public Health (HSPH), en un nuevo estudio prospectivo a gran escala en el que se estudió la relación entre los niveles de urato en sangre y el riesgo de Parkinson, los investigadores de la HSPH han descubierto que unos niveles elevados de urato en sangre están asociados a una reducción en el riesgo de la enfermedad. Los resultados, publicados en línea el 20 de junio de 2007 en la revista The American Journal of Epidemiology, aparecerán posteriormente en un ejemplar impreso de la revista.
El urato es un componente habitual de la sangre y, aunque unos niveles elevados pueden producir gota, el urato también puede tener efectos beneficiosos para salud por ser un potente antioxidante.
«Esta es la prueba más sólida hasta la fecha de que el urato puede proteger frente a la enfermedad de Parkinson», señala el autor principal del estudio Marc Weisskopf, Prof. ayudante de Epidemiología Ocupacional y Medioambiental en la HSPH.
Los investigadores utilizaron como fuente de datos el Estudio de seguimiento de profesionales de la salud de la HSPH, elaborado con una población de hombres profesionales de la salud establecidos en 1986. La muestra de estudio incluía más de 18.000 hombres sin Parkinson que habían dado muestras de sangre entre 1993 y 1995 y de los cuales se realizó un posterior seguimiento de su estado de salud.
Los investigadores observaron que los hombres con las concentraciones de urato en sangre más elevadas tenían un 55% menos de riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson que los hombres con las concentraciones más bajas. Esta diferencia no se pudo explicar por diferencias en la edad u otros factores de riesgo de la enfermedad. Los resultados de dos estudios previos habían sugerido una posible relación inversa entre los niveles de urato en sangre y el riesgo de Parkinson, pero no ha sido hasta ahora, con la combinación de esos datos con los del nuevo estudio, cuando las pruebas han adquirido peso y han empezado a ser convincentes.
Los autores suponen que las propiedades antioxidantes del urato ayudan a reducir los efectos del estrés oxidativo, que parece contribuir a la pérdida progresiva de las células del cerebro que producen dopamina, algo que sucede en los individuos con Parkinson. De ser cierto, elevar los niveles de urato en sangre podría ser beneficioso en pacientes con Parkinson, señala Alberto Ascherio, Prof. asociado de Nutrición y Epidemiología en la HSPH y autor senior del estudio.
«Todavía no se puede afirmar con seguridad que el urato ejerza un efecto neuroprotector, no obstante, el enfoque de elevar los niveles de urato vale la pena como posible estrategia neuroprotectora», señala Ascherio, quien actualmente está trabajando con el coautor del estudio, Michael Schwarzschild, entre otros, en el diseño de un ensayo clínico con individuos con Parkinson para estudiar esta posibilidad. «Sin embargo, elevar el urato en sangre incrementa el riesgo de cálculos renales y puede tener efectos cardiovasculares adversos, por lo que sólo se debería llevar a cabo en el contexto de un ensayo aleatorio estrictamente controlado hasta que se hayan demostrado sus efectos beneficiosos», añadió.
Fuente: Universidad de Harvard