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Relación entre la dieta de mujeres embarazadas y obesidad infantil

9 de abril de 2008

Una nueva investigación indica que las ratas alimentadas durante el embarazo y el período de lactancia con una dieta de grasa hidrogenada tienen crías más gruesas que las alimentadas con una dieta normal. Una dieta insana tiene consecuencias nocivas para la salud incluso tras haber eliminado las grasas de la dieta y está relacionada con la producción de insulina.

«Sabemos que el crecimiento del feto está influenciado por el estado nutricional de la madre», explicó la nutricionista brasileña Luciana Pisani. «Las condiciones nutricionales durante el embarazo desempeñan un papel fundamental en las interacciones hormonales y metabólicas entre el cuerpo de la madre, la placenta y el feto. Hasta la fecha tan solo unos cuantos estudios han observado los efectos que tienen los ácidos grasos trans durante los períodos de embarazo y lactancia sobre la prole cuando ésta alcanza la edad adulta. Nosotros observamos que la grasa en los cuerpos de las crías aumentaba cuando se alimentaba a las madres con una dieta rica en grasas hidrogenadas y esto podría estar relacionado con la expresión génica de las adipoquinas».

Se pesó la prole semanalmente y la exposición a la dieta rica en ácidos grasos trans una vez abandonada condujo a un aumento de un 40% de la grasa corporal en las ratas jóvenes. Las ratas cuyas madres se alimentaron con la dieta de ácidos grasos y que continuaron consumiendo estas grasas hasta la edad adulta mostraron la eficacia metabólica más elevada. Las mismas ratas incrementaron también su producción de insulina.

Pisani añadió: «Las grasas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del feto y los cambios en los ácidos grasos alimentarios tienen importantes consecuencias para el desarrollo postnatal y del feto. Un elevado consumo de grasas muy hidrogenadas ricas en ácidos grasos trans incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y reduce la sensibilidad a la insulina, conduciendo a la diabetes de tipo 2. Necesitamos investigar más sobre esto, puesto que tiene importantes consecuencias para las dietas de las personas, especialmente, para las mujeres embarazadas».

Fuente: Science Daily

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Influencia de la dieta en el rendimiento académico

7 de abril de 2008

Los estudiantes que buscan superar sus exámenes finales deberían tener más cuidado con lo que comen, ya que una nueva investigación ha desvelado una evidente correlación entre una dieta sana y mejores notas.

El profesor Dr. Paul Veugelers, de la Universidad de Alberta, dirigió un estudio en el que participaron 5200 alumnos de quinto de Nueva Escocia en le que se demostró que el rendimiento académico está relacionado con la calidad de la dieta.
Aunque los resultados, publicados en la edición de abril de la revista Journal of School Health, puedan parecer de sentido común, Veugelers señaló que apenas se ha investigado sobre el tema.

“La investigación que se ha realizado ha estado centrada siempre en la malnutrición […] por lo que el grueso de literatura que se puede encontrar procede de África y de países en vías de desarrollo”, añadió, observando que estos resultados no son válidos para los niños que ingieren suficientes calorías, pero procedentes de alimentos poco sanos.

Utilizando el Índice de Calidad de la Dieta, reconocido internacionalmente, Veugelers y sus colegas resumieron el grado de salud de las dietas de los niños siguiendo una serie de criterios, entre los que se incluyen la moderación dietética, un buen equilibrio de los grupos alimentarios y la cantidad de vitaminas consumida. A continuación, en colaboración con el Departamento de Educación de Nueva Escocia, observaron el rendimiento de los estudiantes en las pruebas de cultura general estándares de la provincia.

Lo que observaron es que los niños con las mejores dietas tenían un 30% menos de probabilidades de suspender la prueba que los niños con las peores dietas y, una vez incluidos otros factores externos, la cifra ascendió hasta un 41%.

“Si este estudio se hubiese realizado en unas cuantas escuelas aisladas sería difícil extraer unas buenas conclusiones, pero lo bueno es que lo hemos llevado a cabo en un ámbito provincial”, señaló Veugelers, quien añadió que el principio de manipular la dieta para mejorar la capacidad de aprender funciona a cualquier edad.

Fuente: The Gateway

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Semillas ricas en omega-3

28 de marzo de 2008

Según un artículo publicado esta semana en topix.net, las semillas de chia contienen más ácidos grasos omega-3 que las de lino, más fibra que el salvado y más proteínas que la soja.

Una ración de 99gr (alrededor de un cuarto de una taza) de Salba –variedad de chia utilizada en un nuevo estudio publicado en el ejemplar de noviembre de Diabetes Care– proporciona más calcio que tres tazas de leche, contiene más ácidos grasos omega tres que 794gr de salmón y más antioxidantes que los arándanos, señaló el Dr. Vladimir Vuksan, investigador de la Universidad de Toronto que dirigió el estudio. Vuksan descubrió que complementar la terapia convencional para la diabetes con Salba reducía considerablemente los factores de riesgo cardiovasculares en personas con diabetes bien controlada.

‘Los resultados fueron una tensión arterial más baja y una reducción de la inflamación de curso inferior; además, la sangre se volvió más fina’, señaló Vuksan. ‘No hay muchos estudios en la literatura científica que muestren este tipo de resultados a partir de un grano natural. Ha sido bastante espectacular’.

Vuksan afirma no poder responder por todas las semillas de chia, pero según él, la Salba, una variedad desarrollada por medio de un cultivo selectivo de modo que sus nutrientes están estandarizados para estudios científicos, es muy rica en fibra y contiene gran cantidad de nutrientes que, con el paso de los años, sabemos que tienen propiedades saludables, como el calcio, el hierro, la vitamina C y el magnesio’. Las semillas de chia comunes recogidas al azar en campos de México contienen los mismos nutrientes, pero no en las mismas proporciones y no han sido estudiadas, añadió.

Las semillas de chia constituían uno de los alimentos básicos de los antiguos Mayas y Aztecas. El grano se recoge de la Salvia hispánica, miembro de la familia de la menta que crece en el sur de México y en Sudamérica.

‘La investigación ha demostrado que, añadidas a la alimentación de los pollos, hacen que los huevos sean ricos en omega-3. Dar semillas de chia a los pollos enriquece su carne con omega-3; y alimentar con ellas al ganado enriquece la leche con omega-3,’ señala el guru de la nutrición, el Dr. Andrew Weil en su biblioteca en línea. Weil predice que pronto veremos las semillas de chia añadidas a más productos comerciales, como los alimentos preparados para bebés, las barras nutritivas y los alimentos cocinados.

Salba Smart Natural Products, una compañía de Denver, ha desarrollado ya una línea de alimentos, que incluye salsa, chips, tortillas y galletas saladas, elaborados a partir de Salba molida. Estos productos no se encuentran todavía en las tiendas de la región norte de Texas, pero Rally Ralson, director de la compañía, ha afirmado que esperan que se encuentren en las tiendas Whole Foods en unos 30 días. Mientras tanto, algunos de los productos se pueden adquirir a través de amazon.com.

Fuente: Topix

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El té negro podría proteger frente al Ántrax

17 de marzo de 2008

Según un artículo publicado este mes en ScienceDaily, una nueva investigación internacional ha señalado que una taza de té negro podría ser la próxima línea de defensa frente a la amenaza del bioterrorismo.

El nuevo estudio, realizado por un equipo internacional de investigadores de las Universidades de Cardiff y Maryland ha desvelado que una simple taza de té podría servir como antídoto para el bacilo Anthracis, más conocido como ántrax.

Los británicos con sumen grandes cantidades de té y los beneficios para la salud de la bebida favorita del país siempre han sido reconocidos. Ahora, el equipo de científicos dirigido por el Profesor Les Baillie, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Cardiff, y por la Doctora Theresa Gallagher, del Instituto de Biodefensa que forma parte del Centro de Biotecnología Médica del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Maryland, en Baltimore, ha descubierto que el famoso English Breakfast tea inhibe la actividad del ántrax, siempre que se trate de té negro.

Según ha señalado el Profesor Baillie en el trabajo publicado en el ejemplar de marzo de la revista Society for Applied Microbiology: «Nuestra investigación buscaba determinar si el English Breakfast tea era más eficaz para combatir el ántrax que un café tostado medio Americano disponible en el mercado. Descubrimos que unos componentes especiales del té conocidos como polifenoles tenían la capacidad de inhibir considerablemente la actividad del ántrax».

El estudio proporciona más pruebas del amplio abanico de beneficios farmacológicos y fisiológicos de esta bebida común en los hogares.

La investigación ha demostrado también que la adición de leche entera a la taza de té inhibe completamente su actividad antibacteriana frente al ántrax.
De ahí que el Profesor Baillie haya sugerido que, ante la amenaza de un posible ataque terrorista con armas biológicas, se debería evitar añadir esa pizca de leche al té, al menos hasta que la situación esté bajo control.

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Beneficios del yogur

12 de marzo de 2008

El yogur semidesnatado es un alimento rico en nutrientes y bajo en calorías (el semidesnatado y el desnatado). Constituye una de las fuentes más elevadas de calcio biodisponible (por lo general, al menos 300mg) después de la leche. Es rico en proteínas de calidad (una ración de unos 170gr proporciona el equivalente a un bistec de unos 28gr).

Contiene fósforo, muy importante para los huesos, y vitamina B12 (la vitamina B presente solo en productos animales) más conocida habitualmente por su papel en la producción de energía.

Contiene diferentes cultivos bacterianos que incrementan la absorción de los nutrientes y ayudan a mantener la flora intestinal. Los cultivos que contiene un yogur dependen de la marca e, incluso, yogures de diferentes marcas con la misma bacteria contienen una cepa distinta o una combinación diferente de distintas bacterias.

El yougur se elebora cortando la leche con cultivos purificados de bacterias (las buenas que habitan en el tracto intestinal). De hecho, a menudo no somos conscientes de que contamos con al menos 500 especies diferentes de bacterias en nuestro intestino. El número y tipo de bacterias intestinales buenas está directamente relacionado con nuestra salud. Puesto que el yogur se cultiva, muchas personas con intolerancia a la lactosa (problemas para digerir los productos lácteos) pueden disfrutar de los beneficios de este producto sin los efectos negativos que les producen otros productos lácteos.

Las bacterias de los yogures son especialmente beneficiosas cuando se toman antibióticos (aunque no se deben tomar al mismo tiempo), ya que reponen la flora intestinal. El yogur en sí se conoce como alimento probiótico (que, literalmente, significa «para la vida»). Los probióticos ayudan al sistema gastrointestinal a combatir las bacterias ingeridas que podrían causar una enfermedad (como la intoxicación alimentaria, por ejemplo), pero no las previenen. Algunos estudios relacionan también el consumo de yogures con una mejor resistencia a las infecciones y alergias.

Los estudios señalan también que un consumo regular de yogur líquido con cultivos vivos activos reduce los niveles nasales de algunas bacterias potencialmente peligrosas (Estreptococos y Estafilococos) que causan infecciones comunes en los pacientes de los hospitales. Otros estudios indican que el consumo regular de yogures frena el crecimiento la infección H-Pylori que puede producir síntomas similares a una úlcera.

¿Qué más se puede pedir de un alimento? Es bueno para los huesos, el estómago y el sistema inmunológico; aporta proteínas y una vitamina importante, necesaria para la producción de energía y para el sistema nervioso. Por último, es cómodo, ya que se puede comprar y llevar a cualquier sitio; y es bajo en calorías.

Fuente: Health News Digest

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Cafeína puede provocar abortos

22 de enero de 2008

Según un artículo publicado esta semana en The Guardian, se recomienda a las mujeres reducir el consumo de cafeína durante los tres primeros meses de embarazo, con el fin de reducir el riesgo de aborto espontáneo. El aviso se produce como resultado de un estudio en el que se ha observado que las mujeres embarazadas que consumen al menos dos tazas de café al día tienen el doble de probabilidades de sufrir un aborto que las que no consumen nada de café.

El estudio, en el que participaron 1.063 mujeres embarazadas, mostró que las que tomaban al menos 200mg de cafeína al día tenían un 25% más de riesgo de aborto frete al 12% que presentaban las que evitaban todo tipo de cafeína, incluidos el té, los refrescos y el chocolate.

El aviso de los médicos de una de las organizaciones sanitarias privadas más importantes de los EEUU va más allá que las directrices introducidas por los funcionarios de sanidad del gobierno británico en el 2001, que recomendaban a las mujeres limitar su ingesta diaria de cafeína a 300mg.

La advertencia del gobierno se basaba en un repaso de la literatura científica existente llevado a cabo por la Food Standards Agency, en el que se observó un incremento en el riesgo cuando la ingesta de cafeína superaba los 300mg (tres tazas de café instantáneo) diarios durante las primeras 15 semanas de embarazo.

Ahora, «parece que 200mg al día es ya una dosis suficiente para incrementar el riesgo de aborto», señaló el Dr. De-Kun Li, epidemiólogo perinatal que dirigió el estudio en Kaiser Permanente, una fundación para la salud sin ánimo de lucro de California que dirige 32 hospitales. Según él, las mujeres deberían evitar la cafeína o, al menos, reducir su ingesta a menos de 200mg diarios durante las primeras 12 semanas de embarazo.

Los médicos estudiaron otros factores que se sabe afectan a la tasa de abortos, incluidos la edad, la renta, un historial de abortos y el consumo de alcohol o tabaco. En total, 172 mujeres sufrieron un aborto espontáneo, el 95% durante las primeras 15 semanas de embarazo.

Los resultados sugieren que incluso cantidades moderadas de cafeína incrementan el riesgo, aunque solo se confirmó en mujeres que consumían 200mg o más al día. No se observó ninguna diferencia dependiendo de si la cafeína provenía de café, té, chocolate o refrescos de cola.

Todavía no está claro por qué la cafeína afecta en el comienzo del embarazo, aunque se sabe que las mujeres embarazadas tardan más en procesarla y, por ello, puede atravesar la placenta y llegar al torrente sanguíneo del bebé.

Tracy Flanagan, director de salud de las mujeres de Kaiser Permanente, aconseja a las mujeres que se pasen a bebidas descafeinadas y a impulsores energéticos naturales como los paseos rápidos, el yoga o los frutos secos.

Fuente: The Guardian

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Dieta meditarranea durante embarazo reduce el riesgo de asma

18 de enero de 2008

Un estudio demuestra que la dieta mediterránea reduce el riesgo de que los hijos desarrollen enfermedades como asma o alergias.

Según un artículo publicado esta semana por Reuters, investigadores griegos afirman que los hijos de las mujeres que durante el embarazo siguen una dieta mediterránea rica en frutas y vegetales son mucho menos propensos a desarrollar asma o alergias a lo largo de su vida. Además, según señalaron los investigadores para la revista Thorax, el consumo de vegetales más de ocho veces por semana, de pescado más de tres veces por semana y de legumbres más de una vez por semana parece impulsar más aún esta protección.

Probablemente sea la combinación de alimentos saludables con una serie de antioxidantes y nutrientes conocidos lo que marque la diferencia, aunque según Leda Chatzi, de la Universidad de Creta, y sus colegas, será necesario realizar más estudios para averiguar de qué modo funciona exactamente esta protección.
Los resultados aportan más pruebas acerca de los beneficios para la salud de una dieta mediterránea en la que priman los vegetales, el pescado y las grasas saludables como el aceite de oliva y el de canola.

Para llegar a estos resultados, los investigadores estudiaron a 468 mujeres embarazadas y, tras el parto, realizaron un seguimiento posterior de seis años y medio de duración a través de cuestionarios dietéticos.

Las madres proporcionaron información acerca de los síntomas alérgicos y respiratorios de sus hijos, a los que además se les hicieron pruebas de alergias y sibilancia recurrente.

Según se observó en el estudio, los hijos de las mujeres que habían seguido una dieta mediterránea de calidad tenían un 80% menos de probabilidades de padecer sibilancia recurrente, el síntoma más común del asma infantil, y un 45% menos de probabilidades de desarrollar alergias. Paralelamente, los hijos de las mujeres que habían consumido más carne roja mostraron un mayor riesgo de desarrollar estas afecciones, mientras que la dieta de los niños durante su etapa infantil pareció no influir.

Fuente: Reuters

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Dieta y Fertilidad

15 de enero de 2008

Según una nota de prensa publicada por la Universidad de Harvard, las mujeres con una combinación de al menos cinco factores de estilo de vida, entre los que se incluye haber modificado aspectos específicos en sus dietas, presentaron un 80% menos de riesgo de infertilidad por trastornos ovulatorios en comparación con las mujeres que no siguieron ninguno de los factores. El estudio ha sido realizado por investigadores de la Harvard School of Public Health (HSPH).

“El mensaje clave de este trabajo es que unas elecciones dietéticas adecuadas y una cantidad de actividad física apropiada en la vida diaria pueden marcar una gran diferencia en la probabilidad de ser fértil en caso de tener problemas con la ovulación”, señaló Walter Willett, autor senior del estudio y jefe del Departamento de Nutrición de la HSPH. El autor principal es Jorge Chavarro, becario de investigación del Departamento de Nutrición de la HSPH.

Pulse aquí para visualizar un breve vídeo en el que los Drs. Willett y Chavarro explican los resultados fundamentales de su trabajo.

Los investigadores realizaron un seguimiento de un grupo de 17.544 mujeres casadas que habían participado en el Nurses’ Health Study II del Brigham and Women’s Hospital. El equipo ideó un sistema de puntuación sobre factores dietéticos y de estilo de vida que según estudios previos predecían la infertilidad por trastorno ovulatorio. Entre estos factores estaban: la proporción en la dieta de grasas (desde las monoinsaturadas a los ácidos grasos trans), el consumo de proteínas (de origen animal y vegetal), el consumo de carbohidratos (incluida la ingesta de fibra y el índice glicémico dietético), el consumo de productos lácteos (enteros y desnatados), el consumo de hierro, el consumo de multivitaminas, el índice de masa corporal (IMC: peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la altura en metros) y la actividad física.

Los investigadores asignaron una puntuación de uno a cinco, equivaliendo la máxima puntuación al menor riesgo de infertilidad asociado con los trastornos ovulatorios.

Las mujeres con las puntuaciones más elevadas consumieron menos ácidos grasos trans y azúcar de carbohidratos, más proteínas vegetales que animales, más fibra y hierro y más multivitaminas; además, tenían un IMC más bajo, hacían ejercicio durante largos periodos de tiempo a diario y, sorprendentemente, consumían más productos lácteos enteros. La relación entre una puntuación elevada en sus sistema de evaluación y un menor riesgo de infertilidad fue similar en diferentes subgrupos de mujeres, independientemente de su edad y de si habían estado o no embarazadas en el pasado.

Según Chavarro, al analizar qué sucedía con las mujeres que seguían uno, dos, tres, cuatro o más factores diferentes, se observó que, a medida que las mujeres empezaban a seguir más recomendaciones, su riesgo de infertilidad disminuía sustancialmente por cada una de las estrategias de estilo de vida o dietéticas que añadían. De hecho, se observó una diferencia en el riesgo de hasta seis veces entre las mujeres que seguían al menos cinco de los hábitos recomendados y las que no seguían ninguno.

Fuente Harvard University

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El alto consumo de fruta y verdura reduce el riesgo de apoplejía

14 de enero de 2008

Según un artículo publicado esta semana en webmd.com, cada vez es más evidente que el consumo de gran variedad de frutas y vegetales ayuda a reducir el riesgo de apoplejía, aunque los motivos todavía no están claros.

En uno de los mayores estudios sobre el tema, investigadores de la Universidad de Cambridge midieron los niveles de vitamina C de más de 20.000 personas y posteriormente, realizaron un seguimiento de las mismas durante casi diez años. Los niveles de vitamina C suelen ser más elevados en las personas que consumen mucha fruta y vegetales.

Cuando los participantes se dividieron en cuatro grupos en función de sus niveles de vitamina C, se observó que los que presentaban las concentraciones más elevadas de vitamina en sangre tenían un 42% menos de riesgo de apoplejía que los que presentaban as concentraciones más bajas. Esta relación se mantuvo incluso tras ajustar los datos para una amplia variedad de factores de riesgo.

Según los investigadores, estos resultados no demuestran que sea la vitamina C de la fruta y los vegetales lo que protege frente a la apoplejía. Y la mayoría de los estudios han observado que el consumo de suplementos de vitamina C o de otras vitaminas antioxidantes no reduce el riesgo de apoplejía.

Sin embargo, el estudio indica una vez más que el consumo diario de fruta y vegetales puede tener beneficios cardiovasculares, señala Mark Levine, Doctor en Medicina del National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
No sabemos qué es exactamente lo que produce este efecto protector, pero el mensaje para el público está claro, señala Levine, se debe tomar una amplia variedad de fruta y vegetales.

En el ensayo, realizado en el Reino Unido y publicado en el último número de la revista American Journal of Clinical Nutrition, participaron un total de 20.649 hombres y mujeres de entre 40 y 79 años de edad al inicio del estudio. Durante el seguimiento posterior que duró una media de 9,5 años, 448 participantes sufrieron apoplejías.

El investigador jefe, Phyo K. Myint, y sus colegas sugieren que el aumento en el riegso de las personas con los niveles más bajos de vitamina C podría tener implicaciones clínicas. Concretamente, estos niveles podrían ser un buen indicador predictivo del riesgo de apoplejía, independientemente de otros factores de riesgo conocidos, como la edad, el historial de tabaco, la tensión arterial o el colesterol.

Fuente: WebMD

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Cuatro hábitos sanos pueden añadir 14 años de vida

10 de enero de 2008

Un nuevo estudio afirma que las personas que adoptan estos cuatro comportamientos: no fumar, hacer ejercicio, moderar el consumo de alcohol y tomar cinco raciones de fruta y vegetales al día; viven un promedio de 14 años más en comparación con las personas que no adoptan ninguno de ellos.

En lugar de centrarse en efecto que tiene para la salud cada uno de estos factores a título individual, el estudio calcula el impacto combinado de estos cuatro comportamientos. Los resultados sugieren que ligeros cambios en el estilo de vida pueden tener un impacto importante en la salud de las poblaciones.

Existen pruebas apabullantes que demuestran que estilos de vida como el fumar o no, la dieta o la actividad física influyen en la salud y la longevidad de las personas, pero apenas existe información acerca de su efecto combinado. Para estudiar este efecto combinado Kay-Tee Khaw y sus colegas de la Universidad de Cambridge y del Medical Research Council utilizaron un sencillo sistema de puntuación del comportamiento de la salud para evaluar a los participantes del estudio (que eran de Norfolk, en el reino Unido). Entre 1993 y 1997, 20.000 hombres y mujeres de edades comprendidas entre 45 y 79, que no habían padecido cáncer ni enfermedades coronarias o circulatorias, rellenaron un cuestionario que se puntuaba del 0 al 4.

Se daba un punto por cada uno de los siguientes comportamientos: no ser fumador en ese momento; no estar físicamente inactivo (definiendo la inactividad física como tener un trabajo sedentario y no hacer ningún otro ejercicio como ocio); un consumo moderado de alcohol de 1-14 unidades por semana (equivaliendo una unidad a media pinta de cerveza o a una copa de vino); y unos niveles de vitamina C en sangre acordes con el consumo de cinco raciones de fruta y vegetales al día.

Posteriormente, se realizó un seguimiento de las muertes de los pacientes hasta el 2006.

Tras considerar el factor de la edad, los resultados indicaban que en un período medio de once años las personas con una puntuación de 0, es decir, las que no incluían ninguno de los cuatro comportamientos saludables en su estilo de vida, eran cuatro veces más propensas a morir que los que habían obtenido una puntuación de 4 en el cuestionario. Es más, los investigadores calcularon que una persona con puntuación 0 tenía el mismo riesgo de muerte que una con puntuación 4 y 14 años más vieja, independientemente de su clase social e índice de masa corporal. Este estudio forma parte de la European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC), llevada a cabo en diez países europeos, el mayor sobre salud y dieta realizado hasta la fecha.

Los resultados de este estudio todavía se han de confirmar en otras poblaciones y será necesario realizar análisis del modo en que estos comportamientos de salud combinados influyen en la calidad de vida de una persona. No obstante, los resultados sugieren que estos cuatro cambios sencillos en el estilo de vida podrían mejorar considerablemente la salud de las personas de mediana edad y los ancianos, algo especialmente importante teniendo en cuenta la tendencia al envejecimiento de la población en numerosos países europeos.

Fuente: Science Daily