Dieta y Fertilidad

15 de enero de 2008

Según una nota de prensa publicada por la Universidad de Harvard, las mujeres con una combinación de al menos cinco factores de estilo de vida, entre los que se incluye haber modificado aspectos específicos en sus dietas, presentaron un 80% menos de riesgo de infertilidad por trastornos ovulatorios en comparación con las mujeres que no siguieron ninguno de los factores. El estudio ha sido realizado por investigadores de la Harvard School of Public Health (HSPH).

“El mensaje clave de este trabajo es que unas elecciones dietéticas adecuadas y una cantidad de actividad física apropiada en la vida diaria pueden marcar una gran diferencia en la probabilidad de ser fértil en caso de tener problemas con la ovulación”, señaló Walter Willett, autor senior del estudio y jefe del Departamento de Nutrición de la HSPH. El autor principal es Jorge Chavarro, becario de investigación del Departamento de Nutrición de la HSPH.

Pulse aquí para visualizar un breve vídeo en el que los Drs. Willett y Chavarro explican los resultados fundamentales de su trabajo.

Los investigadores realizaron un seguimiento de un grupo de 17.544 mujeres casadas que habían participado en el Nurses’ Health Study II del Brigham and Women’s Hospital. El equipo ideó un sistema de puntuación sobre factores dietéticos y de estilo de vida que según estudios previos predecían la infertilidad por trastorno ovulatorio. Entre estos factores estaban: la proporción en la dieta de grasas (desde las monoinsaturadas a los ácidos grasos trans), el consumo de proteínas (de origen animal y vegetal), el consumo de carbohidratos (incluida la ingesta de fibra y el índice glicémico dietético), el consumo de productos lácteos (enteros y desnatados), el consumo de hierro, el consumo de multivitaminas, el índice de masa corporal (IMC: peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la altura en metros) y la actividad física.

Los investigadores asignaron una puntuación de uno a cinco, equivaliendo la máxima puntuación al menor riesgo de infertilidad asociado con los trastornos ovulatorios.

Las mujeres con las puntuaciones más elevadas consumieron menos ácidos grasos trans y azúcar de carbohidratos, más proteínas vegetales que animales, más fibra y hierro y más multivitaminas; además, tenían un IMC más bajo, hacían ejercicio durante largos periodos de tiempo a diario y, sorprendentemente, consumían más productos lácteos enteros. La relación entre una puntuación elevada en sus sistema de evaluación y un menor riesgo de infertilidad fue similar en diferentes subgrupos de mujeres, independientemente de su edad y de si habían estado o no embarazadas en el pasado.

Según Chavarro, al analizar qué sucedía con las mujeres que seguían uno, dos, tres, cuatro o más factores diferentes, se observó que, a medida que las mujeres empezaban a seguir más recomendaciones, su riesgo de infertilidad disminuía sustancialmente por cada una de las estrategias de estilo de vida o dietéticas que añadían. De hecho, se observó una diferencia en el riesgo de hasta seis veces entre las mujeres que seguían al menos cinco de los hábitos recomendados y las que no seguían ninguno.

Fuente Harvard University

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