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Más omega-3 y menos omega-6 para el cáncer de próstata

26 de junio de 2007

Según un artículo publicado este mes en foodnavigator.com, si los resultados de un estudio realizado con animales se pueden reproducir en humanos, un aumento en los niveles de ácidos grasos omega-3 y un descenso de los omega-6 podría reducir el riesgo de cáncer de próstata en individuos con una predisposición genética al cáncer.

Según el investigador Yong Chen, de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest, este estudio, publicado en la revista Journal of Clinical Investigation, muestra la existencia de una clara relación entre la dieta y el resultado final. “Un cambio en la dieta podría marcar la diferencia entre morir de la enfermedad o sobrevivir con ella”. De este modo, el nuevo estudio se suma a toda una serie de evidencias que relacionan un mayor porcentaje en la ingesta de omega-3 y omega-6 con una salud mejorada.

La investigación utilizó ratones modificados con un defecto genético que causa cáncer de próstata. La falta del gen Pten, ausente en el 60-70% de los cánceres metastásicos en humanos, produce un desarrollo espontáneo de cáncer de próstata.

Desde su nacimiento, se asignó de forma aleatoria a los ratones una de tres dietas con diferentes cantidades de omega-3 y omega-6. Según la autora principal del estudio Isabelle Berquin y sus coleboradores, los ratones con el gen supresor del cáncer no desarrollaron tumores y mostraron un porcentaje de supervivencia del 100% independientemente de la dieta. En cambio, en los ratos con el defecto genético, el porcentaje de supervivencia fue del 60% en los animales con la dieta rica en omega-3, del 10% en los de la dieta baja en omega-3 y del 0% en los de la dieta rica en omega-6.

«Esto sugiere que si tienes unos buenos genes no importa demasiado lo que comas», señaló Chen. «Pero si tienes un gen que te hace propenso a desarrollar un cáncer de próstata, la dieta puede inclinar la balanza». El mecanismo oculto tras ello todavía no se ha podido aclarar.

Acerca de la investigación, la Dra. Emma Knight, del British Charity Cancer Research UK, ha comentado que los resultados son interesantes. “El trabajo todavía está en sus primeras fases, pero plantea la posibilidad de que los omega-3 puedan retrasar o prevenir el desarrollo del cáncer de próstata, aunque de momento no sea ago concluyente”.

Fuente: Food Navigator

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Canela ayuda a mantener niveles bajos de azúcar

25 de junio de 2007

Una cucharada de canela mantiene baja el azúcar

Según un artículo publicado esta semana por Reuters, un nuevo estudio sugiere que la adición de un poco de canela a los postres puede suavizar el repentino aumento de azúcar en sangre que se produce tras tomar el dulce.

Investigadores del Hospital Universitario de Malmo, en Suecia, descubrieron que la adición de poco más de una cucharada de canela a un tazón de arroz con leche reducía la subida de azúcar en sangre posterior a su ingesta en un grupo de voluntarios sanos.

Los resultados, publicados en la revista American Journal of Clinical Nutrition, se suman a lo señalado por anteriores estudios acerca de que la canela puede ayudar a controlar el azúcar en sangre. Sin embargo, es demasiado pronto para prescribir canela como terapia para la diabetes, un trastorno en el que los niveles de azúcar en sangre se disparan debido a un fallo de la hormona insulina que regula el azúcar.
La Dra. Joanna Hlebowicz y sus colegas basaron su estudio en 14 voluntarios sanos cuyos niveles de azúcar en sangre se midieron antes y después de comer un tazón de arroz con leche; los niveles de los voluntarios se midieron tras ingerir arroz con leche con y sin canela.

Los análisis de sangre tras la ingesta, realizados repetidamente durante dos horas, mostraron que los niveles de azúcar en sangre de los voluntarios se incrementaban mucho menos cuando tomaban el postre con canela.

Según el equipo de Hlebowicz, una explicación para este efecto parece ser que la canela reduce la velocidad con la que los alimentos pasan del estómago al intestino. Utilizando escáneres de ultrasonidos, los investigadores descubrieron que los voluntarios presentaban una velocidad más lenta de «vaciado gástrico» cuando tomaban el arroz con leche con canela.

Sin embargo, todavía hay que estudiar si las personas con diabetes deberían empezar a especiar su dieta con canela. De momento, según apuntaron Hlebowicz y sus colegas, un pequeño estudio ha observado que al añadir canela a la dieta de personas con diabetes de tipo 2 durante 40 días, sus niveles de azúcar y colesterol en sangre tendían a disminuir.

Por otra parte, un estudio reciente no observó lo mismos efectos beneficiosos en personas con diabetes de tipo 1. Por ello, Hlebowicz y su equipo concluyen que todavía es necesario realizar más estudios específicos de personas con diabetes.

Fuente: Mediline

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Posible riesgo de dietas bajas en hidratos de carbono

20 de junio de 2007

La dieta Atkins podría incrementar el riesgo de cáncer de intestino

Según un artículo publicado esta semana en thisislondon.co.uk, las dietas bajas en hidratos de carbono, como la controvertida dieta Atkins, podrían incrementar el riesgo de cáncer de intestino.

Según una nueva investigación, el motivo sería la relación existente entre una disminución en la ingesta de hidratos de carbono y unos niveles más bajos de una sustancia química llamada butirato, un ácido fabricado por bacterias que combate el cáncer de intestino eliminando las células cancerosas.

Investigadores del Aberdeen’s Rowett Research Institute han descubierto que las dietas bajas en hidratos de carbono pueden reducir hasta cuatro veces estas bacterias que combaten el cáncer.

Professor Harry Flint, who led the research, said: «In the long run, it is possible that such diets could contribute to bowel cancer. It is a preventable disease, and there is evidence that poor diet can increase your risk.»

La dieta Atkins ha ayudado a adelgazar a famosas como Jennifer Anniston, Catherine Zeta-Jones o Renee Zellweger. Consiste en una reducción drástica en la ingesta de carbohidratos, incluidos alimentos como las patatas, lo productos lácteos o el alcohol. Esto supuestamente cambia la química del cuerpo, que pasa de ser una máquina que quema hidratos de carbono a quemar grasas, dando lugar a una importante pérdida de peso. En principio, esta reducción debe durar alrededor de dos semanas para luego ir aumentando lentamente los niveles de carbohidratos durante las semanas posteriores.

Sin embargo, según el Prof. Harry Flint, que ha dirigido esta investigación, algunos dietistas caen en la tentación de prolongar el tiempo de reducción, lo que incrementa el riesgo de cáncer de intestino.

En el estudio del Instituto Rowett, se dieron a 19 hombres obesos tres dietas con diferentes niveles de hidratos de carbono: alto, medio y bajo. Los de la dieta con un nivel elevado de hidratos de carbono consumieron 400gr diarios, mientras que los de la dieta con el nivel más bajo de carbohidratos tomaron tan solo 24gr al día (lo habitual en las dietas bajas en hidratos de carbono). En este último grupo se observó una reducción de hasta cuatro veces en el nivel de bacterias que combaten el cáncer.

Según Flint, es probable que los resultados, que han sido publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology, sean los mismos para las mujeres.
Las dietas bajas en carbono han creado mucha controversia. Los que la defienden se basan en que es la dieta más eficaz para perder peso en comparación con cualquier otro enfoque, mientras que los que están en contra critican sus riesgos para la salud, como un incremento en el riesgo de enfermedad coronaria o de osteoporosis en las mujeres.

Fuente: This is London

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Barbacoas y cáncer

16 de junio de 2007

Cómo protegerse del cáncer que produce la barbacoa

Un estudio realizado por el Lawrence Livermore National Laboratory ha demostrado que la parrilla produce a una serie de carcinógenos en la carne. Un tipo de estos compuestos causantes del cáncer, conocido como aminas heterocíclicas (HA), se desarrolla por el efecto del calor en los aminoácidos y la creatinina de la carne. En general, cuanto más tiempo se cocina la carne y a temperaturas más elevadas, más aminas heterocíclicas se producen. A la parrilla es el método más dañino, seguido de los fritos, mientras que al vapor, cocida o a la plancha se producen menos HA.

A continuación se indican algunas sugerencias para reducir la ingesta de HA, basadas en un trabajo realizado por Jim Felton, Garrett Keating y Mark Knize, del programa de investigación del UC-Davis Cancer Center:

  • Antes de asar la carne a la parrilla, cocinarla parcialmente en el microondas y desechar el jugo que quede en el recipiente. El hecho de precocinar una hamburguesa durante unos minutos en el microondas elimina hasta un 95% de los HA.
  • Voltear las hamburguesas con frecuencia. Voltear la hamburguesa una vez por minuto reduce la formación de HA hasta un 100%, probablemente debido a que se mantiene la carne de dentro a menor temperatura.
  • Adobar la carne antes de asarla a la parrilla. Un estudio del laboratorio Livermore demostró que adobar el pollo 40 minutos con una mezcla de azúcar moreno, aceite de oliva, vinagre de sidra, ajo, mostaza, zumo de limón y sal reduce la formación de HA entre u 92 y un 99%.
  • Utilizar un termómetro para carnes. Cocinar la carne de ave a una temperatura de 74°-82° C, la carne picada de ternera, cerdo y cordero entre 71°-76° y los asados y filetes de ternera entre 63°-71°. No cocine la carne “bien pasada”.
  • Tome vegetales crucíferos, como el brécol, el repollo, la coliflor, la col rizada o las coles de bruselas, uno o dos días antes de la barbacoa. Todos ellos contienen una serie de compuestos que activan una enzimas en nuestro cuerpo capaces de neutralizar la toxicidad de las HA.

Fuente: Universidad de Davis

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Pistachos beneficios para la salud

16 de junio de 2007

Una dosis diaria de pistachos podría ser beneficiosa para la salud coronaria

Según un artículo publicado esta semana en physorg.com, una nueva investigación indica que una dosis diaria de pistachos podría proteger frente a enfermedades cardiovasculares. El estudio, publicado en el Vol. 26, ejemplar Nº2, de la revista especializada Journal of the American College of Nutrition, se suma así a un creciente número de estudios con evidencias al respecto.

En los resultados de este estudio, dirigido por James N. Cooper, de la Universidad George Mason y Michael J. Sheridan, del Hospital Inova Fairfax, se observó que en personas con unos niveles de colesterol moderadamente elevados, una dieta diaria con un 15% de calorías procedentes de pistachos (alrededor de dos o tres onzas o entre uno y dos puñados de semillas) durante un periodo de cuatro semanas mejoraba favorablemente los niveles de lípidos en sangre.

«Lo apasionante de estos resultados es que indican que la simple adición de pistachos a la dieta ayuda a proteger el corazón, sin necesidad de un cambio drástico», señaló el Dr. James Cooper. «Esta investigación cuestiona la creencia previamente establecida de que lo mejor para la salud coronaria es una dieta baja en grasas. Ahora, los estudios indican que una dieta con una cantidad moderada de grasas monoinsaturadas, como la de los pistachos, es más eficaz para prevenir enfermedades coronarias que una reducción en la ingesta total de grasas».

Se sabe que unos niveles elevados de lípidos en sangre incrementan el riesgo tanto de enfermedad coronaria como de apoplejía, mientras que una reducción de estos niveles disminuye el riesgo.

En un ensayo clínico aleatorio cruzado, 15 personas con niveles moderadamente elevados de colesterol en sangre (superiores a 210 mg/Hg) siguieron una dieta en la que el 15% de las calorías diarias procedía de pistachos, con el fin de comprobar si influía de forma significativa en sus niveles de lípidos en sangre. Todos los sujetos consumieron sus dietas habituales durante un período inicial de cinco días. Luego, se pasó a la mitad de los sujetos a la dieta con pistachos durante un período de cuatro semanas, seguido de otras cuatro semanas de su dieta habitual; la otra mitad de los sujetos siguieron las dietas en orden inverso.

Estadísticamente, en la dieta con pistachos se observaron importantes reducciones de TC/HDL-C (-0,38; 95% CI, de -0,57 a -0,19; p=0,001), LDL-C/HDL-C (-0,40; 95% CI, de -0,66 a -0,15; p=0,004) y B-100/A-1 (-0,11; 95% CI, de -0,19 a -0,03, p=0,0009) y un incremento importante del HDL-C (2,3; 95% CI, de 0,48 a 4,0; p= 0,02).

Los sujetos con la dieta de pistachos no mostraron cambios en la tensión arterial ni en el índice de masa corporal y tampoco ganaron peso.

Fuente: PhysOrg

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La vitamina D reduce el riesgo de cáncer

11 de junio de 2007

Según un artículo publicado esta semana en Newsday.com, el estudio más riguroso realizado hasta la fecha señala que la vitamina D reduce en un 60% el riesgo de varios tipos de cáncer en mujeres mayores. Esta nueva investigación respalda la argumentación de algunos especialistas que defienden que la vitamina D podría ser un poderoso tratamiento preventivo frente al cáncer y que las personas deberían tomar más. Sin embargo, los expertos no se ponen de acuerdo sobre cuales son las cantidades convenientes.

Algunos investigadores lo consideran un gran avance médico, ya que hasta ahora no se ha identificado ningún otro método preventivo para el cáncer que sea tan efectivo; otros afirman que se trata de un estudio muy pequeño y que, por tanto, no puede tener la última palabra.En cualquier caso, el estudio amplía las décadas de investigación iniciadas tras la observación de que las tasas de cáncer de grupos similares en las latitudes del sur eran inferiores a las del norte. Los científicos dedujeron que esto podría estar relacionado con la exposición a la luz solar, que es mayor en las zonas del sur. Al estar expuesta a los rayos ultravioletas de la luz solar, la piel fabrica una forma de vitamina D conocida como D3 o colecalciferol. Este estudio utilizó esa misma forma de vitamina.Investigaciones previas han demostrado que la vitamina D ayuda a regular el crecimiento celular, un proceso biológico fundamental que se descontrola en el cáncer.

En el nuevo estudio, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, los científicos han impulsado y medido, por primera vez, los niveles de vitamina D en sangre, realizando un seguimiento de grupos idénticos de pacientes desde el comienzo hasta el fin. De ahí que, a pesar de tener un tamaño modesto, la investigación esté generando tanta expectación.

Los científicos de la Universidad de Creighton, en Omaha, centraron su estudio en 1.179 mujeres, aparentemente sanas, con una media de edad de unos 67 años. Las mujeres se dividieron en tres grupos: 446 tomaron suplementos de vitamina D3 y calcio, otras 446 tomaron solo calcio y 288 tomaron unas pastillas falsas.Los investigadores les dieron 1.000 UI de vitamina D (más de la cantidad recomendada, que oscila entre 200 y 600 unidades dependiendo de la edad) con el fin de comprobar los efectos del calcio en la salud ósea. El interés en el riesgo del cáncer era algo secundario. Sin embargo, observaron una reducción en el riesgo de cáncer fuera de lo común. En el grupo del calcio y la vitamina D, solo 13 mujeres (un 3%) desarrollaron cáncer durante los cuatro años que tomaron los suplementos; en el grupo del calcio, fueron 17 mujeres (un 4%), mientras que en el de las pastillas falsas se detectaron 20 casos (un 7%). Esto supone una reducción del 60% en el riesgo de cáncer en el grupo que tomó ambos suplementos, con respecto al grupo de control.

Es más, una vez excluidos los cánceres desarrollados durante el primer año del estudio, la reducción en el riesgo se dispara a un 77%. En el grupo que solo tomó calcio, se observó una reducción en el riesgo del 47%, pero a diferencia del otro grupo, los resultados no mejoraron tras excluir los cánceres desarrollados el primer año. Esto, según los investigadores, sugiere que el calcio apenas ha influido por sí solo en el experimento, aunque podría haber potenciado la acción de la vitamina D.

Basándose en esto, algunos expertos han sugerido que se aumenten las cantidades recomendadas de vitamina D3 a 1.000 unidades diarias, mientras que otros consideran que es mejor mantener de momento las establecidas y que habrá que realizar más estudios para comprobar si los resultados se mantienen en grandes grupos de personas y si también funcionan para los hombres.

Fuente: Newsday

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Hacer ejercicio después de comer

8 de junio de 2007

Según un artículo publicado en BBCNews, un grupo de científicos ingleses afirma que hacer ejercicio después de comer puede ayudar a perder peso, excitando las hormonas que suprimen el apetito. Gracias a estas hormonas, las personas activas sienten menos hambre tras el ejercicio, algo que, según sugieren los experimentos, se alarga hasta la siguiente comida.

Incluso tomando comidas mucho mayores, las personas que hacían deporte ganaron menos calorías en total, porque quemaron más.

En el estudio de la Universidad de Surrey y el Imperial College London, publicado en la revista especializada Journal of Endocrinology, se dio a 12 voluntarios el mismo desayuno. Una hora después, la mitad de ellos hicieron ejercicio durante una hora en un bicicleta estática, mientras el resto descansaban. Se dejó pasar otra hora y, a continuación, se permitió a ambos grupos comer cuanto quisieran.

Las personas que hicieron ejercicio quemaron más calorías que las que estuvieron descansando: 492 kcal frente a 197 kcal. Y cuando después se les dio la posibilidad de comer los que habían hecho más ejercicio comieron más: 913 kcal frente a 762 kcal.

Sin embargo, al tener en cuenta la energía quemada durante el ejercicio, el resultado global fue de 421 kcal para las personas que hicieron ejercicio, frente a las 565 kcal del grupo inactivo.

Además, los niveles de las hormonas PYY, GLP-1 y PP, que indican al cerebro cuando el estómago está lleno, incrementaron durante e inmediatamente después del ejercicio. Y los voluntarios afirmaron haber sentido menos hambre durante ese tiempo.

«Antes nos preocupaba que, aunque el ejercicio quemase energía, la gente comería más después de hacerlo, anulando los posibles efectos de reducción de peso del ejercicio», selañó el Dr. Denise Robertson, «pero nuestra investigación muestra que el ejercicio puede alterar el apetito de las personas ayudándoles a perder peso y evitar posteriores ganancias de peso como parte de un estilo de vida equilibrado y saludable».

Los expertos recomiendan realizar al menos 30 muinutos de ejercicio físico, al menos cinco días a la semana.

Fuente: BBC Health

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Semillas de lino podrían ralentizar los tumores de próstata

6 de junio de 2007

Según un artículo publicado esta semana en NewScientist.com, un estudio preliminar sugiere que la ingesta de semillas de lino podría reducir a la mitad la velocidad de crecimiento de los tumores de próstata.

Esta semilla, similar a la de sésamo, puede frenar el crecimiento del cáncer incrementando la proporción de ácidos grasos omega-3 y omega-6 en el cuerpo.
Wendy Demark-Wahnefried, de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte (EEUU), y sus colegas reclutaron 161 hombres a los que se les había diagnosticado recientemente un cáncer de próstata, y los dividieron en cuatro grupos.

Los de un grupo tomaron tres cucharadas de semillas de lino al día (mezclándolas con yogur o agua, por ejemplo) y siguieron una dieta baja en grasa. De los otros tres grupos, uno mantuvo una dieta baja en grasa, otro tomó semillas de lino y el último se utilizó como grupo de control, por lo que sus miembros no realizaron ningún cambio en su estilo de vida.

La mayoría de los hombres participantes fueron operados para eliminarles la próstata en los 30 días siguientes al comienzo del estudio.

Para ver si los cambios en la dieta de un mes de duración tenían algún efecto sobre el cáncer, el equipo de Demark-Wahnefried examinó el ADN de las células del tumor extirpado. Observando los cromosomas de estas células fue posible saber si se estaban dividiendo de forma activa o no.

Los análisis revelaron que un poco menos del 50% de las células tumorales de los hombres que habían tomado las semillas de lino, independientemente de que hubiesen seguido también la dieta baja en grasa o no, se estaban dividiendo de forma activa en comparación con los de sus compañeros del grupo de control. El hecho de mantener solo una dieta baja en grasa, sin tomar las semillas de lino, no parece que afecte al crecimiento de los tumores.

«Por desgracia, nadie sabe con seguridad» el motivo por el cual las semillas de lino proporcionan este beneficio, señala Demark-Wahnefried, aunque especula con la posibilidad de que reemplazar las moléculas omega-6 del cuerpo con compuestos omega-3 pueda enviar señales químicas que ordenen a las células que no se dividan.

Anteriormente, Demark-Wahnefried había probado a dar a los hombres aceite de pescado, por su elevado contenido en omega-3, pero este enfoque tenía unos efectos secundarios no deseados.

Demark-Wahnefried presentó los resultados de su investigación en el congreso anual de la American Society of Clinical Oncology celebrado el 2 de junio en Chicago, Illinois.

Fuente: New Scientist

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La soja puede reducir tensión arterial y el colesterol

1 de junio de 2007

Según un artículo publicado esta semana en Topix.net, un nuevo estudio realizado con mujeres posmenopáusicas ha demostrado que media taza de frutos secos de soja al día funciona tan bien para disminuir la tensión arterial como un medicamento para la hipertensión.

La Dra. Francine K. Welty, del Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston, y sus colegas, observaron también reducciones en la tensión arterial de mujeres con prehipertensión tras haber consumido frutos secos de soja durante o semanas.

Welty y su equipo reunieron a 60 mujeres posmenopáusicas, de las cuales 12 padecían hipertensión, para iniciar la dieta Therapeutic Lifestyle Changes (TLC), que implica una reducción en las grasas, el colesterol, el sodio y las calorías. Las participantes siguieron la dieta TLC durante ocho semanas y, a continuación, realizaron durante otras ocho semanas la misma dieta pero añadiéndole media taza diaria de frutos secos de soja tostados sin sal. Durante este último período, las mujeres eliminaron una cantidad equivalente de proteína de las otras fuentes, de modo que la ingesta de proteína se mantuvo constante.

Los investigadores eligieron los frutos secos de soja porque están entre las fuentes de soja menos procesadas y son más fáciles de llevar con uno que la leche de soja o el tofu.

Al tomar los frutos secos de soja, las mujeres experimentaron una caída de la tensión arterial sistólica (la máxima) del 9,9% y una disminución de la tensión arterial diastólica (la mínima) del 6,8%. En las mujeres con prehipertensión se observó una reducción de la tensión arterial sistólica del 5,5% y una disminución de la diastólica del 2,7%.

En las mujeres con tensión arterial normal, los frutos secos de soja también redujeron la máxima en un 4,5% y la mínima en un 3,0%.

Por otra parte, se observó una reducción de un 11% en el colesterol LDL o colesterol “malo” de todas las mujeres.

Según Welty, otros dos estudios similares, uno con leche de soja y otro con galletas de soja, mostraron que la soja reduce la tensión arterial.

Basándose en este estudio y en investigaciones previas, los investigadores recomiendan incluir en la dieta los frutos secos de soja y la leche de soja para ayudar a reducir la tensión arterial.

Fuente: Reuters

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Posibles riesgos de refrescos con gas

30 de mayo de 2007

Algunos refrescos con gas pueden dañar seriamente la salud

Según un artículo publicado esta semana en The Independent, una nueva investigación de una universidad británica sugiere que un conservante común en conocidos refrescos con gas puede causar un daño grave celular, desactivando partes vitales del ADN. Este problema, relacionado habitualmente con el envejecimiento y el alcoholismo, puede llevar a una cirrosis del hígado y a enfermedades degenerativas como el Parkinson.

Este descubrimiento puede tener importantes consecuencias para los cientos de millones de personas de todo el mundo que consumen este tipo de bebidas, además de avivar la controversia que rodea a los aditivos alimentarios, relacionados también con la hiperactividad en los niños.

La preocupación se centra en la seguridad del E211, conocido como benzoato de sodio, un conservante utilizado durante décadas por la industria de las bebidas carbonatadas a nivel internacional. El benzoato de sodio, que deriva del ácido benzoico, se encuentra de forma natural en las bayas, pero en los refrescos con gas se utiliza en grandes cantidades para evitar la formación de moho. También se añade a las conservas en vinagre y a las salsas.

El benzoato de sodio ya ha sido motivo de preocupación anteriormente, debido a que su combinación con el aditivo vitamina C en refrescos con gas da lugar al benceno, una sustancia cancerígena. Un examen de la Food Standards Agency (FSA) sobre el benceno en refrescos con gas descubrió el pasado año unos niveles demasiado elevados en cuatro marcas que fueron eliminadas del mercado.

Ahora, el profesor Peter Piper, un experto en envejecimiento de la Universidad de Sheffield que ha estado investigando el benzoato de sodio, ha hecho público otro de sus peligros. Piper, profesor de biotecnologíay biología molecular, estudió en su laboratorio el impacto del benzoato de sodio en células vivas de levadura, encontrando algo alarmante: el benzoato dañaba una zona importante del ADN en la mitocondria de las células, hasta el punto de desactivarla totalmente.

La mitocondria consume el oxígeno para producir energía y si se daña las células funcionarían muy mal. Además del envejecimiento, hay toda una serie de enfermedades que se están relacionando con daños en esta zona del ADN, como el Parkinson y varias enfermedades neurodegenerativas.

La FSA respalda el uso en el Reino Unido del benzoato de sodio, que también ha sido aprobado por la Unión Europea, pero algunos diputados han pedido que se investigue urgentemente este tema. «Muchos aditivos son relativamente nuevos y su impacto a largo plazo es incierto. Es obvio que este conservante debe ser investigado aún más por la FSA», señaló Norman Baker, diputado liberaldemócrata del Reino Unido.

En el año 2000, la OMS lo declaró seguro, pero con la observación de que la ciencia que avalaba su seguridad era “limitada”. Según Piper, las pruebas realizadas por la FDA estadounidense están obsoletas. «La industria afirma que estos compuestos han sido probados y son completamente seguros», añade, «pero según los criterios actuales de seguridad, las pruebas que se realizaron no eran las adecuadas. Como todo, las pruebas de seguridad avanzan constantemente y ahora es posible realizar unas pruebas de seguridad mucho más rigurosas que hace 50 años».

Fuente: The Independent