Según un artículo publicado esta semana en ScienceDaily, bastaría con añadir un poco de limón al té para sacar mayor partido de sus propiedades. Y es que un estudio ha observado que los zumos de los cítricos hacen que se conserven más antioxidantes del té verde tras una digestión simulada, lo que implica que dicha combinación es incluso más saludable de lo que se pensaba anteriormente.
El estudio comparó el efecto de varios aditivos de bebidas sobre las catequinas, antioxidantes del té y los resultados sugieren que la adición de zumos de cítricos o de vitamina C al té aumenta el número de catequinas disponibles para su absorción por el cuerpo.
«Aunque estos resultados son preliminares, resulta esperanzador que gran parte del puzzle se resuelva con una química simple», señala Mario Ferruzzi, profesor ayudante de ciencias alimentarias en la Universidad de Purdue y principal autor del estudio.
Las catequinas podrían ser responsables de algunos de los beneficios para la salud del té como la reducción en los riesgos de cáncer, infarto y apoplejía. El problema, según Ferruzzi, es que las catequinas son relativamente inestables en entornos no ácidos como los intestinos y, tras la digestión, quedan menos del 20% del total.
Ferruzzi probó zumos, cremas y otras cosas que se suelen añadir al té haciendo pasar las mezclas por un modelo que simula la digestión gástrica e intestinal, y observó que los zumos de cítricos incrementaban más de cinco veces los niveles de catequinas conservadas, mientras que el ácido ascórbico o vitamina C aumentaba los niveles de las dos catequinas más abundantes 6 y 13 veces, respectivamente.
El estudio, publicado este mes en la revista Molecular Nutrition and Food Research, descubrió también que la leche de vaca, de arroz y de soja parece tener un efecto estabilizante moderado. Sin embargo, Ferruzzi afirma que el resultado es engañoso; se trata de una interacción química entre las proteínas de la leche y las catequinas del té que aparentemente ayuda a proteger el complejo de la degradación pero que, probablemente, en un sistema digestivo humano sano, se vea superada por la enzimas.
La combinación del limón con el té es mejor incluso de lo que sugiere su fama. El zumo de limón logró conservar un 80% de las catequinas del té. Después del limón, en cuanto a nivel estabilizante, se encuentran los zumos de naranja, de lima y de pomelo.
Aunque este estudio se hizo solo para el té verde, Ferruzzi sospecha que algunos resultados se podrían aplicar también al té negro, que se obtiene por fermentación del verde.
Actualmente, Ferruzzi colabora con el Purdue Botanicals Research Center, financiado por el NIH, en un estudio en vivo destinado a evaluar la habilidad de los zumos y la vitamina C para incrementar los niveles de catequinas en los intestinos y el torrente sanguíneo de los animales y, por extensión, en los de los humanos.
«Este estudio está diseñado para superar las limitaciones impuestas por nuestro modelo digestivo», señala, ya que «la digestión humana es mucho más compleja».