11 de agosto de 2008

Beneficios de los ácidos grasos omega-3


Nuevas investigaciones indican que los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), especialmente los omega-3 del pescado, son beneficiosos para la salud de los bebés y las madres, para la función inmunológica y la nutrición parenteral total (NPT). Las publicaciones Fats of Life y PUFA Newsletter de junio de 2008 resumen los nuevos descubrimientos que se han realizado en este campo.

Un estudio mostró que proporcionar grandes cantidades de ácido docosahexaenoico (DHA), un PUFA omega-3, y de ácido araquidónico, un PUFA omega-6, a bebés prematuros que nacieron con muy poco peso, daba lugar a una mejor cognición. Las formulas para bebés prematuros en los EEUU incluyen menos cantidad de estos ácidos grasos que la que recibirían en caso de seguir dentro de l barriga de la madre.

«Este estudio proporciona pruebas adicionales de que los ácidos grasos que el niño recibe de la madre durante el embarazo son fundamentales para el desarrollo del cerebro», señaló Editor Joyce Nettleton. «Si estos resultados se confirman, sugieren que el contenido en ácidos poliinsaturados de cadena larga de las fórmulas para bebés prematuros debería ser incrementado».

Los estudios sobre NPT, alimentación intravenosa para los enfermos graves, también cuestionan la normativa estadounidense. En niños con enfermedad hepática grave y síndrome del intestino corto, un preparado basado en aceite de pescado revierte significativamente la enfermedad mucho más rápido y con mayor frecuencia que con el preparado estándar de aceite de soja. En los EEUU, la NPT basado en aceite de pescado hay que importarla de Europa y solo está aprobada en uso compasivo.

«La NPT basada en aceite de pescado salva vidas y acelera la recuperación los niños con síndrome de intestino corto», señaló Nettleton. «Las pruebas de estos estudios pueden ayudar a modificar la normativa estadounidense de modo que la NPT basada en aceite de pescado llegue a estar disponible en todo el país».

Otra investigación estudió el desarrollo cognitivo de los niños en función de la exposición de las madres a unos niveles elevados de mercurio, PCB y ácidos grasos omega-3 al alimentarse de productos marinos durante el embarazo. A pesar de su exposición a los contaminantes, el elevado nivel de DHA prenatal de los niños se asoció con mejores resultados, como un mayor peso de nacimiento, edad gestacional, agudeza visual y unas puntuaciones de desarrollo psicomotor y mental más elevadas.

«Estos estudios no justifican el hacer caso omiso de los contaminantes presentes en el pescado y el marisco, pero se suman a un amplio cuerpo de pruebas que indican que os beneficios de comer más espacies de pescado durante el embarazo supera a los riesgos», señaló Nettleton.

Fuente: PR Newswire

9 de agosto de 2008

El potasio ayuda a bajar la tensión


Una nueva investigación indica que aumentar los niveles de potasio en la dieta puede disminuir el riesgo de una persona de padecer de tensión arterial alta y puede disminuir la tensión en personas que ya padecen de “hipertensión”.

El Dr. Mark C. Houston, de la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt, y la Dra. Karen J. Harper, de Harper Medical Communications, en Nashville, señalaron en un suplemento especial de la revista The Journal of Clinical Hypertension este mes, que se cree que una ingesta saludable de potasio es uno de los motivos por los que los vegetarianos y algunas poblaciones aisladas tienen una incidencia, muy baja de enfermedad coronaria.

En sociedades aisladas con dietas bajas en socio y ricas en frutas y vegetales (que tienen, por tanto, unos niveles altos de potasio), la hipertensión afecta tan solo al 1% de la población, observaron. Por el contrario, en sociedades industrializadas, en las que la gente consume dietas altas en alimentos procesados y grandes cantidades de sodio, una de cada tres personas padece de hipertensión.

La típica dieta estadounidense contiene aproximadamente el doble de sodio y la mitad de potasio que se recomienda actualmente en las guías dietéticas.

Basándose en su análisis de estudios publicados sobre el tema, Houston y Harper afirman que si los estadounidenses incrementaran su consumo de potasio, el número de adultos con hipertensión podría disminuir más de un 10%. En el 2006, la American Heart Association publicó una guía nueva en la que se recomendaba a los estadounidenses a tomar 4,7gr al día de potasio.

«Un incremento de potasio con una disminución de sodio es probablemente la elección dietética más importante (después de la pérdida de peso) que se debería poner en práctica para reducir las enfermedades cardiovasculares», señalaron Houston y Harper.
Algunos estudios indican también que las dietas que contienen al menos entre 500 y 1.000 miligramos de magnesio al día y más de 800 miligramos de calcio diarios pueden ayudar a reducir la tensión arterial y el riesgo de padecer de hipertensión, por lo que Houston y Harper concluyeron que «una ingesta elevada de estos minerales por medio de un mayor consumo de fruta y vegetales puede mejorar los niveles de tensión arterial y reducir las cardiopatías isquémicas y los infartos».

Fuente: Reuters

6 de agosto de 2008

Beneficios de ácido linoléico conjugado durante lactancia


Según un artículo publicado esta semana en ScienceDaily, un nuevo estudio publicado en la revista Nutrition Research indica que tomar unas galletas especiales, enriquecidas con ácido linoléico conjugado (CLA), puede incrementar en la leche materna el nivel de estos ácidos grasos potencialmente saludables.

Dirigidos por Athena A. Moutsioulis, de la Universidad de New Hampshire, los investigadores diseñaron un estudio para descubrir cuánto tardan en llegar a la leche materna los CLA ingeridos por las madres en los alimentos. Los ácidos linoléicos conjugados son un grupo de ácidos grasos con posibles beneficios para la salud, incluidos efectos anticancerígenos y antioxidantes.

En el estudio, siete madres nodrizas comieron galletas elaboradas con mantequilla enriquecida con CLA o galletas hechas con mantequilla normal. Las galletas enriquecidas contenían unas ocho veces más CLA que las normales.

Las mujeres proporcionaron, a continuación, durante dos días, muestras de su leche materna entre cada cuatro y seis horas. La leche materna de las mujeres que habían comido las galletas enriquecidas con CLA mostró unos niveles significativamente más elevados de CLA. Durante el periodo de 48 horas del estudio, los niveles de CLA se mostraron un 46% más elevados en la leche de las mujeres que habían comido las galletas enriquecidas, en comparación con las que tomaron las galletas normales. Los niveles de CLA en la leche materna mostraron los niveles más elevados entre 8 y 28 horas después de que las madres ingirieran las galletas enriquecidas con CLA.

Los investigadores en nutrición están interesados en los beneficios de los CLA para la salud, incluidas posibles reducciones en el riesgo de enfermedad coronaria. Se suelen encontrar niveles de elevados de CLA de forma natural en alimentos como la mantequilla, la leche, el queso y ciertas carnes. La mayoría de los estudios sobre los CLA en humanos se han hecho con suplementos disponibles en el mercado, por lo que puede no ser igual que los CLA que se encuentran en los productos alimentarios naturales.

Estudios previos han observado incrementos a largo plazo en los niveles de CLA en la leche materna de mujeres que habían tomado queso y mantequilla alpina durante ocho semanas. Los nuevos resultados sugieren que los niveles más elevados de CLA en la leche materna se pueden lograr a corto plazo, así como apenas unas horas después de tomar alimentos enriquecidos con CLA.

A pesar de su pequeño tamaño y otras limitaciones, este estudio piloto sugiere que la aparición de los CLA en la leche materna humana se puede incrementar por medio de una ingesta aguda de de alimentos enriquecidos con CLA en la dieta materna, según señalaron los investigadores.

Dados los posibles beneficios de los CLA en la salud y el desarrollo de los niños, será necesario realizar más estudios para ver de qué modo la ingesta de CLA por medio de alimentos naturales afecta a los niveles de CLA en la leche materna y si estos niveles elevados de CLA se traducen en beneficios adicionales para la salud de los bebés alimentados con ella.

Fuente: Science Daily

6 de agosto de 2008

Se relaciona el consumo de Omega-3 con mejores corazones en Japón


Un nuevo estudio indica que grandes cantidades de ácidos grasos omega-3 del pescado podrían explicar los bajos niveles de enfermedades coronarias que hay en Japón.

Comparando los niveles de omega-3 en sangre y de aterosclerosis en hombres japoneses, estadounidenses de raza blanca y estadounidenses japoneses se ha observado que los japoneses tienen los niveles más bajos de aterosclerosis y unos niveles de omega-3 dos veces más elevados que los estadounidenses de raza blanca y los estadounidenses de origen japonés.

El estudio, publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology, se suma así a una consolidada literatura que respalda los beneficios cardiovasculares de los ácidos grasos omega-3.

Además de con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular (CVD), la investigación ha relacionado también estos ácidos grasos con un mejor ritmo cardíaco y un menor riesgo de padecer un segundo infarto.

«Nuestro estudio sugiere que unos niveles muy elevados de ácidos grasos omega-3 […] podrían ayudar a evitar la acumulación de colesterol en las arterias», señaló el autor principal del estudio Akira Sekikawa, de la Universidad de Pittsburgh. «En los EEUU se recomienda actualmente incrementar la ingesta de pescado hasta dos veces a la semana en personas sanas. Nuestro estudio indica que una ingesta de pescado mucho mayor, como la observada en los japoneses, puede proporcionar un fuerte efecto antiaterogénico».

El estudio transversal de base poblacional examinó los datos de 868 hombres de entre 40 y 49 años de edad, de los cuales 281 nacieron y viven en Japón, 306 eran hombres de raza blanca que nacieron y viven en los EEUU y 281 eran japoneses que nacieron y viven en los EEUU.

Los resultados indicaron que los japoneses tenían los niveles más bajos de aterosclerosis en comparación con los otros dos grupos, tras ajustar posibles factores de confusión como los niveles de colesterol, la tensión arterial, el consumo de tabaco, el índice de masa corporal y la diabetes. Los niveles de omega-3 en sangre, en cambio, eran hasta dos veces más elevados en los japoneses que en los otros dos grupos.

«Dado que los niveles de aterosclerosis en los japoneses estadounidenses y los estadounidenses de raza blanca son similares, eso nos indica que los niveles más bajos de enfermedad coronaria en los japoneses probablemente se deben más al estilo de vida que a diferencias genéticas», señaló Sekikawa.

El consumo de pescado entre los japoneses es uno de los más elevados del mundo, puesto que los hombres toman una media de 100gr diarios desde niños; mientras que los estadounidenses toman pescado menos de dos veces a la semana.

El riesgo por la presencia de contaminantes como el metil mercurio, las dioxinas o los bifenoles policlorinados en el pescado ha llevado a muchos a recomendar una reducción en la ingesta de pescado fresco, mientras otros defienden que en el consumo de pescado los beneficios superan los riesgos.

Fuente: Nutra Ingredients

5 de agosto de 2008

El efecto del gen de obesidad en el apetito


Una nueva investigación realizada en Londres indica que a los niños portadores del primer gen relacionado claramente con la obesidad les resulta más difícil que al resto saber cuándo están llenos.

Los investigadores estudiaron a más de 3.000 niños para ver si el gen FTO influye en la capacidad de quemar calorías o sobre el apetito y observaron que los niños con copias de la variante más peligrosa del gen eran menos propensos a perder el apetito cuando supuestamente deberían estar llenos.

El FTO es el primer gen que ha sido relacionado con la obesidad en las poblaciones de raza blanca.

Estudios previos han indicado que los adultos con copias de la versión más peligrosa del gen pesan una media de 3kg más y los que son portadores de una copia normal pesan una media de 1,5kg más que los que carecen del gen.

Los investigadores del University College London y el Instituto de Psiquiatría del King’s College London pretendían averiguar más sobre el modo de funcionamiento del gen. Para ello, comprobaron si los niños de edades comprendidas entre los 8 y los 11 años con la variante más peligrosa del gen tenían el apetito alterado midiendo su altura, peso y circunferencia y mediante un cuestionario en el que preguntaban a los padres acerca de los hábitos alimentarios de sus hijos.

Durante el estudio, publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, los investigadores observaron que los niños con la versión más peligrosa del gen tendían a comer en exceso y fallaban a la hora de reconocer cuándo estaban llenos.

El efecto del gen sobre el apetito fue el mismo independientemente de la edad, el sexo, el nivel socioeconómico y el índice de masa corporal de cada niño.

Según la investigadora principal, la profesora Jane Wardle: «No es simplemente que la gente que sea portadora de la variante más peligrosa de este gen vaya a padecer automáticamente de sobrepeso, pero son más propensos a comer en exceso» y «esto hace que sean mucho más vulnerables a la vida moderna que hace que nos enfrentemos con unos enormes tamaños de porciones e ilimitadas oportunidades para comer».

No obstante, Wardle destacó que el efecto del gen aislado era relativamente pequeño, por lo que lo más probable es que muchos genes contribuyan a la obesidad y el apetito, haciendo cada uno de ellos su pequeña aportación, pero dando lugar a un efecto importante en conjunto.

Fuente: BBC Health

21 de julio de 2008

El sexo podría influir en las necesidades alimentarias


La dieta puede influir considerablemente en la duración de la vida de una persona y en su éxito reproductor pero unos los científicos han descubierto ahora que lo que funciona para los hombres puede ser muy distinto en las mujeres.

En el primer estudio de este tipo, los investigadores han mostrado que el género desempeña un papel principal a la hora de determinar qué dieta es más apropiada para fomentar una larga vida o un mejor éxito reproductor.

En la evolucionaria «guerra de sexos», los rasgos que benefician a los hombres son difíciles de expresar en mujeres y viceversa. Este conflicto puede tener implicaciones para la dieta, el envejecimiento y la reproducción humanas, señala un equipo de científicos de la UNSW, la Universidad de Sydney y la Universidad de Massey.

«Para elegir la dieta adecuada, debemos mirar más de cerca al individuo, su sexo y su etapa reproductora en la vida», señala el profesor asociado Rob Brooks, Director del Evolution and Ecology Research Centre de la Universidad de Nuevo Gales del Sur. «Puede ser, por ejemplo, que las mujeres en los años del cuidado de los niños necesiten una dieta distinta a las que están en la etapa posmenopáusica».

«También destaca la importante lección de que lo que queremos comer, o dicho de otro modo, lo que estamos programados para comer, no es necesariamente lo mejor para nosotros». Los investigadores están realizando estudios, a largo plazo, del grillo común negro australiano y han descubierto que el tiempo de vida de machos y hembras se maximiza con dietas bajas en proteínas y ricas en hidratos de carbono, señalaron en el último número de la revista Current Biology.

Pero el éxito reproductor difiere considerablemente entre los sexos cuando el equilibrio de carbohidratos y proteínas se modifica: los machos viven más tiempo y tienen el mayor éxito reproductor con una dieta que favorece los hidratos de carbono frente a las proteínas en una relación de 8:1, mientras que las hembras tienen éxito cuando la razón es tan solo de 1:1. Si se les da la opción, sin embargo, las hembras comen solo una pequeña cantidad más de proteínas que los machos. La capacidad compartida de sentir y elegir los alimentos condena a ambos, machos y hembras, a comer una dieta que es un compromiso entre lo que es mejor para cada sexo.

«Los grillos machos y hembras maximizan su buen estado físico en diferentes dietas», señala el Dr. Alexei Maklakov, de la UNSW y autor principal del estudio. «A pesar de ellos, las preferencias dietéticas de los sexos son muy similares. En lugar de seleccionar los alimentos en función del sexo, machos y hembras seleccionan dietas ‘intermedias’ que no son las óptimas para ambos sexos».

«Lo que hombres y mujeres necesitan comer podría ser mucho más diferente de lo que hasta ahora éramos conscientes. Sin embargo, hombres y mujeres siguen dietas muy similares; nuestros resultados indican que nuestros gustos y preferencias alimentarias podrían ser un compromiso común, como lo son en los grillos».

Fuente: Eureka Alert

4 de julio de 2008

Beneficios de la leche para el corazón


Beneficios de la leche para la salud cardiovascular

Beneficios de la leche

Según un artículo publicado esta semana en biologynews.net, un nuevo estudio publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition sugiere que tomar un vaso de leche desnatada podría ayudar a proteger el corazón.

Los investigadores observaron que los adultos que tomaban al menos un vaso de leche desnatada o una ración de productos lácteos bajos en grasa al día tenían un 37% menos de probabilidades de sufrir una mala función renal relacionada con las cardiopatías, en comparación con los que tomaban menos cantidad o bien leche entera.

Para determinar el riesgo de enfermedad coronaria, los investigadores de varias universidades de los EEUU y Noruega midieron la función renal de más de 5.000 adultos de edades comprendidas entre los 45 y los 84 años; posteriormente, realizaron un seguimiento de sus patrones alimenticios y comprobaron la relación albúmina/creatinina (ACR), una medida que, según la American Heart Association, cuando es demasiado elevada, puede indicar una mala función renal y un riesgo extremadamente elevado de enfermedad cardiovascular.

Los investigadores observaron que las personas que afirmaban consumir más leche desnatada y otros productos lácteos bajos en grasa tenían una ACR más baja, o una función renal más saludable. De hecho, la leche y los productos lácteos desnatados fueron el único grupo alimentario de los evaluados que por sí solo se relacionó de forma significativa con un riesgo reducido de disfunción renal.

Una dieta sana global, que incluya leche desnatada y productos lácteos bajos en grasa, cereales integrales, fruta y vegetales también se asoció con una ACR un 20% más baja, lo que implica una función renal más sana.

La leche proporciona nueve nutrientes esenciales, incluido calcio, vitamina A, vitamina D, proteínas y potasio.

Fuente: Biology News

27 de junio de 2008

Beneficios de una dieta baja en grasas para problemas cardiovasculares


Una nueva investigación sugiere que, tras un infarto, adoptar una dieta baja en grasa es tan beneficioso para la salud cardiovascular como una dieta mediterránea.

Ambas dietas proporcionan cantidades similares de proteínas, hidratos de carbono, colesterol e insanas grasas insaturadas, pero la dieta mediterránea ofrece unas cantidades más elevadas de grasas monoinsaturadas «saludables», concretamente los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en el pescado.

Según los investigadores, aplicadas con igual intensidad, ambas dietas pueden ser un componente eficaz en los cambios de estilo de vida posteriores a un infarto. Los pacientes que tras sufrir un infarto siguieron estas dietas durante 4 años redujeron significativamente su riesgo de subsiguientes sucesos cardiovasculares, según observaron la Dra. Katherine R. Tuttle y sus colegas.

Es más, en comparación con los pacientes que recibían el tratamiento habitual tras sufrir su primer infarto, el riesgo de fallecimiento o de posteriores sucesos cardiovasculares «fue alrededor de un 70% más bajo en los participantes con la intervención alimentaria» señaló Tuttle para Reuters Health.

Tuttle, del Sacred Heart Medical Center y la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Spokane, Washington, y sus colegas, reclutaron a 50 pacientes para que siguieran la dieta Step II (baja en grasa) recomentada por la American Heart Association y 51 para seguir una dieta de estilo mediterránea.

Los participantes, hombres y mujeres, habían sufrido su primer infarto durante las seis semanas anteriores al inicio del estudio y recibieron asesoramiento dietético individual y en grupo durante un período de hasta 24 meses. También se les animó a hacer ejercicio, perder peso y dejar de fumar si era necesario.

Tras cuatro años, los investigadores observaron que 8 individuos de cada grupo de intervención alimentaria sufrieron un segundo infarto, una angina inestable (dolor de pecho por esfuerzo) o una apoplejía, pero ninguno falleció en ese período de tiempo.
Cuando el equipo de Tuttle evaluó un grupo similar de 101 pacientes que, tras sufrir su primer infarto, no habían participado en el estudio pero recibieron el tratamiento habitual, observaron 33 de ellos habían sufrido un posterior infarto, fallo cardíaco, angina inestable o apoplejía y se habían producido 7 muertes (3 de ellas relacionadas con problemas de corazón).

A partir de los resultados de esta investigación, publicados en el ejemplar de junio de la revista American Journal of Cardiology, Tuttle y sus colegas concluyeron que una participación activa tanto en una dieta baja en grasa como en otra de estilo mediterráneo puede ser una «elección prudente» en las personas con un riesgo elevado de problema cardiovascular.

Fuente: Reuters

23 de junio de 2008

Los arándanos ayudan a limpiar el estómago


Según un artículo publicado esta semana en Nutraingredients, una nueva investigación afirma que el zumo de arándanos o los probióticos limpian el estómago de los niños de H. pylori la única bacteria capaz de sobrevivir en el entorno ácido del estómago y que sabe produce cáncer, úlceras pépticas y gastritis.

Los resultados del ensayo clínico controlado de doble ciego aleatorizado y multicentrado, publicado en la revista Nutrition, en el que participaron 271 niños con infección por Helicobacter pylori, sugieren que beber zumo de arándanos o tomar Lactobacillus johnsonii La1 (La1) puede erradicar la bacteria.

Estudios previos in vitro han señalado que el consumo de zumo de arándanos o de probióticos puede inhibir la adhesión de muchas bacterias patógenas a la boca, al tracto urinario y al tracto gastrointestinal. Y el nuevo estudio, dirigido por Martin Gotteland, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los alimentos de la Universidad de Chile, en Santiago de Chile, respalda esta idea.

Gotteland y sus colaboradores reunieron niños de entre 6 y 16 años de edad, y los asignaron, de forma aleatoria, a uno de los cuatro grupos del estudio: al primer grupo se le dio un placebo de zumo y La1 desactivado con calor (grupo de control); al segundo, zumo de arándanos más La1 (AR/La1); al tercero, un placebo de zumo y La1 (La1); y al cuarto, zumo de arándanos y La1 desactivado con calor (AR). El zumo de arándanos (200 ml, Cran Chile), el La1 (80ml, Chamyto, Nestlé Chile SA) o sus versiones placebo fueron administrados a los participantes a diario durante tres semanas.

En los tres grupos activos se observó una reducción importante de la bacteria H. pylori, con una tasas de erradicación en los grupos La1, AR y AR/La1 de 14,9%, 16,9% y 22,9%, respectivamente, en comparación con el 1,5% del grupo de control.

Aunque el enfoque combinado (AR/La1) produjo un nivel más elevado de erradicación, los investigadores señalaron que no es estadísticamente significativo con respecto a la administración del zumo de arándanos o el probiótico activo por separado.

«Se ha observado sinergia contra la H. pylori , por ejemplo, utilizando extractos de orégano y arándanos. Sin embargo, no se observaron efectos sinérgicos en nuestro estudio», señaló Gotteland

Fuente: Nutraingredients

19 de junio de 2008

Tomates para prevenir cáncer de próstata


Una nueva investigación sobre el cáncer realizada por investigadores de la Universidad de Missouri, sugiere que el consumo de cierta forma de productos de tomate podría ser la clave para desvelar el potencial del tomate para combatir el cáncer de próstata. El efecto positivo de los productos de tomate se ha insinuado en muchos estudios pero, hasta ahora, los investigadores desconocían qué causaba este efecto exactamente.

«Parece que el principal efecto protector de los tomates proviene de rehidratar el polvo de tomate en pasta de tomate», señaló Valeri Mossine, profesor ayudante de investigación de bioquímica en el College of Agriculture, Food and Natural Resources. «El procesado de muchas plantas comestibles de calentar, moler, mezclar o secar incrementa considerablemente su valor nutricional y su potencial para combatir el cáncer».

Mossine y sus colegas descubrieron que el FruHis, un hidrato de carbono orgánico presente en productos de tomate deshidratado, ejerce un potente efecto protector contra el cáncer de próstata. Para ello, inyectaron en ratas unas sustancias químicas que causan cáncer de próstata y, posteriormente, dividieron las ratas en grupos con diferentes dietas. El grupo alimentado con una dieta de pasta de tomate más FruHis fue el que presentó la tasa de supervivencia más elevada. Solo el 10% de las ratas de ese grupo desarrollaron tumores en la próstata, frente al 60% del grupo de control, al 30% del grupo alimentado con polvo de tomate y al 25% del grupo alimentado con pasta de tomate sola (sin FruHis).

«Antes de este estudio, los investigadores atribuían el efecto protector de los tomates al ácido ascórbico, los carotenoides o a los compuestos fenólicos. El FruHis podría suponer un novedoso tipo de antioxidante alimentario», señaló Mossine. «La investigación que tenemos en marcha se centra ahora en desvelar los mecanismos que hacer que esto tenga un efecto beneficioso. Este conocimiento podría conducir a nuevas líneas de investigación y desarrollo de fármacos para el cáncer de próstata y otros cánceres. Los resultados de este estudio realmente justifican la realización de ensayos clínicos».

El estudio se publicará en el ejemplar de junio de Cancer Research, una revista de la American Association for Cancer Research.

Fuente: Universidad de Missouri

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