16 de junio de 2008

Información sobre los ácidos grasos trans


La Web nutrition.org.uk ha publicado la siguiente hoja de información en respuesta a una reciente editorial escrita por investigadores de la Universidad de Oxford en la revista British Medical Journal (BMJ), en la que éstos han hecho un llamamiento para que en las etiquetas de los alimentos se indiquen las grasas trans, junto con las grasas saturadas y el colesterol, con el fin de ayudar a reducir las cardiopatías isquémicas. Se puede consultar la editorial aquí .

¿Qué son las grasas trans (o ácidos grasos trans)?
Las grasas trans son ácidos grasos insaturados con al menos un enlace doble en la configuración trans. Los ácidos grasos insaturados tienen algunos de sus átomos de carbono unidos por enlaces dobles y estos pueden adoptar dos formas geométricas diferentes. En el caso de los ácidos grasos trans, los dos átomos de hidrógeno están en lados opuestos del enlace doble.

¿Qué alimentos contienen ácidos grasos trans?
Los ácidos grasos trans se producen de forma natural en pequeñas cantidades de alimentos procedentes de animales rumiantes, por ejemplo, leche, carne de vaca y de cordero. Sin embargo, la mayoría de los ácidos grasos trans en la dieta se producen durante el proceso de hidrogenación parcial (endurecimiento) de los aceites vegetales en grasas semisólidas. Se encuentran, por tanto en las margarinas duras, en los aceites parcialmente hidrogenados y en alguna bollería, fritos y otros alimentos procesados que se elaboran a partir de estos.

¿Cuáles son los efectos para la salud del consumo de ácidos grasos trans?

Los ácidos grasos trans tienen un efecto negativo sobre los lípidos sanguíneos y se ha observado que incrementan el riesgo de enfermedad coronaria. Los ácidos grasos trans incrementan el colesterol LDL (‘colesterol malo’) y disminuyen el HDL (‘colesterol bueno’) incrementando, así, el riesgo de enfermedad cardiovascular en caso de un consumo en elevadas cantidades. También pueden tener otros efectos adversos sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular, independientes del efecto sobre los lípidos sanguíneos (Mozaffarian et al. 2006).

En un análisis reciente de estudios prospectivos acerca de los efectos de los ácidos grasos trans en el riesgo de enfermedad cardiovascular, un 2% de incremento en la ingesta energética procedente de ácidos grasos trans se asoció con un incremento de un 23% en la incidencia de cardiopatía isquémica. Los autores señalaron también que los efectos adversos de los ácidos grasos trans se observaron incluso con un consumo muy bajo (3% de la ingesta energética diaria total, o alrededor de 2-7gr. al día). (Mozaffarian et al. 2006).

Sin embargo, según estudio reciente solo los ácidos grasos trans producidos durante el endurecimiento de los aceites vegetales serían perjudiciales para la salud. Se considera que las implicaciones para la salud pública del consumo de ácidos grasos trans de productos procedentes de animales rumiantes son relativamente limitadas.

13 de junio de 2008

Vitamina D ayuda a prevenir ataques de corazón


Un estudio reciente realizado para identificar los posibles beneficios de la “vitamina del sol” para salud indica que los hombres con unos niveles bajos de vitamina D tienen un elevado riesgo de infarto, siendo 2,5 veces más propensos a sufrir un ataque al corazón que los hombres con unos niveles más elevados de vitamina D.

«Aquellos con un nivel bajo de vitamina D, además de tener un riesgo más elevado de infarto en general, mostraron un riesgo particularmente elevado de infarto mortal», señaló el autor del estudio el Dr. Edward Giovannucci de la Harvard School of Public Health y el Brigham and Women’s Hospital de Boston.

En el estudio, publicado en la revista Archives of Internal Medicine, participaron 454 profesionales de la salud de edades comprendidas entre 40 y 75 años que habían sobrevivido a un infarto o bien que habían fallecido a causa de una enfermedad coronaria, además de otros 900 hombres sin historial de enfermedad cardiovascular. Tras haber tomado muestras de sangre para medir sus niveles de vitamina D, se les realizó un seguimiento durante 10 años.

Los investigadores compararon a los que tenían un nivel deficiente de vitamina D (no más de 15 nanogramos por mililitro de sangre) con los que estaban en el extremo inferior del rango normal (al menos 30 nanogramos por mililitro de sangre).

El cuerpo humano fabrica vitamina D cuando se expone la piel a la luz del sol; se encuentra también en el pescado azul, como el salmón, y la leche suele estar enriquecida con ella.

La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio y se considera importante para la salud de los huesos. En adultos, una deficiencia de vitamina D puede dar lugar a una osteoporosis y, en niños, a raquitismo. Pero algunos estudios recientes han indicado que la vitamina D podría ofrecer otros beneficios para la salud, como proteger de a algunos tipos de cáncer (incluidos el de colon y el de mama), de la enfermedad arterial periférica y de la tuberculosis.

Según Giovannucci, hay suficientes pruebas del valor de la vitamina D como para animar a las personas a comprobar si sus niveles son normales. Para ello, afirma, basta con pedirle al médico que nos haga un análisis de sangre. Los que tengan unos niveles demasiado bajos pueden tomar suplementos de vitamina D, señaló Giovannucci.
«Hay muchas personas con niveles bajos de vitamina D», añadió Giovannucci.
Según él, la vitamina D podría protegernos del infarto de varias formas, como disminuyendo la tensión arterial, regulando la inflamación, reduciendo la calcificación de las arterias coronarias, afectando a la musculatura del corazón o reduciendo las infecciones respiratorias en el invierno.

Fuente: Reuters

3 de junio de 2008

Omega-3 alivia las síntomas de depresión durante el embarazo


Los resultados de un pequeño ensayo clínico indican que un tratamiento con suplementos de ácidos grasos omega-3 puede reducir los síntomas de depresión en mujeres embarazadas con un diagnóstico de trastorno depresivo mayor.

«La depresión perinatal es muy frecuente y su tratamiento continúa siendo un reto», explicaron el Dr. Kuan-Pin Su, del Hospital de la Universidad Médica de China, en Taiwán, y sus colegas en la revista Journal of Clinical Psychiatry.

Cuando una mujer embarazada necesita un tratamiento para una depresión mayor, «los posibles riesgos y beneficios de la medicación antidepresiva pueden tener un impacto significativo tanto en la madre como en el bebé», comentó Su a Reuters Health. «Muchas mujeres y sus profesionales sanitarios prefieren recurrir a tratamientos sin medicación», añadió.

«Diversos estudios han asociado la depresión con unos niveles anormales de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (PUFA, por sus siglas en inglés)», señala el quipo en su artículo. Según ellos, las necesidades del bebé en desarrollo conducen a «un profundo decrecimiento de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 en la madre durante el embarazo», pudiendo «precipitar la aparición de una depresión».

Para ver si los suplementos omega-3 ayudarían, los investigadores asignaron, a 36 mujeres embarazadas con depresión, un placebo inactivo o 3,4gr de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 al día durante ocho semanas.

Durante un mes antes del inicio del estudio y durante el transcurso del mismo, no se les dio ningún antidepresivo ni cualquier otro psicofármaco. Un total de 24 mujeres completaron el estudio: 13 d el grupo del tratamiento y 11 del grupo del placebo.
Las pacientes que tomaron los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 obtuvieron una puntuación significativamente inferior en una escala estándar de depresión tras 6 y 8 semanas en comparación con las que tomaron el placebo. Es más, la depresión mejoró significativamente en el 62% de las mujeres del grupo del omega-3 en comparación con las del grupo del placebo.

Los suplementos de omega-3 fueron bien tolerados. Los efectos secundarios relacionados con el tratamiento incluyeron insomnio, náuseas y diarrea, pero no se observó ninguna complicación con el embarazo, ni hubo efectos secundarios en los recién nacidos.

Sin embargo, Su advirtió que antes de que los ácidos grasos omega-3 se puedan considerar un tratamiento primario para la depresión en mujeres embarazadas, será necesario que los resultados se repitan en estudios más largos. Además, según los investigadores todavía están por determinar la dosis y el tipo de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 óptimos para esta población específica.

Fuente: Canada.com

28 de mayo de 2008

Posibles beneficios del cacao para diabéticos


Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de problemas cardiovasculares, en parte debido a los efectos de unos elevados niveles de azúcar en sangre en las paredes de los vasos sanguíneos, lo que les impide expandirse cuando es necesario. Esto puede dar lugar a una tensión arterial elevada, pudiendo derivar en otros problemas. Llevar un estilo de vida más saludable puede reducir los riesgos, pero a menudo no resuelve el problema por completo.

Ahora, según un artículo publicado este mes en BBCNews, una nueva investigación sugiere que una taza de cacao enriquecido podría ayudar a mejorar el funcionamiento de los vasos sanguíneos en pacientes diabéticos.

Los médicos recetaron a 10 pacientes tres tazas al día de una fórmula especial de cacao durante un mes y observaron cómo arterias «gravemente dañadas» recuperaban su función normal.

La capacidad de los vasos para expandirse en una persona sana es de un promedio del 5%, mientras que la de los 10 pacientes diabéticos era tan solo del 3,3% antes de tomar la primera taza de cacao. Dos horas después de esta primera taza de cacao su media de respuesta fue del 4,8% y, a lo largo de los 30 días que duró el estudio, mejoró hasta un 4,1% antes de tomar el cacao y hasta un 5,7% dos horas después de una taza de cacao.

El estudio alemán, publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology, sugiere que los «flavanoles», antioxidantes presentes en el cacao, podrían ser los responsables. Estas sustancias químicas se encuentran también en algunas frutas y vegetales, en el té verde y en el vino tinto y han sido relacionadas con beneficios para salud en otros estudios.

El tipo de cacao utilizado en el estudio es una versión enriquecida con concentraciones mucho más elevadas de estas sustancias, y no se encuentra en las tiendas.

Otros estudio están observando si el chocolates enriquecido con flavanoles podría ser beneficioso para los pacientes.

Un portavoz de Diabetes UK señaló que los resultados son «interesantes», pero que serán necesarias más investigaciones acerca de los efectos a largo plazo de un consumo elevado de flavanoles.

Fuente: BBC Health

16 de mayo de 2008

Omega-3 reduce los síntomas de depresión


Una nueva investigación sugiere que unos niveles elevados en sangre del ácido graso omega-3 denominado ácido eicosapentaenoico (EPA, por sus siglas en inglés) podría reducir la intensidad de los síntomas de la depresión, especialmente en personas que toman antidepresivos.

Un estudio de 1.390 sujetos realizado en Burdeos, Francia, señala que los niveles de EPA en personas con síntomas depresivos resultaron ser una media de un 0,16% más bajos que en las personas normales, según los datos publicados en el ejemplar de este mes de la revista American Journal of Clinical Nutrition.

«Estos resultados se suman al creciente conjunto de pruebas que relacionan los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga con los trastornos mentales», señalaron los investigadores del Equipe Epidemiologie de la Nutrition et des Comportements Alimentaires (INSERM U593) y de la Universidad de Burdeos II.

Numerosos estudios observacionales y ensayos incontrolados han señalado los beneficios de los aceites de pescado y de los ácidos grasos omega-3 docosahexaenoico (DHA) y EPA para el comportamiento y el aprendizaje, especialmente en los niños, así como para mejorar los síntomas de la depresión.

«El novedoso descubrimiento de nuestra investigación es la significativa relación observada entre el EPA en plasma y la intensidad de la sintomatología depresiva en sujetos ancianos que ya están tomando medicación antidepresiva», señalaron los investigadores dirigidos por Pascale Barberger-Gateau.

Para el estudio se reclutaron 1.390 sujetos (con una edad media de 74,6; el 65% eran mujeres). Se evaluaron los síntomas de depresión utilizando la escala del Center for Epidemiologic Studies Depression, y se tomaron muestras de sangre para medir los niveles de ácidos grasos en sangre.

Los sujetos con depresión eran mayores que los de control sin ningún síntoma de depresión. También obtuvieron peores resultados en el MMSE (Mini-Mental State Examination) que sus homólogos de control más jóvenes.

No se observaron diferencias importantes entre los sujetos cuando los investigadores estudiaron los porcentajes de ácidos grasos y sus proporciones con respecto a los síntomas de depresión, salvo en el caso de los niveles de EPA.

De hecho, el EPA en plasma en los sujetos con depresión era del 0,85%, en comparación el 1,01% observado en los sujetos sanos de control. Esta relación inversa entre el EPA y la depresión se observó también cuando los investigadores estudiaron a personas que ya estaban tomando antidepresivos.

Los investigadores consideran que es necesario realizar más estudios con el fin de confirmar esta relación, aclarar su mecanismo y determinar si una i9ngesta más elevada de ácidos grasos omega-3 puede influir en el desarrollo de una depresión en edades avanzadas.

Fuente: Nutra Ingredients

Enlaces relacionados con Omega-3 reduce los síntomas de depresión:

9 de mayo de 2008

Relación entre la obesidad y la demencia


Según un artículo publicado esta semana en la Web de la John Hopkins Bloomberg School of Public Health, una nueva investigación indica que la obesidad puede incrementar el riesgo de demencia en los adultos. Los investigadores, dirigidos por May A. Beydoun, analizaron los estudios de seguimiento prospectivos de la demencia y la obesidad publicados a los largo de los últimos 20 años, observando la existencia de una relación entre ambas enfermedades. Los resultados han sido publicados por la International Association for the Study of Obesity en el ejemplar de mayo de 2008 de la revista Obesity Reviews.

“Nuestro análisis de los datos muestra una clara asociación entre la obesidad y un elevado riesgo de demencia y varios subtipos clínicos de la enfermedad”, señaló Youfa Wang, uno de los autores del estudio y profesor asociado del Centro de Nutrición Humana de la Bloomberg School. “Los sujetos con una circunferencia de talle y un índice de masa corporal (IMC) saludables mostraban un riesgo menor de demencia que sus homólogos con una circunferencia de talle o un IMC elevados”. Wang añadió también que “prevenir o tratar la obesidad a una edad más temprana podría ser fundamental para reducir hasta un 20% en los EEUU el número de pacientes con demencia y con otras enfermedades comúnmente asociadas a ella, como el Alzheimer”.

May A. Beydoun, junto con Wang y H.A. Beydoun, atribuye estos resultados a una revisión sistemática de 10 estudios publicados anteriormente, que examinaban la relación entre la demencia o sus subtipos y varias medidas de grasa corporal. Según un análisis conjunto de sus resultados a partir de 7 de los estudios, la obesidad de referencia en comparación con un peso normal incrementó en una media de un 80% el riesgo de Alzheimer. El equipo, además, concluyó que estar por debajo del peso normal también incrementa el riesgo de demencia y sus subtipos. Los estudios citados en el meta-análisis se realizaron en diversos países, incluidos EEUU, Finlandia, Suecia y Francia; y en ellos participaron adultos de mediana edad en adelante.

“Actualmente, el Alzheimer es la octava causa principal de fallecimiento entre la población anciana de los EEUU. Aunque todavía es necesario realizar más estudios para determinar el peso óptimo y los mecanismos biológicos asociados con la obesidad y la demencia, estos resultados podrían potencialmente disminuir el número de personas con un diagnóstico de demencia y conducir, en general, a una mejor calidad de vida”, señaló May A. Beydoun, antiguo becario de investigación posdoctoral en la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health.

Fuente: John Hopkins University

30 de abril de 2008

Salsa de tomate beneficiosa para la piel


La pizza y los spaghetti boloñesa podrían llegar a ser nuevas herramientas para combatir las arrugas y las quemaduras producidas por el sol, dado que un equipo de investigadores ha observado que la adición de cinco cucharadas de salsa de tomate a la dieta diaria de 10 voluntarios mejoró la capacidad de su piel para protegerse de los rayos ultravioletas.
Los daños producidos por estos rayos pueden producir un envejecimiento prematuro e incluso cáncer de piel.

El estudio, presentado en la British Society for Investigative Dermatology, sugiere que el antioxidante licopeno podría estar tras este aparente beneficio. Este componente de los tomates (que se encuentra en mayor concentración cuando el fruto ha sido cocinado) ha sido relacionado ya anteriormente con una reducción e el riesgo de cáncer de próstata.

Ahora, investigadores de las universidades de Manchester y Newcastle han sugerido que también podría proteger de daños en la piel, proporcionando algún tipo de protección frente a los efectos de los rayos UV. Para ello, los investigadores dieron a 10 voluntarios unos 55g de salsa de tomate estándar y 10g de aceite de oliva diarios, mientras que a otro grupo de 10 voluntarios se les dio solo el aceite de oliva.
Tras tres meses, las muestras de piel de los que tomaron tomate habían mostrado un 33% más de protección frente a las quemaduras solares (el equivalente a un protector solar de factor bajo) y unos niveles muy superiores de procolágeno, una molécula que mantiene la piel firme.

«La dieta del tomate aumentó significativamente los niveles de procolágeno en la piel, indicando un posible reverso del proceso de envejecimiento de la piel», señaló el Profesor Lesley Rhodes, dermatólogo de la Universidad de Manchester.
No obstante, advirtió que los tomates se deberían ver como una “útil adición” y no como una alternativa a los protectores solares.

Fuente: BBC Health

Enlaces relacionados con Salsa de tomate beneficiosa para la piel:

29 de abril de 2008

Beneficios del consumo de micronutrientes para enfermos de tuberculosis


Los resultados de un nuevo estudio indican la existencia de una relación entre el consumo de suplementos de micronutrientes y una reducción en el riesgo de reaparición durante la quimioterapia de la tuberculosis.

El apoyo y cálculo nutricional en el tratamiento de la tuberculosis, algo común antes de la llegada de los fármacos antituberculosis, ha dejado de ser una parte integral de la terapia clínica en la mayoría de los países pobres, a pesar de que la malnutrición daña el sistema inmunológico e incrementa el riesgo de recaídas y de otras infecciones.

En Tanzania, Eduardo Villamor, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, junto con un equipo de investigadores, realizó un ensayo aleatorio de micronutrientes con dosis de vitamina A, B-complex, C, E y selenio o placebo en 887 pacientes que estaban siendo sometidos a un tratamiento para la tuberculosis. Posteriormente, se realizó un seguimiento de los pacientes durante una media de 43 meses; de los cuales 471 estaban coinfectados por el virus VIH y no recibían ningún tratamiento antiretroviral y 416 no estaban infectados por el VIH.

El estudio indicó que los suplementos de micronutrientes estaban asociados un índice reducido de reaparición de la tuberculosis. En dicho estudio, tanto los pacientes que estaban coinfectados por el VIH como los que no, pero que tomaban los suplementos mostraron un riesgo menor de reaparición de la tuberculosis en los meses siguientes tras haber dado negativo el cultivo para tuberculosis: un 45% en general y un 63% en el caso de pacientes coinfectados por el VIH. Los suplementos redujeron, también, la incidencia de neuropatías periféricas en un 57% independientemente de que estuviesen o no infectados por el VIH, e incrementaron los niveles de ciertas células (CD3 y CD4) importantes para la respuesta inmunológica en pacientes no infectados por el VIH.

Como observó Villamor: «Observamos que la administración de micronutrientes en pacientes con tuberculosis que se estaban sometiendo a un tratamiento antituberculosis parecía reducir el riesgo de recaída. El efecto fue mayor en los pacientes infectados también por el VIH. Esto podría ser importante dado que la reaparición de la tuberculosis es frecuente en pacientes infectados por el VIH». Según Villamor: «sería importante averiguar si los micronutrientes mejoran los resultados del tratamiento en pacientes coinfectados por ambos virus y que se estén sometiendo a un tratamiento antiretroviral».

Fuente: Science Daily

25 de abril de 2008

Bajar los niveles de colesterol comiendo chocolate


Los resultados de un estudio de la Universidad de Illinois han encontrado un modo eficaz de reducir el colesterol: comer barritas de chocolate.

«Comer dos barritas de chocolate puro al día no solo reduce el colesterol, sino que inesperadamente también redujo la tensión arterial sistólica», señaló John Erdman, profesor de nutrición y ciencias de los alimentos de la Universidad de Illinois.

Erdman atribuye la caída en los niveles de colesterol (un 2% en el colesterol total y un 5,3% en el LDL o colesterol “malo”) a los esteroles vegetales añadidos a la barrita y la caída en la tensión arterial a los flavanoles que contiene el chocolate negro.

Según Erdman algunas personas pensarán que el estudio podría haber sido alterado, debido a que ha sido financiado en parte por Mars, fabricante de las barritas CocoaVia utilizadas en el estudio. Sin embargo, señala que se trata de un ensayo doble ciego sin intención de llegar a ningún resultado concreto y que ha sido revisado por otros científicos y publicado en la revista de este mes de Journal of Nutrition, una de las mejores de ciencias biológicas.

Para el estudio cruzado, doble ciego, controlado por placebo, se reclutaron 49 personas con el colesterol ligeramente alto y la tensión arterial normal. Los elegidos empezaron la dieta conocida como «Eating Plan for Healthy Americans», de la American Heart Association (AHA), dos semanas antes del inicio del estudio; a continuación fueron divididos en dos grupos y se dio a cada grupo un tipo distinto de barrita CocoaVia, una con esteroles vegetales y otra sin ellos.

Sin abandonar la dieta de la AHA, los participantes tomaron una barrita CocoaVia dos veces al día durante cuatro semanas y, posteriormente cambiaron a la otra barrita durante otras cuatro semanas. Durante las ocho semanas que duró el estudio se realizó un seguimiento de los niveles de colesterol en sangre, la tensión arterial, el peso y otras medidas cardiovasculares de los participantes.

«Tras iniciar la dieta de la AHA, muchos empezaron a perder peso, por lo que tuvimos que instarles que comieran más. No nos interesaba un cambio de peso, dado que eso también reduce el colesterol», señaló Ellen Evans, profesor de kinesiología y salud comunitaria de la Universidad de Illinois y coautor del estudio.

Tras empezar a consumir las barritas, observamos un marcado efecto diferencial en los niveles de colesterol en sangre, funcionando mejor el producto con esteroles añadidos que el que no los tiene», señaló.

Fuente: Science Daily

24 de abril de 2008

La dieta de embarazadas influye en el sexo de su bebé


Una nueva investigación de las Universidades de Exeter y Oxford ha proporcionado la primera prueba de que el sexo de los niños está relacionado con la dieta de sus madres. El estudio muestra una clara relación entre una ingesta energética elevada durante el período de concepción y el nacimiento de hijos varones. Estos resultados podrían ayudar a explicar la caída en el número de nacimientos de varones en los países industrializados.

El estudio se centró en 740 mujeres del Reino Unido, embarazadas por primera vez y que desconocían el sexo de su feto. Se les pidió que llevaran un registro de sus hábitos alimentarios antes y durante las primeras etapas del embarazo.

Posteriormente, fueron divididas en tres grupos según el número de calorías que consumían al día en torno al momento de la concepción. El 56% de las mujeres incluidas en el grupo de la ingesta energética más elevada, dieron a luz un hijo varón, en comparación con el 45% de las mujeres del grupo con la ingesta energética más baja. Además de consumir más calorías, las mujeres que tuvieron hijos eran más propensas a consumir cantidades más elevadas y una variedad más amplia de nutrientes, incluidos potasio, calcio y las vitaminas C, E y B12. También se observó una fuerte correlación entre las mujeres que tomaban cereales de desayuno y el nacimiento de hijos varones.

En los últimos 40 años ha habido una ligera, pero constante, reducción anual en el porcentaje de nacimientos de varones en los países industrializados. Investigaciones previas han indicado también una reducción en el promedio de ingesta energética en estos países desarrollados.

Según la Dra. Fiona Mathews, principal autora del trabajo: «Esta investigación podría ayudar a explicar por qué en los países desarrollados, en los que muchas mujeres jóvenes eligen dietas bajas en calorías, está decayendo la proporción de nacimientos de hijos varones. Nuestros resultados son especialmente interesantes dado el debate que ha tenido lugar recientemente en el Comité de Embriología y Fertilización Humana sobre si regular la clínica de ‘género’ que permitiría a los padres seleccionar el sexo de su prole manipulando el esperma sin razones médicas. Ahora tenemos pruebas de la existencia de un mecanismo ‘natural’ por el cual las mujeres parecen estar controlando ya el sexo de sus hijos mediante la dieta».

Los científicos ya sabían que muchos animales tienen más hijos varones cuando la madre cuenta con abuntantes recursos. El fenómeno se ha estudiado ampliamente en invertebrados, pero también se ha observado en caballos, vacas y algunas especies de ciervo.

Aunque el género lo determina genéticamente el padre, las madres parecen poder favorecer el desarrollo de un sexo en vez de otro. El mecanismo en los mamíferos todavía no está claro, pero se sabe por las investigaciones de la fecundación in vitro que unos niveles elevados de glucosa favorecen el desarrollo de los embriones macho, inhibiendo el de los embriones hembra. En los humanos, saltarse el desayuno, como hacen muchas mujeres en los países desarrollados, reduce los niveles de glucosa, lo que puede ser percibido por el cuerpo como un indicador de pobres condiciones ambientales y baja disponibilidad de alimentos.

Fuente: Science Daily