Es considerada la pieza más elaborada, costosa y noble del cerdo ibérico, el lomo. Se cura durante mínimo dos meses, a temperaturas entre los 14 y 15ºC, con las humedades controladas de manera muy estricta, mediante braseros de carbón de encina y, la humedad totalmente dirigida. La principal diferencia del lomo ibérico, con respecto al resto de lomos, es que se consume crudo.
Igual que hacíamos con el chorizo ibérico, para el lomo también hay consejos de consumo. Tratándose de un producto de elevadas calidades, es una pena perder propiedades del mismo por no efectuar un buen consumo. Por ello:
- El lomo ibérico se consume a temperatura ambiente, ideal los 22ºC. Un truco para que los ibérico terminen de sudar antes de servirlos, sería calentar con agua caliente el plato donde se va a presentar el producto.
- Si se trata de lomo envasado al vacío, sacarlo del frigorífico 20 minutos antes de consumirlo
- Proteger las piezas antes de devolverlas al frigorífico, pues sino se secan y pierden propiedades y se modifica el sabor y tacto del lomo.
Una vez que tenemos el lomo listo para tomar o servir, son muchas las posibilidades que nos permiten disfrutar de esta exquisitez que nos deja el cerdo ibérico.
Sin dejar atrás la costumbre española de las tapas, aperitivos, montaditos y pinchos variados, cabe resaltar, la importante presencia del lomo ibérico en este modelo gastronómico. Pero también podemos encontrarnos el lomo es distintas recetas como: las carcamusas toledanas con lomo, la cadereta de cabeza de lomo ibérico, la coca de ibéricos …
Además de estas recetas, el lomo ibérico se deja querer y, como tal, es uno de los preferidos para bocatas y sandwichs. Los más destacados serían: bocadillo de serranito ibérico, el fronterizo, bocadillo caliente de lomo con queso…
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