La alimentación familiar

18 de febrero de 2015

Consejos para no caer en errores con la alimentación familiar

Consejos para una buena alimentación familiar
Configurar la alimentación de tu familia a veces supone una tarea más compleja de lo que parece, sobre todo si dentro del ámbito familiar se encuentran niños pequeños. Esta etapa de la vida requiere unas necesidades específicas en la alimentación, además los hábitos que se adquieren en estos momentos van a ser cruciales para desarrollar hábitos alimentarios futuros.
Es importante transmitir unos hábitos de vida y sobre todo alimentarios saludables siempre, pero más concretamente cuando se desea tener un hijo, así como durante su gestación y posteriormente durante la crianza del mismo, ya que unas buenas bases alimentarias desde que son pequeños, van a proteger al niño de enfermedades crónicas futuras relacionadas con la alimentación, como puedan ser la obesidad o el desarrollo de determinados cáncer.

Errores comunes en la alimentación familiar

Oferta excesiva de alimentos malsanos o poco saludables. En la mayoría de los hogares españoles existe una gran cantidad de alimentos que no benefician en nada la salud, como puedan ser los precocinados, la bollería industrial, los refrescos azucarados. Esto en la mayoría de los casos viene dado por los estilos de vida acelerados de las sociedades actuales, donde prima el sabor y la rapidez de hacer los alimentos que en sí la calidad de los mismos.
Elevadas cantidades de sal. Cuanto más sabroso sea el alimento más gusta y por lo tanto su consumo aumenta. El problema viene cuando esas cantidades de sodio presentes naturalmente en alimentos (precocinados) o añadida a los mismos se le transmite a la población infantil. Los principales problemas asociados al elevado consumo de sal son entre otros la hipertensión. Para evitar añadir tanta sal a las comidas en general, una buena técnica es reducir sus cantidades a la hora de salar los alimentos, así como evitar en todo momento dejar el salero sobre la mesa, para así evitar su corrección de sabor a la alza.
Publicidad engañosa. En la mayoría de las casas no se poseen los conocimientos necesarios de una buena alimentación o cuales son aquellos alimentos que se deberían poner en la mesa para favorecer un estado de salud adecuado, esto ocasiona que la publicidad se muestre como medio influyente de los hábitos alimentarios de las familias. En ocasiones este medio comunicativo no posee toda la veracidad que debiera, promulgando el consumo de sus productos y atribuyéndole a los mismos unas características saludables que no son ciertas.
Baja calidad de los alimentos. No es necesario gastar cantidades excesivas de dinero para adquirir alimentos de calidad en el mercado. Pero a veces la comodidad impera haciendo que se consuman alimentos de peor calidad, sobre todo en el caso de los alimentos naturales como las frutas y verduras. Ofreciendo en el hogar una mejor calidad de estos productos, como por ejemplo conociendo la procedencia de los mismos y si estos proceden de una agricultura controlada, se conseguirá una mejor alimentación familiar.
Obligar a los niños a comer. Esto es una práctica muy común en la mayoría de los hogares donde hay niños, obligarles a no dejar nada en el plato para evitar así que se desnutran. Estamos muy equivocados en este sentido, ya que el niño comerá de acuerdo a sus procesos de crecimiento y desarrollo en ese momento. Si no come más cantidad, o en el momento en el que se supone que ¨toca¨, no significa que por ello este malnutrido o mal alimentado, por que en el momento que el niño tenga apetito pedirá comer, como cualquier persona.
Comidas en familia. Compartir los alimentos en familia y crear un ambiente agradable en torno a la mesa es vital para crear un buen hábito de vida y alimentación saludables. Es importante que los más pequeños de la casa no coman todos los días en el lugar de estudios, o que al menos tres comidas a lo largo de una semana sean en compañía de sus familiares. Esto creará en ellos mejores actitudes ante la comida, tanto a corto como a largo plazo, sobre todo frente a enfermedades de tipo alimentario como los trastornos del comportamiento alimentario y la obesidad.
Práctica deportiva. Al igual que en el caso anterior, compartir momentos de ocio en familia como la práctica de ejercicio físico es de vital importancia para fijar unos buenos hábitos de vida, así como para inculcar estilos de vida activos que actúen directamente contra el sedentarismo.
Para crear unos buenos hábitos basta con aplicarlos a uno mismo para así poder dar ejemplo a las personas de nuestro entorno, sobre todo si se trata de los niños. Es imprescindible optar por una gran variedad de productos saludables y que la manera de cocinarlos sea lo más libre de grasas posible, por ejemplo utilizando la plancha, el vapor o hervido, el horno y papillote…étc.
Cuando nos referimos a alimentos saludables no necesariamente deben ser frutas y verduras, sino también una gran variedad de carnes, lo más magras posibles, pescados frescos, cereales de grano entero como los integrales, la avena, el mijo o las legumbres.

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