Investigadores estadounidenses han señalado que una sustancia química del cerebro, intrínsecamente relacionada con el estado de ánimo y el apetito, puede afectar también directamente a la acumulación de grasa.
Según ellos, los niveles de serotonina, neurotransmisor químico en el que se centra la acción de muchos antidepresivos, puede hacer también que el cuerpo acumule grasa independientemente de lo que se coma.
«Puede ser uno de los motivos por los que fracasan las dietas», señaló Kaveh Ashrafi, experto en metabolismo de la Universidad de California, San Francisco, que dirigió el estudio. La serotonina puede ayudar al cuerpo a decidir si quemar el exceso de calorías o almacenarlo en forma de grasa, añadió.
Los resultados, publicados en la revista Cell Metabolism, podrían conducir al desarrollo de mejores fármacos dietéticos y tratamientos para enfermedades como la diabetes.
Para su experimento, Ashrafi trabajó con ascárides, pero afirma que los resultados se pueden aplicar a los humanos. «Estos gusanos, aunque son microscópicos, tienen alrededor de 20.000 genes… y comparándolos frente a frente son cerca de un 50% similares a nosotros», señaló. Los genes que regulan el apetito, el almacenamiento de grasas y el metabolismo son especialmente similares, añadió Ashrafi.
«Se sabe desde hace tiempo que un aumento de la serotonina causa una reducción de la grasa», señaló Ashrafi. «A nivel molecular estamos intentando entender cuál es el mecanismo que hace que esto suceda. Lo que descubrimos en el gusano es que estos mecanismos pueden ser independientes de los mecanismos que median en los efectos de la serotonina sobre el apetito».
La investigación descubrió que los niveles de serotonina influían en el apetito de los gusanos, pero también en la cantidad de grasa que éstos acumulaban, y ambas cosas por medio de procesos independientes.
Fuente: ABS-CBS News