1.Comer más, NO MENOS: cuando restringimos la ingesta de alimentos, nuestro cuerpo instintivamente piensa que se muere de hambre y pasa a un modo de protección mediante el cual ralentiza nuestro metabolismo y almacena, en forma de grasa corporal, casi todas las calorías ingeridas. En cambio, con una alimentación saludable regular, el metabolismo aumenta y los niveles de azúcar en sangre se mantienen estables. También ayuda a evitar los atracones, ya que nunca llegamos a sentirnos hambrientos. Probar a comer algo saludable cada dos o tres horas, lo que incluye aperitivos saludables a media mañana y media tarde. Perder músculo es lo últimos que queremos.
2. Beber más agua: beber 8 vasos de agua al día entre las comidas y un vaso grande unos 20-30 minutos antes de las comidas. Otras bebidas que se deben incluir son las infusiones y los zumos vegetales. Si hacemos ejercicio, deberíamos beber más aún. Los refrescos, zumos y cafés llenos de cafeína no cuentan. La falta de agua puede ralentizar el ritmo metabólico del mismo modo que lo hace la falta de alimentos. Puesto que el agua es la nutrición más importante para el cuerpo humano, el hígado se centrará en retenerla, en lugar de realizar otras tareas como quemar grasa. Sin embargo, no conviene beber mucho con las comidas.
3. Comer la FRUTA PRIMERO: tomar una pieza de fruta, por ejemplo, una manzana 30 minutos antes de la comida. Los estudios indican que es un buen modo de sentirse lleno.
4. Comer despacio es uno de los métodos que pueden ayudar a delgazar. El motivo es que desde el momento en que empezamos a comer, el cerebro tarda 20 minutos en empezar a enviar la señal de sensación de saciedad. Las personas que comen muy rápido, a menudo superan su verdadero nivel de saciedad incluso antes de que se empiece a enviar la señal. Comer muy rápido puede sobrecargar el estómago, causando gases e inflamación.
5. Evitar hacer la compra cuando tenemos hambre: o acabaremos comprando todo tipo de cosas que sabemos no nos convienen. Comer algo antes de salir; hacer una lista de la compra y ceñirse a ella. Llevar comidas y aperitivos saludables al trabajo, como fruta, vegetales, frutos secos, semillas, aguacates e infusiones.
6. Comer cosas crudas: siempre que comemos algo cocinado, conviene tomar algo crudo de acompañamiento, por ejemplo, una ensalada. Los alimentos crudos son la única fuente de enzimas alimentarias, un catalizador para el equilibrio del peso.
7. Dormir lo suficiente: acostarse a las 22:30. El hígado y la vesícula biliar necesitan hacer su trabajo de desintoxicación entre las 23:00 y las 2:00. Un hígado sano ayuda a equilibrar el peso. Son necesarias ocho horas de sueño. El cansancio ralentiza el metabolismo y afecta a las elecciones alimentarias.
8. Cenar temprano: no se debería cenar menos de tres horas antes de acostarse, siempre que sea posible.
9. Comer cuando se está tranquilo: si estamos disgustados, esperar a que el sentimiento pase o disminuya para comer. No intentar comer una comida completa si estamos estresados o disgustados, en su lugar es mejor optar por tomar zumos (frescos) o sopas ese día, que son más fáciles de digerir.
10. No hacer caso de la escala: puede ser muy desmoralizador. Hay muchos factores que influyen en nuestro peso diario. Sin embargo la ropa nunca miente; lo mejor es dejar que la ropa sea nuestra cinta métrica.
kmo mola
Pues están muy bien estos consejos.
Los seguiré.