Debe ser que se aproxima el día de San Valentín, según he podido ver el excelente calendario laboral de 2005 que ha elaborado un compañero. Por esta razón he pensado si con tanto laboratorio y técnica de los maestros Ferrán Adria, Arzak y compañía, propia de la cocina de nuestros días, no estaremos perdiendo algo importante. Así las cosas he sacado de mi biblioteca Afrodita de Isabel Allende.
Cocina afrodisíaca de la abuela
Si, ha leído bien. Isabel Allende lo es. Quizás por eso es una verdadera maestra a la hora de introducirnos en los platos afrodisíacos cuyos ingredientes mágicos nos llevan al imperio de los sentidos. Pero quien ha leído este libro sabe bien que sus recetas afrodisíacas no lo son tanto por las propiedades de los alimentos, sino más bien, por la ambientación escénica de cada plato, los ritos y detalles que le acompañan. Y la buena literatura.
Recetas afrodisíacas
Los entremeses (primeros cosquilleos y mordisco), las salsas, las sopas para entrar en calor, los platos principales, el final feliz de los postres… La obra hay que leerla desde el principio al final, incluidas las «hierbas prohibidas». Leerán cosas como esta: Albahaca Huele a almuerzo dominical en el sur de Italia. Sus hojas aromáticas son indispensables en toda la cocina que se respete. Es más efectiva fresca -se agrega al final- pero se puede usar seca durante la cocción de algunos guisos. En cultos antiguos -y todavía en el vudú de Haití- la albahaca se asocia a la fecundidad y a la pasión.
Quizás sea un buen regalo para San Valentín. Aunque quizás mejor si usted le cocina alguna receta a ella. ¿Qué tal un coq au vin? Aunque también valdría una sencilla tortilla de patatas.
Enlaces: