Hace unos años unos científicos de la Universidad de Oxford descubrieron que al añadir vitaminas y otros nutrientes viatales a las dietas de jóvenes se podría reducir la tendencia de éstos a cometir delitos. Concretamente, al mejorar los hábitos alimenticios de jóvenes en una institución pentitenciaria de máxima seguridad en Inglaterra, las infracciones cometidas se redujeron en un 25 por ciento.
Este estudio fue uno de los primeros que demuestró una relación científica entre una alimentación sana y la delincuencia. Se estudiaron los casos de 230 jóvenes delincuentes retenidos en una institución de máxima seguridad de Inglaterra. A la mitad de los jóvenes se les administraron pastillas de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales (por ejemplo, omega 3). A la otra mitad se les administraron un placebo o pastillas sin sustancias. Los científicos registraron las infracciones cometidas por los prisioneros juveniles durante los nueve meses antes de empezar a suministrarles las pastillas con vitaminas y grasos ácidos y durante los nueves meses de suministro contínuo.