La dieta puede influir considerablemente en la duración de la vida de una persona y en su éxito reproductor pero unos los científicos han descubierto ahora que lo que funciona para los hombres puede ser muy distinto en las mujeres.
En el primer estudio de este tipo, los investigadores han mostrado que el género desempeña un papel principal a la hora de determinar qué dieta es más apropiada para fomentar una larga vida o un mejor éxito reproductor.
En la evolucionaria «guerra de sexos», los rasgos que benefician a los hombres son difíciles de expresar en mujeres y viceversa. Este conflicto puede tener implicaciones para la dieta, el envejecimiento y la reproducción humanas, señala un equipo de científicos de la UNSW, la Universidad de Sydney y la Universidad de Massey.
«Para elegir la dieta adecuada, debemos mirar más de cerca al individuo, su sexo y su etapa reproductora en la vida», señala el profesor asociado Rob Brooks, Director del Evolution and Ecology Research Centre de la Universidad de Nuevo Gales del Sur. «Puede ser, por ejemplo, que las mujeres en los años del cuidado de los niños necesiten una dieta distinta a las que están en la etapa posmenopáusica».
«También destaca la importante lección de que lo que queremos comer, o dicho de otro modo, lo que estamos programados para comer, no es necesariamente lo mejor para nosotros». Los investigadores están realizando estudios, a largo plazo, del grillo común negro australiano y han descubierto que el tiempo de vida de machos y hembras se maximiza con dietas bajas en proteínas y ricas en hidratos de carbono, señalaron en el último número de la revista Current Biology.
Pero el éxito reproductor difiere considerablemente entre los sexos cuando el equilibrio de carbohidratos y proteínas se modifica: los machos viven más tiempo y tienen el mayor éxito reproductor con una dieta que favorece los hidratos de carbono frente a las proteínas en una relación de 8:1, mientras que las hembras tienen éxito cuando la razón es tan solo de 1:1. Si se les da la opción, sin embargo, las hembras comen solo una pequeña cantidad más de proteínas que los machos. La capacidad compartida de sentir y elegir los alimentos condena a ambos, machos y hembras, a comer una dieta que es un compromiso entre lo que es mejor para cada sexo.
«Los grillos machos y hembras maximizan su buen estado físico en diferentes dietas», señala el Dr. Alexei Maklakov, de la UNSW y autor principal del estudio. «A pesar de ellos, las preferencias dietéticas de los sexos son muy similares. En lugar de seleccionar los alimentos en función del sexo, machos y hembras seleccionan dietas ‘intermedias’ que no son las óptimas para ambos sexos».
«Lo que hombres y mujeres necesitan comer podría ser mucho más diferente de lo que hasta ahora éramos conscientes. Sin embargo, hombres y mujeres siguen dietas muy similares; nuestros resultados indican que nuestros gustos y preferencias alimentarias podrían ser un compromiso común, como lo son en los grillos».
Fuente: Eureka Alert