Cómo protegerse del cáncer que produce la barbacoa
Un estudio realizado por el Lawrence Livermore National Laboratory ha demostrado que la parrilla produce a una serie de carcinógenos en la carne. Un tipo de estos compuestos causantes del cáncer, conocido como aminas heterocíclicas (HA), se desarrolla por el efecto del calor en los aminoácidos y la creatinina de la carne. En general, cuanto más tiempo se cocina la carne y a temperaturas más elevadas, más aminas heterocíclicas se producen. A la parrilla es el método más dañino, seguido de los fritos, mientras que al vapor, cocida o a la plancha se producen menos HA.
A continuación se indican algunas sugerencias para reducir la ingesta de HA, basadas en un trabajo realizado por Jim Felton, Garrett Keating y Mark Knize, del programa de investigación del UC-Davis Cancer Center:
- Antes de asar la carne a la parrilla, cocinarla parcialmente en el microondas y desechar el jugo que quede en el recipiente. El hecho de precocinar una hamburguesa durante unos minutos en el microondas elimina hasta un 95% de los HA.
- Voltear las hamburguesas con frecuencia. Voltear la hamburguesa una vez por minuto reduce la formación de HA hasta un 100%, probablemente debido a que se mantiene la carne de dentro a menor temperatura.
- Adobar la carne antes de asarla a la parrilla. Un estudio del laboratorio Livermore demostró que adobar el pollo 40 minutos con una mezcla de azúcar moreno, aceite de oliva, vinagre de sidra, ajo, mostaza, zumo de limón y sal reduce la formación de HA entre u 92 y un 99%.
- Utilizar un termómetro para carnes. Cocinar la carne de ave a una temperatura de 74°-82° C, la carne picada de ternera, cerdo y cordero entre 71°-76° y los asados y filetes de ternera entre 63°-71°. No cocine la carne “bien pasada”.
- Tome vegetales crucíferos, como el brécol, el repollo, la coliflor, la col rizada o las coles de bruselas, uno o dos días antes de la barbacoa. Todos ellos contienen una serie de compuestos que activan una enzimas en nuestro cuerpo capaces de neutralizar la toxicidad de las HA.
Fuente: Universidad de Davis