Según un artículo pubicado esta semana en scientificblogging.com, investigadores del Centro oncológico M. D. Anderson de la Universidad de Texas señalan que una dieta baja en calorías inhibe el desarrollo de tumores precancerosos en un modelo de cáncer de piel, reduciendo la activación de dos vías de señalización que se sabe contribuyen al desarrollo y crecimiento del cáncer, mientras que una dieta que induce a la obesidad activaría estas vías.
Los cánceres epiteliales se originan en el epitelio, tejido que bordea las superficies y cavidades de los órganos del cuerpo.
«La restricción calórica y la obesidad influyen directamente en la activación de los receptores EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico) y IGF-1R (receptor del factor de crecimiento similar a la insulina)», señaló la autora principal Tricia Moore, estudiante de postgrado del Departamento de Carcinogénesis del M. D. Anderson. «Estos receptores afectan, posteriormente, a la señalización en vías moleculares como Akt y mTOR».
«La restricción calórica, a la que nos referimos como equilibrio energético negativo, inhibe esta señalización, mientras que la obesidad, o equilibrio energético positivo, potencia la señalización a través de estas vías, dando lugar al crecimiento, proliferación y supervivencia de las células», añadió Moore.
El equilibrio energético alimentario hace referencia a la relación entre la ingesta calórica y el gasto de energía. Según el autor senior John DiGiovanni, Doctor y Director del Departamento de Carcinogénesis y del centro de investigación del M.D. Anderson en Smithville, Texas, las investigaciones previas, tanto experimentales como epidemiológicas, sugieren que el equilibrio energético positivo crónico, que puede conducir a la obesidad, incrementa el riesgo de desarrollar una serie de cánceres, mientras que el equilibrio negativo a menudo lo reduce.
En este estudio se utilizaron cuatro dietas: dos con reducciones calóricas de un 30% y un 15%, respectivamente; una dieta de control con un 10% de kilocalorías de grasa; y una dieta que provoca obesidad, con un 60% de kilocalorías de grasa. A continuación se administraron una serie de agentes a los ratones para inducirles unas lesiones precancerosas denominadas papilomas, consideradas precursoras del cáncer.
Los ratones con las dietas bajas en calorías mostraron una inhibición de la formación de papilomas estadísticamente importante en comparación con los de las otras dos dietas.
En un experimento independiente se evaluaron el desarrollo de carcinomas y el efecto del equilibrio energético alimentario en la conversión de papilomas en carcinomas. El estudio demostró que el equilibrio energético alimentario determina el número de carcinomas encontrado debido a sus efectos sobre la cifra de lesiones precancerosas, pero no influye en la tasa de conversión.
Se sabe que las vías Akt y mTOR son importantes para el desarrollo de cáncer de piel en este sistema de modelos. Además, un incremento en la señalización de Akt y mTOR está relacionado con el crecimiento proliferación y la supervivencia de muchos cánceres en humanos.
«Estos resultados sientan las bases para futuros estudios traslacionales de las vías Akt/mTOR mediante combinaciones de enfoques farmacológicos y de estilos de vida para prevenir y controlar los cánceres epiteliales relacionados con la obesidad en humanos», señaló DiGiovanni. «Estos resultados, aunque se hayan obtenido en un modelo de ratones con cáncer de piel, se pueden aplicar, en términos generales, a otros cánceres epiteliales en otros tejidos», añadió.
Fuente: Scientific Blogging