La Web nutrition.org.uk ha publicado la siguiente hoja de información en respuesta a una reciente editorial escrita por investigadores de la Universidad de Oxford en la revista British Medical Journal (BMJ), en la que éstos han hecho un llamamiento para que en las etiquetas de los alimentos se indiquen las grasas trans, junto con las grasas saturadas y el colesterol, con el fin de ayudar a reducir las cardiopatías isquémicas. Se puede consultar la editorial aquí .
¿Qué son las grasas trans (o ácidos grasos trans)?
Las grasas trans son ácidos grasos insaturados con al menos un enlace doble en la configuración trans. Los ácidos grasos insaturados tienen algunos de sus átomos de carbono unidos por enlaces dobles y estos pueden adoptar dos formas geométricas diferentes. En el caso de los ácidos grasos trans, los dos átomos de hidrógeno están en lados opuestos del enlace doble.
¿Qué alimentos contienen ácidos grasos trans?
Los ácidos grasos trans se producen de forma natural en pequeñas cantidades de alimentos procedentes de animales rumiantes, por ejemplo, leche, carne de vaca y de cordero. Sin embargo, la mayoría de los ácidos grasos trans en la dieta se producen durante el proceso de hidrogenación parcial (endurecimiento) de los aceites vegetales en grasas semisólidas. Se encuentran, por tanto en las margarinas duras, en los aceites parcialmente hidrogenados y en alguna bollería, fritos y otros alimentos procesados que se elaboran a partir de estos.
¿Cuáles son los efectos para la salud del consumo de ácidos grasos trans?
Los ácidos grasos trans tienen un efecto negativo sobre los lípidos sanguíneos y se ha observado que incrementan el riesgo de enfermedad coronaria. Los ácidos grasos trans incrementan el colesterol LDL (‘colesterol malo’) y disminuyen el HDL (‘colesterol bueno’) incrementando, así, el riesgo de enfermedad cardiovascular en caso de un consumo en elevadas cantidades. También pueden tener otros efectos adversos sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular, independientes del efecto sobre los lípidos sanguíneos (Mozaffarian et al. 2006).
En un análisis reciente de estudios prospectivos acerca de los efectos de los ácidos grasos trans en el riesgo de enfermedad cardiovascular, un 2% de incremento en la ingesta energética procedente de ácidos grasos trans se asoció con un incremento de un 23% en la incidencia de cardiopatía isquémica. Los autores señalaron también que los efectos adversos de los ácidos grasos trans se observaron incluso con un consumo muy bajo (3% de la ingesta energética diaria total, o alrededor de 2-7gr. al día). (Mozaffarian et al. 2006).
Sin embargo, según estudio reciente solo los ácidos grasos trans producidos durante el endurecimiento de los aceites vegetales serían perjudiciales para la salud. Se considera que las implicaciones para la salud pública del consumo de ácidos grasos trans de productos procedentes de animales rumiantes son relativamente limitadas.