La calidad del jamón ibérico marca la diferencia en el mercado
Uno de los sellos para identificar la calidad de un jamón ibérico es el certificado de calidad. La norma de calidad de jamón ibérico está regida por dos parámetros, la raza del cerdo. Si se trata de un ibérico puro, es decir, los progenitores son ibéricos puros o, el sello de ibérico para aquellos que se obtienen de cerdos de cruce.
Una pieza de jamón ibérico no ve afectado su sabor únicamente por su raza, por sus progenitores. La alimentación, el hábitat y el clima donde se cría y desarrolla el cerdo son cruciales para determinar la calidad de su carne. En los últimos días se han abierto distintos debates sobre si la calidad de un jamón depende de la raza o de la alimentación, pues bien, el sello de calidad viene marcos por distintos parámetros entre los que se encuentran estos dos marcadores.
Además, la Denominación de Origen del jamón ibérico y la información del etiquetado ofrecen al consumidor el seguimiento, alimentación, raza y crianza del jamón del que se ha obtenido esa pierna. De estos parámetros surgen las distintas escalas de calidad y tipos de jamón ibérico, tanto es así que están catalogados como ibéricos puros e ibéricos; según la alimentación se catalogan por jamón de cebo, jamón de recebo, jamón ibérico de bellota…
Disfrutar de las calidades del mejor jamón ibérico es uno de los placeres de la gastronomía española que, desde el Grupo Frial trabajan cada día para ofrecer las gamas de productos ibéricos más exclusivos, una forma de garantizar la calidad en los productos cárnicos ibéricos es tener una marca de referencia.
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