Nutrición y cáncer: Dieta para prevenir el cáncer

8 de agosto de 2013
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La dieta y el cáncer están íntimamente relacionados. Cambios en la dieta pueden reducir la incidencia de cáncer entre un 30% y un 40%. Los alimentos vegetales reducen el riesgo de cáncer.

Relación entre nutrición y cáncer
El cáncer es una patología frecuente de la que todavía nos queda mucho por conocer, tanto de su aparición como de su tratamiento. Por ello, lo más importante en el caso del cáncer es la prevención y el diagnóstico precoz. Aunque las causas de cáncer pueden ser de muchos tipos, es conocida la relación entre la dieta y el cáncer. Por una parte, los malos hábitos alimentarios y la obesidad aumentan notablemente el riesgo de cáncer. Por otra, a menudo los alimentos contienen sustancias cancerígenas que, en exceso, pueden provocar algunos tipos de cáncer, mientras que también hay alimentos con propiedades anticancerígenas que nos protegen contra el cáncer si los incluimos en la dieta. Por tanto, es importante seguir una alimentación sana y equilibrada a diario. 

Alimentos anticarcerígenos o protectores frente al cáncer
En general, los alimentos vegetales son anticáncerígenos, reduciendo el riesgo de cáncer de forma notable. Los alimentos que podemos incluir en la dieta que más destacan por sus efectos anticancerígenos o protectores frente al cáncer son:

  • Alimentos ricos en fibra: la fibra tiene papel protector frente al cáncer. Esto es debido a que la fibra acelera el tránsito intestinal, por lo que los posibles elementos tóxicos que ingerimos en la dieta permanecen menor tiempo en el tubo digestivo, por lo que se absorben menos y llegan en menor cantidad a los órganos y sistemas, causando daños menores. Además, la fibra puede atrapar otras sustancias, evitando también por este método que nos perjudiquen al llegar a otros órganos. El efecto anticancerígeno de la fibra puede disminuir el riesgo de sufrir cáncer de mama y de próstata, gracias a que la fibra absorbe estimulantes de estos tipos de cáncer, que acabarán eliminándose con las heces. 
  • Vitamina A y carotenos: se le atribuye un efecto anticancerígeno frente al cáncer de boca, estómago, colon, bronco-pulmonar y de cuello uterino. La vitamina A está presente en muchos vegetales, generalmente en forma de betacarotenos (provitamina A o precursor de la vitamina A), por lo que su consumo no es complicado de obtener con la dieta. Los betacarotenos actúan atrapando radicales libres y sustancias cancerígenas. Los encontramos en zanahorias, albaricoques, boniatos, espinacas, melón, etc. 
  • Vitamina C o ácido ascórbico: con propiedades antioxidantes y con la capacidad de inhibir la formación de nitrosaminas, que son cancerígenas. Están presentes sobre todo en las frutas como los cítricos o los kiwis y en hortalizas crudas y frescas como los pimientos, el perejil, la cebolla, el brócoli o la coliflor. Tienen un fuerte efecto antioxidante, por lo que están indicados para la prevención contra el cáncer, sobre todo del aparato digestivo. Es importante tener en cuenta que el calor destruye este tipo de vitaminas, por lo que es importante incluir en la dieta el consumo de estos alimentos crudos y de forma diaria, ya que tampoco se acumulan en grandes cantidades en nuestro organismo. 
  • Vitamina E: es el principal antioxidante de las membranas celulares y previene frente al cáncer de pulmón, páncreas y cuello de la matriz. También protege frente a las nitrosaminas. La vitamina E se encuentra en aceites vegetales, los huevos y en cereales integrales, especialmente el germen. Las vitaminas C y E se consideran agentes bloqueantes o supresores con respecto al cáncer, ya que combaten con bastante eficacia los cánceres en estado incipiente. 
  • Selenio: protege frente a la oxidación de los tejidos. Está presente en alimentos de origen animal: carnes, pescados, huevos y lácteos. 
  • Vitamina D: su acción se debe a su implicación en el metabolismo del calcio. Existe una relación inversa entre el cáncer de colon y la ingesta de calcio. La vitamina D se encuentra en pescados, la yema del huevo y en productos lácteos, aunque los rayos del sol también nos ayudan en su obtención. 
  • Zinc: también con actividad antioxidante. Está presente en carnes, pescados, huevos, cereales, legumbres, verduras y hortalizas. 


Vídeo Alimentos anticancerígenos

 

Otros aspectos nutricionales para prevenir el cáncer
Como se puede concluir tras toda la información anterior, seguir una dieta saludable, variada y equilibrada ayuda a prevenir el cáncer, entre otras cosas. El consumo de vegetales es importante, especialmente en crudo y cuando están frescos, así como el consumo moderado de cereales integrales y legumbres. Se debe reducir la ingesta de grasas animales, ahumados y salazones. En este punto, quiero destacar que el consumo de suplementos de vitaminas y minerales no es beneficioso a no ser que exista una deficiencia real, ni para la salud ni para prevenir el cáncer. También es muy importante lavar bien toda la fruta y la verdura, para así eliminar cualquier resto de pesticidas y herbicidas, que son cancerígenos. 

En vegetales como el ajo, tomate, piña… también hay sustancias que nos protegen frente a los oncógenes, responsables del cáncer, y por tanto, con fuerte poder anticancerígeno

En otros vegetales como el brócoli y la coliflor existen enzimas que combaten a los agentes promotores y a los cancerígenos iniciadores. 

Como también se ha comentado, algunos vegetales como los pimientos verdes, tomates, piñas y fresas contienen ácidos que evitan la formación de nitrosaminas, agentes cancerígenos. 

Los ajos y las cebollas tienen compuestos activadores de enzimas que neutralizan agentes cancerígenos. 

Por último, recordar que las formas culinarias también tienen importancia en la prevención frente al cáncer. Los alimentos cocinados a muy alta temperatura, como ocurre en las barbacoas, generan sustancias perjudiciales. Cuando los alimentos se cocinan directamente sobre el fuego procedente de carbón o leña también se producen sustancias tóxicas. 

11 recomendaciones dietéticas para prevenir el cáncer

  • Elegir dietas con elevado contenido en alimentos vegetales, ricas en diversidad de verduras y frutas, así como legumbres. 
  • Mantener un peso corporal óptimo, adecuado y saludable para cada persona. 
  • Mantenerse activo, caminando a ritmo rápido durante una hora diaria o realizando algún tipo de ejercicio similar, y destinar una hora semanal a algún ejercicio más vigoroso. 
  • Cumplir con las recomendaciones de consumir 5 raciones de frutas y verduras diarias. 
  • Comer diariamente cereales, legumbres, raíces y tubérculos. Eso sí, limitando el consumo de azúcar refinado. 
  • Limitar el consumo de bebidas alcohólicas. Cuanto menos, mejor. 
  • Limitar el consumo de carne roja, es decir, la carne proveniente de mamíferos. 
  • Limitar el consumo de alimentos grasos, especialmente los de origen animal. 
  • Limitar el consumo de alimentos salados y el uso de sal en la cocina y en la mesa. 
  • También incluyen otras recomendaciones, refiriéndose al almacenamiento y conservación de la comida, la limitación de los aditivo alimentarios, residuos de pesticidas  y otros contaminantes químicos usados en alimentación, evitar consumir alimentos carbonizados, así como el uso de suplementos alimentarios innecesarios. 
  • Por supuesto, se recomienda no fumar ni mascar tabaco. Mientras que la correcta alimentación podría reducir entre un 30 y un 40% la incidencia de cáncer, si además se abandona el tabaco supondría una reducción de entre el 60 y el 70%. 
Vídeo 10 consejos para prevenir el cáncer




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