La diabetes mellitus es un conjunto de síndromes metabólicos que se caracteriza por una situación de hiperglucemia crónica debido a los defectos en la secreción o en la acción de la insulina, o en ambas. La diabetes mellitus se presenta con unas manifestaciones clínicas determinadas y puede derivar en otras complicaciones crónicas, por lo que es importante tratar la diabetes.
En otras palabras, la diabetes mellitus es una enfermedad que se basa en la dificultad de mantener los niveles de glucosa en sangre (es decir, la glucemia) dentro de la normalidad. Esta incapacidad se debe a que la insulina no se secreta correctamente o a que no realiza bien su función. Cuando comemos los alimentos se convierten en glucosa y la glucosa pasa a la sangre. La función de la insulina es reducir los niveles de glucosa en sangre, la insulina es el vehículo necesario para que el organismo utilice la glucosa presente en la sangre, permitiendo su entrada a las células.
¿Cómo se detecta y diagnostica la diabetes mellitus?
La diabetes mellitus se detecta gracias a síntomas típicos como poliuria (volumen de orina mayor de los normal), polidipsia (aumento anormal de la sed) y pérdida de peso inexplicable. Su diagnóstico se establece si los niveles plasmáticos de glucosa son mayores o iguales a 126 mg/dl.
La diabetes mellitus es una enfermedad muy común. Además, causa gran mortalidad y una notable pérdida de salud por las complicaciones que aparecen en riñón, corazón y ojos. Por ello, la diabetes mellitus debe prevenirse o tratarse de forma adecuada. La diabetes tipo 2 es el tipo de diabetes mellitus más común. Este tipo de diabetes suele asociarse a malos hábitos alimentarios y a la obesidad. Por tanto, si se evita la obesidad, entre otros muchos beneficios se prevendrá la diabetes tipo 2.
Tratamiento de la diabetes mellitus
Para tratar la diabetes mellitus una vez diagnosticada es básico e imprescindible controlar la alimentación. Además se deberá realizar ejercicio físico, tomar los fármacos que le indique su médico y aprender un programa de educación diabetológica, con algunos consejos útiles para los afectados de diabetes mellitus.
La alimentación adecuada es básica tanto para la prevención de la diabetes mellitus como para frenar su evolución. Controlar de manera adecuada la alimentación una vez que se tiene el problema sirve para enlentecer o evitar el desarrollo de otras complicaciones derivadas de la diabetes mellitus. Además, una dieta adecuada es fundamental para mantener los niveles de glucosa dentro de la normalidad.
En pacientes con alto riesgo de padecer diabetes o que ya presentan prediabetes lo fundamental es modificar los hábitos alimentarios. Mediante la alimentación se tratará de reducir el riesgo de padecer diabetes, consiguiendo un peso corporal saludable y enseñando hábitos de alimentación y ejercicio adecuados.
Tratamiento nutricional de diabetes mellitus en 8 puntos
La dieta para la diabetes mellitus varía según el tipo de diabetes, pero se pueden dar unas pautas generales. También se debe tener en cuenta que, sobre todo en diabéticos tipo 2, si existe sobrepeso debe remediarse, y será uno de los objetivos principales de la dieta.
Tanto en diabéticos tipo 1 como en diabéticos tipo 2 la dieta ideal no difiere de la dieta recomendable para la población sana: alimentación equilibrada con consumo diario de cereales, pasta, hortalizas, frutas, verduras y lácteos, consumo de varias veces a la semana de aves, pescados y legumbres, y de varias veces al mes de carnes como la vaca, el cerdo o la ternera. Además, se recomienda cocinar con aceite de oliva.
8 puntos clave para la correcta alimentación de diabéticos
- El aporte calórico de la dieta debe ser el necesario para mantener un peso normal. Una persona diabética debe seguir una dieta personalizada, adaptada a su situación.
- El consumo de proteínas es el mismo que el recomendado para las personas sanas, que no debe sobrepasar el 20% de las calorías totales, consumiendo como mínimo 0,8 g de proteínas de alto valor biológico por kilo de peso al día.
- Es muy importante controlar el consumo de grasas. El consumo de grasas saturadas se debe limitar a como mucho el 7% de las calorías totales. El colesterol dietético debe ser inferior a 200 mg al día. En cuanto a las grasas trans, cuantas menos mejor. Se recomienda consumir pescado azul como mínimo dos veces a la semana, para consumir omega 3.
- Los hidratos de carbono son muy importantes. Se deben elegir hidratos de carbono completos de absorción lenta, y se debe controlar la ingesta total de carbohidratos. Lo ideal es que el consumo de carbohidratos se haga mediante fruta, verdura, cereales y legumbres. Otros carbohidratos complejos son el arroz, las patatas, la pasta, las harinas, etc.
- En lugar de azúcar se deben usar edulcorantes acalóricos como aspartamo o sacarina, evitando la fructosa y el sorbitol.
- La fibra dietética recomendada es la misma que a la población sana, de 20 a 35 gramos al día. se obtiene mediante cereales integrales, legumbres, frutas y verduras.
- Otro punto muy importante en el tratamiento nutricional de la diabetes es el consumo de sal con moderación, no superando los 2300 mg al día de sodio.
- No es recomendable el consumo de alcohol. Cuanto menos, mejor. Además en pacientes diabéticos puede causar hipoglucemia. Si se toma, mejor con control y durante las comidas.
Consejos sencillos y básicos para controlar la diabetes
- Consumir leche desnatada para reducir la ingesta de grasa. Se puede combinar con el consumo de yogures desnatados, pero mejor evitar los quesos curados que son muy grasos.
- El pan consumirlo integral, que por su alto contenido en fibra aumenta menos la glucemia (azúcar en sangre) que el pan blanco.
- La fruta es muy beneficiosa. Como mucho, se debe advertir que no conviene abusar del plátano y las uvas, pero eso no quiere decir que no se deban consumir. Mejor tomarlas frescas y crudas, que en compotas o zumos. Se pueden consumir unas 3 raciones al día.
- La carne ideal es la de pollo sin piel, vaca o ternera, siempre sin grasa visible. De vez en cuando, se debe consumir también carne roja.
- El pescado puede ser blanco o azul. Es recomendable comer más pescado que carne. El pescado azul se debe tomar de 2 a 3 veces por semana, ya que aporta omega 3.
- Se deben consumir unos 3 o 4 huevos a la semana.
- Las verduras deben comerse todos los días, y si es posible, dos veces al día. Lo mejor es elegir las verduras frescas y en crudo (en ensalada).
- El mejor aceite es el aceite de oliva.
- Deben endulzarse las comidas con aspartamo o sacarina, no con azúcar.
- No hace falta elegir alimentos específicos para diabéticos o «sin azúcar». Lo mejor es conseguir llevar una alimentación adecuada a la diabetes pero lo más normal posible. Además, estos alimentos también suelen llevar carbohidratos, por lo que lo mejor es comprobar la etiqueta nutricional.
- Lea las etiquetas de los alimentos para detectar los que llevan dextrosa, sodio, sacarosa, fructosa o sorbitol.
- Beba mucha agua. Es la bebida ideal. Puede consumir té y café. También puede tomar de vez en cuando bebidas light o sin azúcar.
En resumen, la dieta mediterránea una vez más es ideal. Para personas que recientemente han debutado como diabéticos, ánimos y tranquilidad. Es un cambio importante, pero no es complicado aunque al principio lo parezca. Cuidando la alimentación, como debería hacer todo el mundo, llevando un estilo de vida activo y unos pocos cuidados más, controlaréis la diabetes sin problemas.
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