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Peligros del azúcar para la salud

13 de junio de 2013
Peligros del azúcar para la salud

El consumo de azúcares añadidos aumenta el riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2. Un sólo refresco azucarado (33 cl) al día aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 22%. 

El azúcar añadido a los alimentos y bebidas aumenta su palatabilidad (es decir, es grato al paladar) pero también, su aporte calórico. Su consumo no es necesario, pues los alimentos ya contienen azúcar de manera natural (por ejemplo, la fruta). Por tanto, el consumo de azúcar y de alimentos y bebidas con azúcar añadido debe ser moderado. Además, el consumo moderado de azúcar ayuda a prevenir la obesidad, la caries dental y muchas otras enfermedades relacionadas. 

Un nuevo informe publicado en BMJ destaca los peligros del consumo de azúcar añadido sobre la salud de las personas. El consumo de azúcar añadido aumenta el riesgo de sufrir obesidad, una epidemia en los tiempos que corren y que además, está impulsando la incidencia de diabetes tipo 2.

Según un estudio publicado recientemente en Diabetología, beber una lata (33 cl) al día de cualquier refresco azucarado puede aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en un 22%. Además, el consumo de refrescos azucarados aumenta el riesgo de padecer obesidad, y por tanto, de otras muchas enfermedades asociadas como las enfermedades del corazón. 

La recomendación establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto al consumo de azúcares añadidos indica que su consumo no debe superar el 10% del consumo total de energía de una persona. Sin embargo, se sabe que por ejemplo, en el caso de los estadounidenses, la ingesta de azúcares añadidos supone aproximadamente un 13% del consumo total de calorías. 

A pesar de que varios estudios han vinculado el consumo de azúcares añadidos con un aumento del riesgo de padecer obesidad y diabetes, la industria alimentaria sigue ofreciendo productos con alto contenido en azúcares añadidos, e incluso, está permitida su publicidad en eventos deportivos, lo que mejora imagen de estos productos de cara al público. Sería muy recomendable concienciar a la población sobre el riesgo que implica el consumo de alimentos con alto contenido en azúcares añadidos. 


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La lactancia materna mejora el desarrollo cerebral del bebé

12 de junio de 2013
Leche-materna-lactancia-desarrollo-cerebro
Los bebés alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros tres meses de vida mostrarán un mejor desarrollo cognitivo a los dos años de edad. La lactancia materna mejora el desarrollo de partes del cerebro relacionadas con el lenguaje, la función emocional y la cognición. 

Los niños alimentados exclusivamente con leche materna presentan mejor desarrollo del cerebro que los niños alimentados con una combinación de leche materna y leche de fórmula, y éstos a su vez, presentan un mayor desarrollo que los niños alimentados únicamente con leche de fórmula. 

Una nueva investigación, publicada recientemente en la revista NeuroImage, ha demostrado por primera vez con imágenes los beneficios de la lactancia materna sobre la salud cerebral de los niños. Los resultados muestra que a los 2 años de edad, los niños alimentados exclusivamente con leche materna, durante al menos tres meses, presentaban mayor desarrollo cerebral, sobre todo en zonas del cerebro relacionadas con el lenguaje, la función emocional y la cognición. 

El estudio se basa en datos de 133 niños de edades comprendidas entre los 10 meses y los 4 años que se dividieron en 3 grupos: niños alimentados sólo con leche materna durante al menos tres meses, niños alimentados con una combinación de leche materna y leche de fórmula y niños alimentados únicamente con leche de fórmula. Se les realizaron resonancias magnéticas a los niños mientras dormían, una técnica que permite detectar la cantidad de mielina (material que recubre las fibras nerviosas y permite la transmisión de las señales eléctricas en el cerebro). 

Las imágenes de resonancia magnética mostraron un aumento significativo de la cantidad de mielina, a los 2 años de edad en los niños alimentados exclusivamente con leche materna, es decir los bebés alimentados exclusivamente con lactancia materna presentan un desarrollo más rápido del cerebro, en comparación con los niños con otro tipo de alimentación. 

El estudio también analizó los efectos de la duración de la lactancia materna. Los bebés alimentados con leche materna durante más de un año presentaban mayor crecimiento cerebral, sobre todo en las áreas relacionadas con la función motora, que los niños alimentados con leche materna durante menos de un año. 

Por tanto, este estudio demuestra, junto con muchos otros estudios realizados hasta el momento sobre el tema, que la lactancia materna es beneficiosa para la salud del bebé. 

Deoni S, Dean DC, Piryatinksy I, O’Muircheartaigh J, Waskiewicz N, Lehman K, Han M, Dirks H. NeuroImage (2013). Más información

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Nutrición y cáncer: Alimentos potencialmente cancerígenos

10 de junio de 2013
Nutricion-cancer-alimentos-cancerigenos
Existe una clara relación entre el cáncer y la dieta. Un cambio en la dieta puede reducir la incidencia de cáncer entre un 30% y un 40%. En general, los alimentos vegetales reducen el riesgo de cáncer.

Relación entre nutrición y cáncer
El cáncer es una patología cada vez más frecuente y a la que todavía no hemos conseguido controlar completamente, por lo que lo más importante en el caso del cáncer es la prevención y el diagnóstico precoz. Aunque las causas de cáncer pueden ser muy diversas, y todavía queda mucho por conocer, se sabe que existe cierta relación entre la dieta y el cáncer. Por un parte, los malos hábitos alimentarios y la obesidad aumentan notablemente el riesgo de cáncer. Por otra, a menudo los alimentos contienen sustancias cancerígenas que, en exceso, pueden provocar algunos tipos de cáncer. 

El riesgo de cáncer aumenta hasta diez veces con la edad, debido a que se va acumulando la exposición a factores cancerígenos y van disminuyendo las defensas. Por ello, es importante seguir una alimentación sana y equilibrada a diario. Por ejemplo, se ha encontrado relación entre la aparición de cáncer de colon y una dieta pobre en fibra, o entre el cáncer de mama y un consumo excesivo de grasas saturadas. 

Muchos alimentos contienen elementos cancerígenos, que se van acumulando en el organismo. También hay otras sustancias, que se conocen como promotores, cuya presencia ayuda al elemento cancerígeno a finalmente, producir el daño celular. También existen muchos alimentos que se consideran anticancerígenos. 

Vídeo 10 consejos para prevenir el cáncer

 

Presencia de sustancias cancerígenas en los alimentos
Los elementos cancerígenos presentes en los alimentos pueden estar en ellos de forma natural o como consecuencia de su manipulación. En algunos casos, estas sustancias cancerígenas sólo aparecen en los alimentos para mejorar el sabor, su apariencia o su duración. 

Por ejemplo, una de las sustancias cancerígenas que conocemos son los hidrocarburos aromáticos policíclicos como el benzopireno, que aparecen en el pescado y la carne cuando se preparan a la brasa o ahumados. Estos hidrocarburos aromáticos policíclicos también pueden aparecer en los alimentos debido a la contaminación ambiental de la zona donde se han cultivado. Otros elementos cancerígenos son consecuencia de la actividad industrial, como es el caso de los edulcorantes artificiales o los nitritos que se usan como aditivos alimentarios. Pero como se comentaba anteriormente, también existen sustancias cancerígenas presentes de manera natural en los alimentos, como los alcaloides de la patata o las metilxantinas del café y té. 

Principales sustancias cancerígenas habituales en los alimentos
  • Ácidos grasos saturados. Las dietas con elevado contenido en grasas saturadas se relacionan con mayor riesgo de cáncer de mama, de próstata, pulmón, de ovario, de endometrio y de colon. Los ácidos grasos poliinsaturados también se han relacionado con el cáncer de mama, colon y páncreas.
  • Nitritos, nitratos, nitrosaminas. Presentes en la carne (por ejemplo, bacon y salchichas) para darle color y sabor, y también en algunos vegetales (como conservas, salazones, encurtidos), debido a su presencia en el suelo de cultivo y en el agua de regado. No abusar de este tipo de alimentos y consumirlos junto con alimentos ricos en vitamina C, como un zumo de naranja natural, podría ayudar a contrarrestar los efectos nocivos. 
  • Hidrocarburos aromáticos policíclicos. Aparecen en carnes y pescados preparados a la brasa o ahumados (embutidos, bacon, jamones, salchichas, etc.), aunque actualmente se seleccionan las maderas para el ahumado a fin de evitar su aparición. También en el café tostado, que contiene benzopireno, un tipo de hidrocarburos aromáticos policíclicos. 
  • Metilxantinas. Presentes en el café y el té de forma natural, aunque hay mucha controversia. 
  • Acetaldehido. Presente en las bebidas alcohólicas, puede provocar cáncer de boca, esófago y pulmón. 

    Estos datos se deberían tenerse en cuenta, para no abusar de estos alimentos, aunque no hace falta restringirlos totalmente de la dieta. Se recomienda moderar el consumo de alimentos cancerígenos, y consumirlos junto con alimentos anticancerígenos, como los alimentos ricos en vitamina C o en licopenos, presentes en el tomate, para contrarrestar el efecto nocivo de unos alimentos con ot
    ros. 

    Vídeo Alimentos anticancerígenos




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    Dieta vegetariana: Los vegetarianos viven más

    6 de junio de 2013
    Dieta-vegetariana-vegetarianos-viven-mas
    Las personas que siguen una dieta vegetariana viven más años que las personas que consumen carne en la dieta. 

    Seguir una dieta vegetariana parece estar relacionado con una reducción en el riesgo de muerte por diversas enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes mellitus, síndrome metabólico y cardiopatía isquémica. Los resultados de un estudio, publicado en JAMA Internal Medicine, muestra que los beneficios de una dieta vegetariana son mayores en los hombres que en las mujeres, sobre todo en lo que respecta a la disminución del riesgo cardiovascular. 

    La dieta vegetariana también es muy beneficiosa para la salud renal y endocrina, pero no parece tener ningún efecto sobre el cáncer. 

    El estudio se basó en los datos de 73308 participantes, que se clasificaron en  cinco grupos: veganos (no consumen huevos, productos lácteos, pescado ni carne), lacto-ovo-vegetarianos (no consumen carne ni pescado, pero sí huevos y lácteos), pesco-vegetarianos (consumen pescado, pero evitan la carne), semi-vegetarianos (comen carne y pescado no más de una vez por semana) y por último, el grupo no vegetariano. Todos respondieron a unos cuestionarios sobre su dieta.

    En base a los resultados, los investigadores encontraron una asociación entre una disminución del riesgo cardiovascular y la dieta vegetariana, probablemente debido a un menor consumo de grasas saturadas y un mayor aporte de fibra por este tipo de dieta. 

    La dieta vegetariana, incluyendo las dietas lacto-ovo-vegetarianas, pesco-vegetarianas y semi-vegetarianas, también se relacionaron con una menor mortalidad en comparación con la dieta no vegetariana. 

    Les invitamos a que compartan su opinión en la sección Comentarios. 


    Orlich MJ, Singh PN, Sabaté J, Jaceldo-Siegl K, Fan J, Knutsen S y col. JAMA Internal Medicine (2013). Más información

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    Osteoporosis: nutrición y salud ósea

    3 de junio de 2013

    La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se vuelven menos compactos, más frágiles. La dieta juega un papel importante en la aparición y progreso de la osteoporosis. Es importante controlar el aporte de calcio, vitamina D y fósforo para mantener la salud ósea. 

    ¿Qué es la osteoporosis? ¿Qué causa la osteoporosis?
    La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se vuelven menos compactos, más frágiles, y se pueden romper de manera espontánea o tras pequeños golpes. La principal consecuencia de la osteoporosis es la fractura del hueso, sobre todo de cadera, vértebras y muñeca. Es una enfermedad muy frecuente. La osteoporosis afecta a una de cada 4 mujeres y a uno de cada 8 varones a partir de los 50 años. Esta incidencia aumenta de forma muy significativa en las mujeres después de la menopausia, en cambio en varones lo hace de forma más progresiva.

    Aunque cualquier persona puede desarrollar esta enfermedad, es más probable que la padezcan personas con algún factor de riesgo de la enfermedad:
    • Antecedentes familiares de osteoporosis.
    • Bajo consumo de calcio. 
    • Baja actividad física, ya sea por vida muy sedentaria o por enfermedad.
    • Mujeres, sobre todo después de la menopausia. 
    • Personas mayores. 
    • Tratamiento largo con cortisona o sus derivados, antiepilépticos u hormonas tiroideas.
    • Fumar, consumir alcohol o café en exceso. 
    Cuantos más factores de riesgo tenga una persona, mayor es la probabilidad de sufrir osteoporosis. Como la osteoporosis es una enfermedad que no ocasiona ningún síntoma hasta que se produce una fractura, si se sospecha porque se tienen uno o varios de los factores de riesgo expuestos, es conveniente que un médico valore la situación y decida qué medidas hay que tomar. En la actualidad, se dispone de una técnica llamada densitometría, que mide con precisión la masa ósea y permite hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad.

    ¿Se puede prevenir la osteoporosis?
    Algunos de los factores de riesgo no se pueden modificar, como la edad o el sexo. Sin embargo, una dieta rica en calcio, una actividad física adecuada y el abandono del hábito de fumar y beber alcohol y café en exceso pueden ayudar a prevenir la enfermedad.

    Estos son los factores de riesgo que se pueden modificar:
    • Llevar una dieta equilibrada, para mantener un peso corporal adecuado y conseguir el aporte de nutrientes necesario. Ademas, evitar el consumo de café, alcohol y tabaco. 
    • Hacer deporte de forma regular, y siempre bajo prescripción médica si fuera necesario. 
    • Acudir al médico si se tiene alguna sospecha de padecer osteoporosis y realizar los controles necesarios. 
    • Exponerse al sol de forma controlada y segura, para facilitar la síntesis de vitamina D. 
    • Cuidar los movimientos durante las actividades cotidianas: levantarse y acostarse correctamente de la cama, levantar objetos pesados con la postura adecuada, etc. 
    • Prevenir fracturas, evitando tener obstáculos en casa que puedan provocar una caída, buena iluminación, zapatos con suelas antideslizantes, pasamanos en las escaleras, etc. 

    Nutrición y osteoporosis
    Es recomendable seguir una dieta equilibrada, con un aporte calórico adecuado que permita mantener un peso corporal óptimo. Además, se deberán tener en cuenta las siguientes recomendaciones nutricionales específicas para la enfermedad de osteoporosis:
    • Consumo adecuado de calcioEl calcio fortalece la masa ósea. Es imprescindible asegurar el aporte de calcio necesario, unos 1200 mg/día en mujeres y 1400 g/día en hombres, ya que si no se ingiere la cantidad suficiente el organismo se ve obligado a extraerlo de los huesos. Con ello, los huesos se debilitan, lo que favorece la osteoporosis. También es importante no exceder el límite superior tolerable de 2500 mg/día, ya que cuando se alcanza el umbral de calcio de la persona, una mayor ingesta no conlleva mayores valores de retención. El calcio se encuentra en alimentos lácteos (consumir preferentemente lácteos desnatados o semidesnatados), col, brócoli, sardina, soja y nabo. Aunque en algunas ocasiones los suplementos de calcio pueden ser útiles, el mejor aporte de calcio es el obtenido a través de los alimentos, ya que además de calcio, contienen otras sustancias (lactosa, aminoácidos, vitamina C, vitamina D) que facilitan su absorción.   
    • Aporte adecuado de vitamina DPara asimilar mejor el calcio es necesaria la vitamina D, que se obtiene sobre todo mediante la exposición al sol. Con media hora de paseo diario al aire libre puede ser suficiente. Cuando la exposición solar es insuficiente hay que asegurar la ingesta de Vitamina D, que estimula el transporte activo del calcio en el intestino delgado y el colon. La vitamina D la encontramos en el pescado azul, aceite de hígado de pescado, margarina, huevos, leche y productos lácteos
    • Importancia del fósforo. El fósforo está disponible prácticamente en todos los alimentos, por lo que es fácil consumir las cantidades necesarias de fósforo. Lo importante es que el consumo de fósforo no sea superior al de calcio. El exceso de fósforo produce menor asimilación de calcio, por lo que habrá que controlar la ingesta de fósforo para asegurar la asimilación del calcio. El fósforo se encuentra en el queso, leche, yema de huevo, pescado, carne, legumbres, cereales integrales, cacao y frutos secos
    Estos son las tres medidas dietéticas más importantes para la osteoporosis. A continuación se detallan algunos componentes dietéticos que también pueden ayudar:

    • Fibra alimentaria. El consumo excesivo de fibra alimentaria interfiere en la absorción de calcio, por lo que el consumo de fibra se controlará en el caso de padecer osteoporosis.
    • Proteína. El consumo excesivo de proteína origina un aumento en la excreción urinaria de calcio, teniendo un mayor efecto la proteína animal que la vegetal.
    • Sodio. Un alto consumo de sodio aumenta la excreción de calcio, por lo que deberá limitarse su consumo. 
    • Cafeína. En mujeres postmenopáusicas se relaciona el exceso de cafeína con la pérdida ósea. Se considera consumo excesivo dos o más tazas de café al día. 
    • Alcohol. El consumo de bebidas alcohólicas contribuye a la pérdida ósea. Se considera consumo excesivo dos o más bebidas alcohólicas al día. 


    A tener el cuenta: El pico de masa ósea de alcanza entre los 15 – 20 años de edad
    La osteoporosis se produce por la adquisición de un pico de masa ósea insuficiente durante el desarrollo del esqueleto, o por la pérdida demasiado rápida durante etapas posteriores de la vida. El pico de masa ósea en las mujeres se alcanza entre los 15-20 años de edad, mientras que en los hombres sigue aumentando su contenido mineral hasta los 25-29 años de edad. Por tanto, la mayor parte del hueso adulto se constituye durante la niñez y adolescencia, etapa en la que se alcanza el pico de masa ósea. Por ello, durante estas etapas de la vida, y no sólo cuando el riesgo de padecer osteoporosis aumenta, es muy importante el aporte adecuado de nutrientes necesario para el correcto desarrollo óseo, con el objetivo de conseguir la mayor masa ósea posible. 

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    Nutrición de la mujer durante la edad fértil

    30 de mayo de 2013

    Nutrición-mujer-edad-fértil

    Las mujeres en edad fértil tienen necesidades especiales que se pueden cubrir siguiendo una dieta mediterránea y controlando especialmente el consumo de folatos, hierro y calcio

    Nutrición de la mujer en edad fértil

    Las mujeres presentan necesidades especiales durante toda su vida, y en especial, durante la edad fértil. En muchas ocasiones, esto supone un problema, debido a que puede resultar difícil cubrir dichas necesidades consumiendo las calorías adecuadas para mantener el peso corporal óptimo. Además es común el consumo de tabaco y alcohol, que aparte de relacionarse con un estilo de vida menos saludable, pueden provocar un aprovechamiento menor de muchos nutrientes, como la vitamina C. 

    Necesidades especiales en mujeres en edad fértil
    Las mujeres jóvenes, normalmente, controlan su peso corporal e intentan mantenerlo más bien bajo. Las restricciones energéticas que conlleva conseguir el peso deseado aumenta el riesgo de padecer déficits de vitaminas y minerales. Además, como en la edad fértil algunas de estas necesidades son aún mayores, las consecuencias de estas deficiencias pueden ser más graves que en otras etapas. En las mujeres en edad fértil conviene llevar una dieta equilibrada y saludable, siendo muy recomendable la dieta mediterránea, y además, controlar especialmente el consumo de folatos, hierro y calcio.

    Importancia del consumo de ácido fólico o folatos en mujeres en edad fértil
    El consumo adecuado de ácido fólico o folatos es muy importante en mujeres en edad fértil, y especialmente, en las etapas previas a la concepción y al comienzo del embarazo, debido a que reduce el riesgo de malformaciones congénitas en el recién nacido. Como en muchas ocasiones los embarazos no se planean, o bien se planean pero no se consulta previamente a un especialista, el consumo de folatos se ha generalizado a todas las mujeres en edad fértil y, como precaución, se suele dar suplementación cuando se descubre el embarazo. Además del riesgo de malformaciones en el feto, la deficiencia de folatos se asocia, en común para toda la población, a repercusiones negativas en la función mental, mayor riesgo de sufrir anemia megaloblástica, cáncer y enfermedades cardiovasculares. En algunos casos, también se ha asociado la deficiencia en folatos con problemas de infertilidad.
    Los folatos se pueden obtener en la alimentación consumiendo verduras de hoja verde y hortalizas.

    El consumo de hierro en mujeres en edad fértil
    Las necesidades de hierro también son especialmente elevadas en las mujeres en edad fértil, debido a que se deben suplir sus pérdidas producidas durante la menstruación
    El hierro que mejor se absorbe y utiliza es el hierro hemo, presente sobre todo en las carnes y productos cárnicos. El hierro no hemo es el aportado por los vegetales. Además de aumentar el consumo de estos productos, si se consumen junto con zumo de naranja la absorción de hierro es mayor, mientras que no se aconseja consumirlos junto con té, leche o café. 

    El consumo de calcio en mujeres en edad fértil
    El aporte de calcio es muy importante desde la infancia, para conseguir un pico adecuado de masa ósea y prevenir o retrasar la osteoporosis. Se debe prestar especial atención a las mujeres con embarazos o con períodos de lactancia repetidos, lo que aumenta las necesidades de calcio. Es muy importante tomar el calcio necesario, para evitar que su deficiencia se resuelva movilizando el calcio de los huesos, lo que aumenta el riesgo de osteopenia o disminución de la densidad ósea.

    La realización de deporte o ejercicio físico de forma habitual puede ayudar a aumentar el gasto energético, lo que permitirá consumir un mayor aporte calórico sin aumentar el peso corporal. De esta forma será más fácil conseguir consumir la cantidad adecuada de calcio. Además, el ejercicio físico mejora la mineralización ósea, que ayuda a prevenir la osteoporosis. 

    El calcio se puede obtener a través de la leche y derivados lácteos, la soja, sardinas, almejas, salmón, así como a través de las verduras de hoja verde oscura como la col o el brócoli. Además de la ingesta adecuada de calcio, un buen aporte de vitamina D, bien a través de la exposición solar o de la dieta, contribuye a una mejor absorción y utilización del calcio dietético.  

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    Nutrición y enfermedad celíaca: intolerancia al gluten

    28 de mayo de 2013
    Nutrición-enfermedad-celíaca-intolerancia-gluten





    La enfermedad celíaca es una enfermedad crónica, controlable con dieta, en la que la fracción proteica del gluten (gliadina) lesiona la mucosa del intestino delgado, alterándose la absorción de nutrientes. 

    ¿Qué es la enfermedad celíaca o intolerancia al gluten?
    La enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune. Se trata de una inflamación crónica del intestino delgado o yeyuno, causada por la exposición a la gliadinaLa gliadina es la fracción proteica del gluten del trigo, centeno, avena y cebada. La gliadina es el factor tóxico que causa sensibilidad intestinal al gluten en las personas con enfermedad celíaca, originando lesiones sobre la mucosa del intestino delgado que pueden afectar a la absorción de nutrientes, pudiendo causar déficits nutricionales.
    Esta intolerancia al gluten es para toda la vida, por lo que es importante aprender bien las indicaciones dietéticas que implica.

    La enfermedad celíaca en algunos casos es asintomática, mientras que en otros puede poner en peligro la vida de la persona. Los síntomas desaparecen al tiempo de seguir una dieta exenta de gluten. 

    Nutrición en la enfermedad celíaca o intolerancia al gluten.
    La enfermedad celíaca se controla con una dieta exenta de gluten, no pudiéndose consumir alimentos ni bebidas que contengan trigo, avena, cebada o centeno. Es una dieta complicada debido a que numerosos compuestos dietéticos, aditivos alimentarios e incluso algunos fármacos tienen gluten en su composición. Esta restricción es para toda la vida, y es necesario que las personas que padecen enfermedad celíaca lean el etiquetado  de todos los alimentos, bebidas y fármacos que consumen. Por suerte, hoy en día encontramos en el mercado todo tipo de alimentos con la denominación «sin gluten». 

    El tratamiento nutricional mejora los síntomas digestivos, normaliza la absorción de nutrientes y el retraso del crecimiento en niños que padecen la enfermedad celíaca. 

    Se deberán excluir de la dieta de forma rigurosa:

    • Cereales, excepto arroz y maíz. Se excluirán de la dieta todos los alimentos que contengan trigo, avena, cebada o centeno. Se podrán consumir arroz y maíz, así como sus derivados, siempre que en la etiqueta se especifique «exento de gluten». 
    • Bebidas que contengan malta. Se debe comprobar el etiquetado en batidos de leche con cacao, tés, cerveza, ginebra y whisky. 
    • Carnes y pescados empanados ya preparados y derivados. Se podrán consumir todo tipo de carnes, pescados, mariscos y huevos frescos o sin elaboración previa, así como los pescados enlatados en aceite, agua o salmuera. Está restringido el consumo de estos productos rebozados o precocinados si no especifica «sin gluten». También habrá que revisar el etiquetado de los embutidos, fiambres y salchichas. 
    • Verduras y frutas preparadas o en conserva. Se podrán consumir frutas y verduras frescas o congeladas. Se deberá consultar la etiqueta de las frutas y verduras preparadas, precocinadas o en conserva, ya que pueden contener gluten.
    • Salsas y sopas comerciales. Cuidado con salsas como el ketchup, mostaza, salsa de soja, salsas de tomate y sopas comerciales. 
    • Repostería comercial y helados. Se puede consumir cacao o chocolate puro. Comprobar el etiquetado de tartas, galletas, caramelos, golosinas, productos con chocolate o cacao y helados. 
    En resumen, cualquier producto comercial que no contenga la etiqueta «sin gluten». 

    Es recomendable el asesoramiento nutricional de expertos en nutrición, ya que la dieta sin gluten debe ser, además, sana y equilibrada. 

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    Nutrición adecuada durante el envejecimiento

    27 de mayo de 2013
    Nutrición-envejecimiento















    ¿Cómo afecta el envejecimiento a la nutrición y a la alimentación?
    El aumento de la calidad de vida, junto con los avances en medicina, han hecho que las personas vivan ahora más tiempo que nunca. Los procesos metabólicos, fisiológicos y bioquímicos cambian en la medida que se envejece, y estos cambios tienden a tener un efecto adverso sobre el estado nutricional del sujeto.

    Una buena dieta puede ayudar a asegurar que las personas mayores se sienten más saludables, se mantengan activas durante más tiempo y estén más protegidas frente a las enfermedades, es decir mejore su calidad de vida.

    En esta fase de la vida, es común la malnutrición, tanto por exceso como por defecto (desnutrición). Desde el punto de vista nutricional, la vejez es una etapa de la vida en la que los seres humanos somos muy vulnerables, debido a los cambios físicos, psicosociales y al aumento de la incidencia de las enfermedades crónicas asociados al proceso de envejecimiento. 

    Entre los cambios que se producen durante el envejecimiento, y que afectan a la nutrición, destacamos:
    • Variación de la composición corporal. Se produce una disminución de la masa magra y del agua corporal y un aumento de la masa grasa, lo que ocasiona una reducción del metabolismo basal. Además, también disminuye la masa ósea, por lo que aumenta el riesgo de fracturas. 
    • Deterioro de las funciones fisiológicas. Durante el envejecimiento aumentan, entre otros, los problemas dentales y digestivos, con un gran impacto sobre la ingesta y absorción de nutrientes. 
    • Alteraciones sensoriales. La pérdida del oído, olfato, vista o gusto puede repercutir en la alimentación, disminuyendo el apetito o alterando la correcta elección de alimentos o su preparación. 
    • Aparición de problemas psíquicos como depresión, ansiedad o demencia pueden deteriorar la nutrición de la persona. Se pueden dar casos en lo que se salten comidas, pierdan destreza en la preparación de una dieta variada o exista preferencia por los alimentos preparados. 
    • Sedentarismo. El cese de la actividad laboral, a menudo, no se acompaña con un aumento de la actividad física. Estar activo favorece la salud física y mental, y ayuda en el mantenimiento de un peso saludable. 
    • Problemas socioeconómicos. Se puede producir una disminución del poder adquisitivo, que lleve a la persona a descuidar la correcta alimentación. 
    • Aparición de enfermedades. Algunas de estas enfermedades implican adaptarse a ciertas restricciones en la dieta o a la toma de fármacos, que pueden afectar de forma negativa a la nutrición. 

    Necesidades nutricionales durante el envejecimiento.
    El envejecimiento suele ir asociado a un descenso del gasto energético, tanto por los cambios en la composición corporal como por el descenso de la actividad física. Por ello, resulta muy beneficiosa la práctica de deporte, tanto para mantener un peso corporal adecuado como para evitar pérdidas en la movilidad. 
    Se deberá controlar la ingesta de alimentos, procurando consumir las cantidades adecuadas para evitar aumento de peso corporal, y a la vez, que estas ingestas sean lo más completas posibles y aporten todos los nutrientes necesarios. 

    Además, se deberán tener en cuenta las siguientes necesidades nutricionales:
    • Consumir proteínas de elevada calidad. La proporción de proteínas en la dieta no varía con respecto a las recomendadas en el adulto joven, pero estas deben ser de alta calidad. Los alimentos con proteínas de elevada calidad son la carne, huevo, pescado, lácteos, cereales y leguminosas, principalmente. Es muy interesante y recomendable la complementación, que mejora la calidad proteica. Esta complementación consiste en preparar platos con proteínas de origen animal y vegetal. De esta forma, se puede conseguir ingerir en una comida todos los aminoácidos esenciales. Esta práctica consiste, por ejemplo, en realizar un plato de lentejas con carne y arroz, y no sólo con lentejas y verdura.
    • Consumo de lípidos. El consumo de lípidos no varía tampoco respecto al recomendado en personas jóvenes. Resulta conveniente el consumo de ácidos grasos omega 3, presentes principalmente en el pescado, por su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares y arritmias, entre otros. 
    • Hidratos de carbono. La cantidad en este caso tampoco varía. Lo importante es aumentar el consumo de hidratos de carbono complejos y disminuir los hidratos de carbono simples. Esto favorece el control de los niveles de glucosa. 
    • Importancia de la fibra. Se debe tener un consumo adecuado de fibra, preferiblemente mediante el aumento del consumo de productos integrales, y no mediante suplementos. Controlar alimentos ricos en fibra puede ayudar en el control de la glucemia (especialmente importante en diabéticos), los lípidos sanguíneos (disminuye el colesterol sérico al impedir su reabsorción intestinal) y la función gastrointestinal, ya que es común el estreñimiento. 
    • Consumo de agua. Durante el envejecimiento disminuye la proporción corporal de agua, y con ello, aumenta el riesgo de deshidratación. También se puede producir un descenso en la sensación de sed, por lo que se debe controlar atentamente su consumo. Puede ser interesante el consumo de sopas, infusiones y zumos para aumentar la ingesta de agua. 
    • Vitaminas y minerales. Se debe controlar el consumo adecuado de calcio, vitaminas B6, B12, D, ácido fólico y antioxidantes. 
      • La vitamina B6 influye en la inmunidad celular, por lo que su déficit puede dar bastantes problemas. 
      • El déficit de vitaminas B6, B12 y ácido fólico condicionan elevaciones en los niveles de homocisteína, que aumenta el riesgo cardiovascular y el de padecer trastornos psiquiátricos. 
      • El déficit de vitamina D es común en ancianos que se exponen poco a la luz solar. Es importante mantener adecuados sus niveles, bien exponiéndose al sol o mediante la alimentación, así como los niveles de calcio para evitar la osteoporosis. 
      • La vitamina C es recomendable por su potente acción como antioxidante.
    Es importante durante el envejecimiento, por la alta posibilidad de padecer enfermedades, valorar cada caso en particular, y adaptar las recomendaciones generales a la persona en concreto. 
    Algunos consejos nutricionales para envejecer mejor
    • Tomar una dieta variada, con alimentos de todos los grupos y en las cantidades adecuadas. 
    • Reducir el consumo de sal, azúcar, colesterol y alcohol. 
    • Realizar 4-5 comidas más ligeras es mejor que concentrar todos los alimentos en 3 ingestas. 
    • En las ensaladas, si fuera necesario, pelar el tomate y picar los ingredientes para facilitar su masticación. 
    • Si dan problemas, evitar los alimentos flatulentos, como las coles. 
    • La carne puede hervirse o guisarse para ablandarla y facilitar así su consumo. También se puede triturar o presentar en forma de puré. 
    • Elegir preferentemente pescados sin espinas, o que tengan pocas o grandes. 
    • Existen cubiertos especiales, a los que se puede recurrir, como cubiertos con el mango más ancho para personas sin fuerzas en las manos o con formas especiales para personas con artrosis. 

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    Una vida saludable disminuye riesgo de enfermedad cardiovascular

    22 de mayo de 2013

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    El estrés en el trabajo en combinación con un estilo de vida poco saludable aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares

    En el estudio, publicado en la revista Canadian Medical Association Journal, participaron 102.128 personas, que respondieron a un cuestionario, mediante el cual se detectó que el 16 % (15.986) sufría estrés por el trabajo. Por otro lado, se definió un estilo de vida en base a tabaquismo, consumo de alcohol, sedentarismo y obesidad. Se definieron tres categorías: un estilo de vida saludable, que no incluía estos factores de riesgo, un estilo de vida moderadamente saludable, que incluía sólo uno de estos factores de riesgo, y un estilo de vida poco saludable, que incluía de 2 a 4 de estos factores.  

    El estudio determinó que las personas con estrés en el trabajo y un estilo de vida poco saludable tenían una tasa de incidencia mayor de enfermedad cardiovascular (31,2 por cada 1.000 participantes) que las personas con estrés laboral pero con un estilo de vida saludable (14,7 por 1.000). 

    Por tanto, un estilo de vida saludable, basado en una dieta sana y mantener un peso corporal adecuado, no fumar, evitar el consumo de alcohol y practicar actividad física, puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.

    Mika Kivimäki et al. CMAJ. 2013. Más información

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    La canela aumenta el riesgo de sufrir daño hepático

    21 de mayo de 2013
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    La cumarina, uno de los principales componentes de la canela, podría aumentar el riesgo de daño hepático en personas sensibles.

    La canela es una especia muy popular, y su uso como saborizante en alimentación está muy extendido. 

    La verdadera canela (cinnamon verum) es muy cara, por lo que es común que se sustituya por su alternativa más barata, que es la canela que se obtiene de la corteza de Cassia. El problema radica en el contenido en cumarinas de ambas opciones, ya que su consumo se relaciona con daño hepático en personas predispuestas. Mientras que la verdadera canela tiene muy bajo contenido en cumarinas, únicamente trazas, la canela procedente de Cassia tiene mayor contenido en cumarinas, y por tanto, su consumo excesivo podría causar daño hepático en personas sensibles. 

    Ambos tipos se pueden diferenciar por el grosor de sus capas cuando están en rama, pero no cuando la canela está en polvo. La canela procedente de Cassia tiene las capas enrolladas más gruesas, mientras que la verdadera canela, presenta capas más finas.  

    Yan-Hong Wang, Bharathi Avula, N. P. Dhammika Nanayakkara, Jianping Zhao, and Ikhlas A. Khan. J. Agric. Food Chem. (2013). Más información.  
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