Importancia de la lactancia materna en el bebé
Durante la gestación, el feto está protegido por la madre frente a factores ambientales, y además, se alimenta exclusivamente a través de lo que obtiene de ella. Por ello, la nutrición de la madre es muy importante. En la gestación la madre almacena de 2 a 4 kilogramos de grasa que luego utilizará para la producción de la leche. Es por ello que alimentar al recién nacido con leche materna ayuda a la madre a recuperar su peso normal. Sólo unas horas después del parto, la madre comienza a secretar leche materna, para seguir alimentándolo y protegiéndolo después del parto. También durante la lactancia se debe tener especial cuidado en la nutrición de la madre.
Composición de la leche materna
La primera leche que secreta la madre, sólo unas horas después del parto, se denomina calostro. Pasados de uno a tres días, la leche materna va modificándose para ir adaptándose a las necesidades del bebé, cambiando su consistencia y su composición. Esta leche materna se denomina leche de transición. Pasados de tres a siete días, se secreta la leche madura.
La composición de la leche materna varía entre especies, ya que se adapta a las necesidades de la cría de esa especie en concreto. Por tanto, la leche de una especie sólo es completamente válida para su cría y no es recomendable tomar otra distinta. En caso de no poder alimentar con leche materna al bebé, se puede recurrir a la leche de fórmula, que es una imitación de la leche materna, aunque todavía no se ha conseguido que sea exacta, ya que la leche materna no sólo aporta nutrientes.
Todo lo que aporta la leche materna:
- Nutrientes: adaptados a las necesidades del bebé.
- Enzimas de carácter digestivo: ayudan al bebé a utilizar determinados macronutrientes.
- Componentes bacteriostáticos: impiden la reproducción bacteriana.
- Factores bifidógenos: favorecen la microbiota bífida específica del lactante, que puede desarrollar acciones como la de impedir el desarrollo de una microbiota patógena o por ejemplo, sintetizar vitaminas que el lactante necesita.
- Microbiota comensal: la leche materna humana no es estéril, sino que es una fuente de bacterias comensales y probióticas para el intestino infantil. La leche materna humana colabora en la iniciación y el desarrollo de la microbiota del lactante, con papel protector frente a alergias y enfermedades infecciosas.
- Factores de crecimiento y desarrollo: favorecen el crecimiento y desarrollo de algunos tejidos del lactante.
Aspectos nutricionales de la leche materna frente a la leche de vaca
Comparando la leche materna con la leche de vaca, la más utilizada y además, la leche de partida para la fabricación de las leches de fórmula, se encuentran muchas diferencias significativas.
- Valor calórico y porcentaje de macronutrientes: el aporte calórico es similar en los dos casos.
- Proteínas: en la leche de vaca se observa alto contenido proteico, bastante superior al contenido proteico de la leche materna, debido al rápido crecimiento del ternero frente al bebé humano. Además, el tipo de proteínas que contiene la leche humana frente a la leche de vaca es muy distinto, pues la leche de vaca es rica en caseína, mientras que la leche materna humana es rica en proteínas solubles. Estas proteínas solubles son importantes, pues tienen su función. Por ejemplo, la lactoferrina es una proteína soluble, y su misión es captar el hierro para impedir que lo utilice la microbiota enterobacteriana, lo que evita el crecimiento bacteriano. Otra proteína soluble es la lisozima, con acción inmunológica, que defiende al bebé recién nacido. La lactoferrina y otros componentes que refuerzan el sistema inmunitario del bebé no se incluyen en las leches de fórmula, lo que sin duda, supone una limitación de su uso frente a la leche materna.
- Nitrógeno no proteico: es muy elevado en la leche materna humana, mientras que su contenido en muy pobre en la leche de vaca. Este nitrógeno no proteico también tiene su función, y está presente en la leche materna humana por una razón. Por ejemplo, la taurina abunda mucho más en la leche materna que en la leche de vaca. Su déficit en los bebés se relaciona con retraso en el crecimiento y anomalías en la retina y vía auditiva, entre otros. También es importante la carnitina, cuyo déficit puede suponer problemas para el bebé en la obtención de energía. Las leches de fórmula deben contener taurina y carnitina, por sus papeles esenciales.
- Lípidos: debido a las necesidades energéticas del bebé recién nacido, la leche materna tiene alto contenido en grasa. Tanto en la leche humana como en la leche de vaca, la mayor parte de los lípidos son triacilgliceroles. Sin embargo, existen algunas diferencias importantes:
- La leche materna tiene menor contenido de grasa saturada que la leche de vaca.
- El contenido de ácidos grasos es muy distinto entre la leche materna y la leche de vaca, ya que en parte, depende de la alimentación de la madre. Por ejemplo, el ácido linoleico está en mayor proporción en la leche materna humana que en la leche de vaca. Los ácidos grasos omega 6 y omega 3 también están en cantidades muy superiores en la leche materna humana frente a la leche de vaca.
- La leche materna humana tienen más colesterol que la leche de vaca y fórmulas lácteas. Sin embargo, como no se sabe con seguridad su función, no se añade a las fórmulas lácteas para evitar riesgos.
- Hidratos de carbono: su concentración es mayor en la leche materna humana que en la leche de vaca. Además, la leche materna humana es rica en oligosacáridos, en comparación con la leche de vaca. Estos oligosacáridos tienen efecto bacteriostático y bifidógeno.
- Vitaminas: aunque las vitaminas de la leche materna humana dependen en gran parte de la dieta de la madre, existen algunas diferencias importantes respecto a la leche de vaca. La leche materna humana es rica en vitamina C, vitamina E y niacina, no tan abundantes en la leche de vaca.
- Minerales: por lo general, la leche de vaca presenta mayor contenido mineral que la leche materna humana. El bajo contenido proteico y de minerales de la leche materna supone una carga renal muy pequeña para el lactante, es decir, es una ventaja de la lactancia materna. Además, algunos minerales como el calcio y el hierro se absorben en mayor proporción a partir de la leche humana que de la leche de vaca. Por tanto, a pesar del menor contenido mineral, la leche materna humana supone un buen aporte mineral, mientras que la leche de vaca y fórmulas lácteas necesitarán mayor contenido mineral para absorber la misma cantidad.
Cómo conseguir leche materna «buena»
Para que la leche materna sea nutricionalmente adecuada, se debe adaptar la dieta de la madre a la situación de lactancia, para conseguir compensar el gasto que supone la producción de la leche y evitar deficiencias.
Por otra parte, también es importante la dieta de la madre para el sabor de la leche. Por ejemplo, se deberán evitar los alimentos picantes y los que puedan dar un sabor fuerte a la leche, como ajos, cebollas, espárragos, coles, rábanos, embutidos, carnes de caza, etc.
El alcohol consumido por la madre pasa a la leche materna, por lo que es recomendable evitar su consumo, así como el de bebidas estimulantes o excitantes como el café, té o refrescos con cafeína, que pueden irritar al recién nacido.
En cuanto al tabaco, se ha visto que las madres fumadores producen menor cantidad de leche que las madres no fumadoras, pudiendo causar un menor crecimiento del bebé, por lo que también se debe evitar.
Duración de la lactancia materna
La lactancia materna debe empezarse en las primeras horas de vida del bebé, y es conveniente la alimentación exclusiva con lactancia materna durante los primeros seis meses de vida y continuarla junto con las comidas complementarias adecuadas hasta más o menos los dos años de edad, si es posible.
Beneficios de la lactancia materna
La lactancia materna siempre debería ser la primera opción, pues es más saludable para el bebé recién nacido, más seguro desde el punto de vista de la higiene y más económico. Además tiene importantes beneficios para el lactante:
- Fácil adaptación de los nutrientes que contiene la leche materna a la fisiología del tracto intestinal del lactante.
- Prevención de infecciones gracias a los componentes inmunológicos de la leche materna.
- Ventajas en el desarrollo psicomotor.
- Prevención de enfermedades alérgicas.
- Menor riesgo de sobrealimentación.
- Potencia la relación maternofilial, así como el desarrollo adecuado de mandíbula y dientes del lactante.
- La lactancia materna inhibe la ovulación y protege de un nuevo embarazo.
- Con la lactancia materna la mujer recuperará su peso anterior al embarazo más fácilmente, ya que la producción de leche exige el uso de las reservas de grasas almacenadas.
Las leches de fórmula de inicio
Aunque intentan imitar la leche materna humana, las leches de fórmula no han conseguido reproducir exactamente las características de la leche materna humana. Por ello, son leches adaptadas, aunque no son leche materna industrial. Sin embargo, poco a poco se consigue un parecido mayor en cuanto al aporte de macro y micronutrientes, aunque la leche materna humana, como hemos visto, es mucho más que eso, y por ello es tan beneficiosa para el lactante.
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